Naciones Unidas. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó el martes con intensificar las sanciones contra Irán, a pesar de los esfuerzos de dirigentes, con el francés Emmanuel Macron a la cabeza, por propiciar un cada vez menos probable encuentro histórico entre los dos países en Nueva York.
En reuniones al margen de la Asamblea General de Naciones Unidas, tanto Macron como los líderes de Alemania y Japón conversaron por separado con Trump y el presidente iraní, Hasán Rohaní, lo que avivó especulaciones de una cumbre que podría aliviar la tensión entre Washington y Teherán.
Pero en su discurso ante los líderes mundiales, Trump dejó en claro que mantendrá la presión económica sobre Irán, mientras Rohaní pide un alivio como condición para cualquier reunión.
"Las sanciones no serán levantadas mientras Irán mantenga un comportamiento amenazante. Serán endurecidas", declaró Trump.
Culpó a Irán por ataques ocurridos el 14 de setiembre contra dos instalaciones petroleras saudíes, acusación que la República islámica niega.
Más tarde, durante una reunión con el primer ministro británico, Boris Johnson, evadió las preguntas de los reporteros sobre su intento para presionar al presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, para que investigara a la familia de su rival político Joe Biden.
En su discurso ante a la Asamblea General, Trump arremetió contra la Organización Mundial del Comercio (OMC) por darle a China un trato preferencial que, dijo, no se merecía. Atacó al socialismo por llevar a la ruina a Venezuela. Pero se reservó buena parte de su molestia para Irán, al que describió como “una de las mayores amenazas” para el planeta.
“No solo Irán es el promotor más grande del terrorismo, sino que los líderes de Irán están avivando guerras trágicas tanto en Siria como en Yemen”, afirmó ante los líderes mundiales. “Todos los países tienen el deber de actuar. Ningún gobierno que sea responsable debería subsidiar la sed de sangre de Irán”.
La dura política del gobierno de Trump en torno a Irán recibió el lunes el respaldo de Reino Unido, Francia y Alemania, que responsabilizaron a los iraníes del ataque contra unas instalaciones petroleras de Arabia Saudí ocurrido hace unas semanas y dijeron que ya era hora de negociar un nuevo tratado con Teherán para reemplazar el histórico acuerdo nuclear del 2015, del cual Trump retiró a Estados Unidos el año pasado.
Las autoridades estadounidenses dijeron que esperan que la nueva postura europea dé pie a una oposición contra Irán y provoque una campaña de “máxima presión” que el gobierno ha llevado a cabo al aumentar las sanciones contra la República islámica.
Reunión incierta
Ha habido especulaciones, avivadas por el mismo Trump, de que podría reunirse en Nueva York con el presidente iraní Hasán Rohaní, pero funcionarios dijeron que era poco probable, sobre todo después del comunicado conjunto de Reino Unido, Francia y Alemania.
Sin embargo, Trump planteó la posibilidad de un avance diplomático cuando dijo: “Estados Unidos nunca ha creído en enemigos permanentes. Queremos socios, no adversarios”.
Rohani expresó el martes que Trump debe restablecer la confianza para que exista la posibilidad de una reunión entre ambos.
“Debemos crear confianza mutua”, declaró a la cadena Fox News, de la que Trump es un espectador habitual, luego de que el presidente de Estados Unidos criticó a Teherán en la Asamblea General de las Naciones Unidas.
“Si el Gobierno de los Estados Unidos de América tiene la voluntad de hablar, debe crear las condiciones necesarias”, recalcó Rohaní.
Duro con migración
Donald Trump también rechazó en su discurso el “globalismo” y las políticas liberales de inmigración, y exhortó al mundo a tomar medidas en contra de la “sed de sangre” de Irán.
En el podio de Naciones Unidas, afirmó que Estados Unidos trabaja estrechamente con México, Canadá, Guatemala, Honduras, El Salvador y Panamá para “preservar la integridad de las fronteras y garantizar la seguridad y la prosperidad de los pueblos”.
“Me gustaría agradecer al presidente López Obrador por la gran cooperación que estamos recibiendo, ya que están despachando 27.000 soldados a nuestra frontera sur”, manifestó. México, añadió, “nos muestra mucho respeto, y yo los respeto a ellos a su vez”.
Se pensó que la elección de un izquierdista como presidente de México iba a crear choques con Estados Unidos. Pero Trump, un derechista, y López Obrador no han tenido roces. El mandatario mexicano, de hecho, está esforzándose por contener el tránsito de migrantes que tratan de llegar a Estados Unidos, apuntalando una de las prioridades de Trump.
Trump aseguró que durante su gobierno “se han tomado medidas sin precedentes para frenar la inmigración ilegal”.
“A todo el que quiera cruzar nuestra frontera ilegalmente, escuche estas palabras: No les paguen a los traficantes. No les paguen a los coyotes”, manifestó Trump, usando la expresión en español. “No corran peligro. No hagan correr peligro a sus hijos, porque si logran llegar, no se les permitirá permanecer. Serán devueltos pronto a sus países”.
Trump atacó a China, Venezuela y a lo que llamó una “creciente industria doméstica” de activistas radicales que intentan impulsar las fronteras abiertas que ponen en peligro la seguridad y la soberanía nacional.