Hiroshima. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, se reunió este sábado con distintos dirigentes mundiales tras su llegada a Hiroshima, Japón, para la cumbre del G7, cuyos líderes instaron a China a “presionar a Rusia para que cese su agresión” contra Ucrania.
Zelenski, que llegó a Hiroshima en un avión de la República francesa, tuiteó después de aterrizar que la paz estará “más cerca” tras esta cumbre, un día después de conseguir que Estados Unidos abra la vía para autorizar la entrega de aviones caza F-16 a Ucrania.
El presidente ucraniano, que intenta ampliar el círculo de apoyo a su país, se reunió desde su llegada a la cumbre con el primer ministro británico Rishi Sunak, la jefa del gobierno italiano Giorgia Meloni y el primer ministro indio Narendra Modi, cuyo país se niega a condenar la agresión rusa en Ucrania, que comenzó en febrero de 2022.
Su presencia en Hiroshima "puede cambiar el juego" para Kiev, afirmó el presidente francés Emmanuel Macron antes de una reunión entre los dos jefes de Estado.
La cumbre de las siete economías más industrializadas (EE. UU., Canadá, Japón, Francia, Reino Unido, Alemania e Italia) es una “ocasión única” para que Zelenski converse con sus aliados, pero también con los dirigentes de otros países invitados, como India o Brasil.
Por su parte, Modi aseguró que India hará "todo lo posible" para resolver el conflicto entre Rusia y Ucrania.
Zelenski también debe reunirse con el presidente estadounidense, Joe Biden, y el primer ministro japonés, Fumio Kishida.
Los dirigentes del G7 también instaron este sábado a China, aliado cercano de Moscú que nunca condenó la invasión, a “presionar a Rusia para que cese su agresión” contra Ucrania y “retire inmediatamente, totalmente y sin condiciones sus tropas”.
Decisión ‘histórica’
Washington confirmó el viernes que permitiría que otros países puedan suministrar a Kiev aviones de combate F-16, de fabricación estadounidense. Una decisión "histórica", celebró Zelenski.
El consejero de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, indicó que Estados Unidos apoyará una iniciativa común de sus aliados para formar a pilotos ucranianos en estos aviones.
Durante los largos meses de entrenamiento, los occidentales decidirán el calendario de entrega de los aviones, su cantidad y los países que los suministrarán.
Reino Unido trabajará con sus aliados para "brindar a Ucrania la capacidad aérea de combate que necesita", declaró el primer ministro británico Rishi Sunak en Japón. Emmanuel Macron también se mostró dispuesto el lunes a formar a pilotos ucranianos.
Zelenski multiplicó los encuentros con dirigentes extranjeros en los últimos días, en busca de apoyo militar para lanzar una contraofensiva en los territorios ocupados por Rusia.
El viernes hizo escala en Arabia Saudita, para participar en una cumbre de la Liga Árabe, donde reprochó que "algunos" de los países allí representados "cierran los ojos" ante la invasión rusa de su país.
Hasta ahora, los occidentales, con Estados Unidos a la cabeza, se resistían a los pedidos de estos cazas, preocupados por una posible escalada del conflicto.
Sullivan aseguró que la doctrina estadounidense "no cambió", y que los F-16 forman parte de los equipos que Kiev necesitará "en el futuro" para "poder disuadir y defenderse contra toda agresión rusa".
China en el punto de mira
En Hiroshima, víctima en 1945 del primer bombardeo atómico de la historia, los dirigentes del G7 mostraron su preocupación por el aumento del poder económico, diplomático y militar de China, en un contexto de tensión entre Washington y Pekín.
Pero también aseguraron querer "relaciones constructivas y estables" con el gigante asiático, subrayando "la importancia de comprometernos con franqueza".
En su comunicado, los miembros del G7 mostraron su "oposición" a cualquier "militarización" china en la región Asia-Pacífico, asegurando que no existe "fundamento jurídico" para las "reivindicaciones marítimas expansivas" de China.
Además, reiteraron que la "paz y la estabilidad" en el estrecho de Taiwán es "indispensable" para la seguridad mundial.
Esta declaración es el fruto de negociaciones entre países como Estados Unidos, que defiende una posición más firme, y otros del lado europeo que insisten en evitar todo clima de “confrontación”.