Luego de despojarlos de sus derechos ciudadanos y de la nacionalidad nicaragüense, el régimen de Daniel Ortega expulsó este jueves a 222 presos políticos que se encontraban en diferentes centros penales de Nicaragua y los envió a Washington, Estados Unidos.
Entre los desterrados figuraban la excomandante sandinista Dora María Téllez, la exaspirante presidencial Cristiana Chamorro y Juan Lorenzo Holmann, gerente del diario La Prensa, pero no estaban el obispo Rolando Álvarez ni otros sacerdotes.
“Los deportados fueron declarados traidores a la patria y sancionados por diferentes delitos graves e inhabilitados de forma perpetua para ejercer la función pública (...), así como ejercer cargos de elección popular, quedando suspendidos sus derechos ciudadanos de forma perpetua”.
“A esta hora los deportados ya están en Estados Unidos de América. Así damos por cumplida la sentencia”, declaró el magistrado Octavio Rothschuh, presidente de la Sala Uno del Tribunal de Apelaciones de Managua, a medios oficialistas nicaragüenses.
Por otra parte, los “traidores a la patria pierden la calidad de nacional nicaragüense”, según la Ley 1145 aprobada por el Parlamento, controlada por partidarios de Ortega. La norma requiere una segunda aprobación legislativa en el segundo semestre de este año, lo que se da por descontado.
La liberación de los presos políticos fue celebrada por familiares de los detenidos, así como por el gobierno de Joe Biden y íderes internacionales.
“No puedo dejar de llorar, es mucha la felicidad, no hay ninguna lista oficial, pero todos los que estaban en el Chipote (cárcel) van” confirmó Olama Hurtado, a La Nación. Ella es sobrina de Juan Sebastian Chamorro, un economista, empresario y excandidato presidencial que fue detenido el 8 de junio del 2021.
“A las 5 a. m. salieron hacia el aeropuerto y los montaron a un avión, inclusive los que estaban en casa por cárcel. Todos los arrestados del 2021 a la fecha van para Estados Unidos”, indicó Hurtado.
La aerolínea Omni Air International, a cargo del vuelo, informó en su página web de que la aeronave con los deportados salió este jueves de Managua, a las 6:31 a. m.
Berta Valle, esposa de Félix Maradiaga, líder del grupo de oposición Unidad Nacional Azul y Blanco, manifestó su alegría al confirmar la noticia.
“Gracias al Señor porque su misericordia nos ha alcanzado y espero que logremos reconstruir el país donde todos podamos vivir”, aseveró a La Nación entre lágrimas.
La expresidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, destacó la decisión por medio de un tuit. “La liberación de más de 200 presos de conciencia de las cárceles de #Nicaragua es una noticia que celebro en nombre de su dignidad y la tranquilidad de sus familiares. Pero no olvidemos que la lucha continúa por la restitución de la democracia y la libertad en ese país”, aseveró en su mensaje.
Alrededor de 260 presos políticos permanecían en las cárceles de Nicaragua en el contexto de la crisis política desatada por manifestaciones que surgieron en contra de una reforma de la seguridad social impulsada por el régimen en el 2018, protestas que fueron reprimidas por la fuerza.
Dicho movimiento dejó más de 355 muertos y miles de exiliados, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
El diario La Prensa señaló que todavía falta liberar a 38 figuras de la oposición detenidas, de acuerdo con un listado elaborado por el Mecanismo para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas. Entre ellas se encuentra monseñor Rolando Álvarez.
La liberación de más de 200 presos de conciencia de las cárceles de #Nicaragua es una noticia que celebro en nombre de su dignidad y la tranquilidad de sus familiares. Pero no olvidemos que la lucha continúa por la restitución de la democracia y la libertad en ese país. https://t.co/6bFoUvopML
— Laura Chinchilla M. (@Laura_Ch) February 9, 2023
¿Diálogo con Ortega?
En Estados Unidos, la administración de Joe Biden comunicó a sus congresistas que el destierro de los presos políticos nicaragüenses fue una “decisión unilateral” del régimen nicaragüense.
“Si bien hemos presionado constantemente en público y en privado por la liberación de los presos políticos en Nicaragua, el Gobierno de Nicaragua tomó su propia decisión de liberar a estos presos políticos”, dijeron desde la Casa Blanca.
Detallaron, además, que Estados Unidos facilitó el transporte y entrada a su terrritorio y que brindará “apoyo de emergencia”, el cual incluye atención médica, provisión de artículos esenciales, los costos básicos de vida y seguimiento psicosocial.
El jefe de la diplomacia estadounidense Antony Blinken elogió la liberación y dijo que podría abrir el camino para más diálogo con Ortega.
“La liberación de estos individuos, uno de los cuales es ciudadano estadounidense, por parte del gobierno de Nicaragua marca un paso constructivo para abordar los abusos contra los derechos humanos en el país, y abre la puerta a más diálogo entre Estados Unidos y Nicaragua sobre temas que preocupan”, dijo Blinken en un comunicado.
El escritor nicaragüense Sergio Ramírez, quien fue vicepresidente de Ortega en su primer mandato (1985-1990), y actualmente está exiliado en España, expresó su satisfacción por la liberación de los presos.
“Hoy es un gran día para la lucha por la libertad de Nicaragua al salir de las cárceles tantos prisioneros injustamente condenados o procesados, cárceles en las que nunca deberían haber estado. Van al destierro, pero van a la libertad”, tuiteó Ramírez.
Arturo McFields, quien fuera embajador de Nicaragua ante la Organización de Estados Americanos (OEA) pero que resultó destituido tras calificar a su país de dictadura, manifestó a la AFP que “estas personas están siendo desterradas por la dictadura de Nicaragua”.
“En un país en democracia, un preso político es liberado, regresa a su casa, abraza a su familia y el Estado garantiza su seguridad, su bienestar y sus derechos fundamentales. En Nicaragua, si alguien es liberado, no tiene esas garantías fundamentales: el derecho a la vida, a la libre movilización, a poder manifestarse y seguir siendo un ciudadano, por eso tienen que salir del país”, sostuvo.
Acusado por sus adversarios de autoritario y corrupto, Ortega sostiene que el movimiento del 2018 en su contra fue un intento de golpe de Estado con apoyo de Estados Unidos.
En noviembre del 2022, la Corte IDH declaró en “desacato permanene” a Nicaragua por “no liberar” a 46 opositores del gobierno.