La Paz. Tras el intento frustrado de un grupo de militares de derrocar al presidente Luis Arce, Bolivia se encuentra inmersa en un nuevo período de incertidumbre política, exacerbada por la crisis económica.
Desde el malestar en los cuarteles hasta la feroz pugna por el poder dentro del oficialismo, ¿cuáles son los puntos clave que destacan en esta tensa situación en el país de mayoría indígena y con recursos significativos de litio, esenciales para la transición hacia energías limpias?
Los militares
Después de varias horas de asedio al palacio de gobierno el miércoles, un grupo de militares se retiró con sus tanques sin que se produjeran enfrentamientos graves.
Según Arce, catorce civiles resultaron heridos por balines disparados por las tropas insubordinadas.
El general Juan José Zúñiga, líder de la sublevación, fue arrestado junto con otras 20 personas, incluidos militares en servicio activo, retirados y civiles.
Bolivia y la comunidad internacional celebraron la derrota de los golpistas. El destituido comandante del Ejército afirmó que el intento de golpe fue coordinado con Arce para aumentar su popularidad.
Arce lo negó enfáticamente: “¿Cómo podría ser una instrucción o planificación de un autogolpe? [...] Él actuó por cuenta propia”.
Sin embargo, más allá de las especulaciones, persiste el malestar dentro de las Fuerzas Armadas, aunque por ahora es difícil determinar si este sentimiento es generalizado, coinciden los analistas.
“Creo que hay un problema dentro de las Fuerzas Armadas, pero el hecho de que se haya contenido el golpe de Estado prontamente dice que por ahora el poder civil se mantiene” sobre los militares, dijo a esta agencia el analista Gustavo Flores-Macías, de la Universidad Cornell de Estados Unidos.
Luis Arce
Arropado por sus seguidores y respaldado por la comunidad internacional, el presidente boliviano emerge fortalecido tras la intentona golpista.
“En el corto plazo esto apuntala su gobierno (…) Pero será breve”, observa Pablo Calderón, de la Universidad Northeastern de Londres.
Con poco más de un año restante en su mandato iniciado en 2020, Arce enfrenta el descontento de influyentes sectores como los gremios de comerciantes y transportistas, afectados por la crisis económica.
Además, lidia con divisiones dentro de su propio partido, el Movimiento Al Socialismo, dividido entre quienes apoyan a Evo Morales y los que respaldan a Arce para la nominación presidencial de 2025.Esta fugaz sublevación “le dará un impulso” a su muy probable candidatura a la reelección y fue “una demostración de fuerza” frente a Morales, sostiene el analista Carlos Cordero, de la Universidad Católica Boliviana.ChatGPT
Arropado por sus seguidores y respaldado por la comunidad internacional, el presidente boliviano emerge fortalecido tras la intentona golpista. Según Pablo Calderón, de la Universidad Northeastern de Londres, “en el corto plazo esto consolida su gobierno... pero será efímero”.
Con poco más de un año restante en su mandato iniciado en 2020, Arce enfrenta el descontento de influyentes sectores como los gremios de comerciantes y transportistas, afectados por la crisis económica. Además, lidia con divisiones dentro de su propio partido, el Movimiento Al Socialismo, dividido entre quienes apoyan a Evo Morales y los que respaldan a Arce para la nominación presidencial de 2025.
Para Carlos Cordero, de la Universidad Católica Boliviana, esta breve sublevación “impulsará” la muy probable candidatura de Arce a la reelección y representa “una demostración de fuerza” frente a Morales.
Evo Morales
Evo Morales, el influyente líder indígena cocalero que gobernó Bolivia durante tres períodos entre 2006 y 2019, impulsado por reformas constitucionales que promovió, busca regresar al poder.
Durante su intento de un cuarto mandato, se vio obligado a renunciar debido a protestas que denunciaban un presunto fraude electoral. Pasó un año en el exilio y regresó para la toma de posesión de Luis Arce, quien fue su ministro de Finanzas durante casi 14 años de gobierno.
Sin embargo, Morales y Arce se convirtieron en rivales debido a disputas por el liderazgo dentro del oficialismo. A finales de diciembre, el tribunal supremo inhabilitó a Morales como candidato, argumentando que había cumplido los dos mandatos permitidos por la Constitución.
Morales acusa a Arce de haberse aliado con los jueces para excluirlo de la contienda.
En respuesta a la sublevación militar del miércoles, Morales convocó a sus seguidores a movilizarse a favor de la democracia, sin mencionar a Arce en ningún momento.
Aunque el foco de atención actual recae en Arce, Morales sigue siendo “el líder moral de la izquierda boliviana y creo que será muy difícil para Arce marginarlo o excluirlo” de cualquier proceso político, según el análisis de un experto de la Universidad Cornell.
La economía
Con una población de aproximadamente 12 millones de habitantes, Bolivia enfrenta una profunda crisis derivada de la caída de los ingresos por la exportación de gas, que históricamente ha sido su principal fuente de divisas hasta hace dos años.
El país está experimentando una disminución en la producción de gas debido a la falta de inversiones en exploración. Tanto Arce como Morales se responsabilizan mutuamente por la desfinanciación de la industria y se acusan de corrupción.
Con menos exportaciones de gas, hay menos ingresos en dólares y una reducción en las importaciones de combustible que el Estado vende a precios subsidiados.
Además, el costo de vida aumentó; en mayo, la inflación acumulada fue del 1,95%, comparado con el 0,55% registrado en el mismo mes de 2023.
Lo ocurrido el miércoles “no contribuye en nada a mejorar la situación económica, al contrario lo vuelve más difícil (...) la incertidumbre tiende a ser mala para los negocios”, sostiene el académico del Northeastern University.
El intento de golpe militar fallido aumentará el “sentimiento de crisis” entre los bolivianos, quienes ya enfrentaban considerables problemas económicos, según señala el profesor Macías-Flores.