Washington. El ala progresista del Partido Demócrata señaló este domingo estar dispuesta a conseguir que el vasto programa de inversión doméstica del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se apruebe en el Congreso, aunque se avecinan negociaciones intensas para superar las divisiones del partido. La Casa Blanca intenta conseguir el apoyo necesario entre los demócratas, enfrentados por el destino de dos paquetes presupuestarios que marcarán el legado del presidente.
Una parte de los republicanos apoya el proyecto de ley para invertir $1,2 billones en infraestructuras, pero se oponen a un segundo paquete, un plan para destinar $3,5 billones en educación y atención infantil, ampliar programas de salud y promover la energía limpia. El expresidente Donald Trump, quien todavía ejerce un poder considerable dentro del partido republicano, criticó el plan de gastos en un comunicado este domingo. “¡El plan demócrata, si se aprueba a cualquier nivel, empujará a nuestro país hacia el socialismo!”, pronosticó.
Si Biden quiere que su propuesta de Build Back Better (reconstruir mejor) sea aprobada por el Congreso, necesita unanimidad en las filas demócratas, que controlan por escaso margen las dos cámaras, una tarea ardua visto que la semana pasada las negociaciones entre las alas moderada y progresista del partido terminaron en un punto muerto. Para mantener su posición de fuerza en las negociaciones, los progresistas se niegan a respaldar el proyecto de ley de infraestructuras hasta tanto se garantice el “sí” del Senado al paquete sobre el gasto social.
Tras conocerse que los centristas han hecho una contraoferta de $2 billones para ese proyecto de ley, el senador izquierdista Bernie Sanders dijo que esa cantidad es insuficiente para remodelar la economía estadounidense. “Pero acepto que va a tener que haber un toma y daca”, dijo al programa de entrevistas de la ABC, This Week.
Pramila Jayapal, líder de los demócratas progresistas en la Cámara de Representantes, admitió que su sector va a tener que rebajar la cifra que aspira conseguir. En su intervención de este domingo en el programa State of the Union, de la cadena CNN, dijo que “todavía no hay una cifra sobre la mesa con la que todo el mundo esté de acuerdo”, y que lo realista es que se sitúe “entre los $1,5 billones y $3,5 billones.
“Una de las ideas que hay es financiar completamente lo que se pueda financiar completamente, pero tal vez en lugar de hacerlo durante 10 años, se hace durante cinco”, dijo la congresista Alexandria Ocasio–Cortez a Face the Nation, de CBS.
‘Hacerlo bien’
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, envió una carta el sábado a los demócratas en la que explicaba que “se necesita más tiempo para alcanzar nuestro objetivo” y que ahora se fijaba el 31 de octubre como nueva meta, pero el Congreso debe abordar antes un tema espinoso: elevar el límite de la deuda estadounidense antes del 18 de octubre, cuando la nación se quedará sin dinero para pagar sus obligaciones.
Los demócratas afirman que evitar un impago es la prioridad absoluta. Sin embargo, los republicanos no dan su brazo a torcer en este tema. Biden criticó la postura de sus rivales y dijo que es “inconcebible” que se nieguen a elevar el techo de deuda. La Casa Blanca, por su parte, reiteró la petición de Biden de que el centro de atención sea el contenido final de sus dos paquetes de gasto, no cuándo se aprueben.
“No vamos a establecer un plazo artificial”, dijo el asesor presidencial Cedric Richmond, en declaraciones a Fox News. “Lo que nos interesa es hacerlo bien”.
Biden se dirigirá a Michigan el martes en un esfuerzo por unir el apoyo público detrás del plan, dijo la Casa Blanca, y promocionar el objetivo de “invertir en las familias trabajadoras (...) mediante la derogación de beneficios de impuestos a los ricos”. La doble maniobra legislativa está más amenazada en el Senado, donde dos demócratas moderados, incluido Kyrsten Sinema de Arizona, se han mantenido firmes contra lo que describen como objetivos de gasto imprudentemente altos.
Sinema criticó el sábado a los progresistas de la Cámara de Representantes por su política “inexcusable” y calificó su negativa de apoyar la infraestructura hasta que se salgan con la suya en el paquete de gastos más amplio como “un truco ineficaz”. Aún así, el partido de Biden parecía estar avanzando lenta y dolorosamente hacia un acuerdo histórico. “Será una rutina”, dijo en Twitter el estratega demócrata y exasesor de Barack Obama, David Axelrod, “pero apuesto a que los demócratas lo logran en ambos proyectos de ley”.
Biden, quien desempeña un papel importante en estos asuntos, prometió el sábado recorrer el país y “trabajar duro” para reunir a sus tropas y conseguir que se aprueben estos planes de inversión. “Creo que puedo hacerlo”.
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