Washington
El presidente Donald Trump enfrentaba críticas este domingo tras acusar a los medios de menospreciar la cantidad de asistentes a su investidura, un día después de que millones de estadounidenses salieran a las calles a protestar contra el nuevo mandatario.
El magnate y su portavoz, Sean Spicer, criticaron con vehemencia el sábado a los medios, en lo que fue el primer día completo de Trump como presidente, acusando a los periodistas de mentir sobre la estimación de la cantidad de personas que asistieron a su ceremonia de juramento.
El ataque tuvo lugar mientras más de dos millones de personas invadieron las ciudades estadounidenses en protestas lideradas por mujeres que se oponen a Trump, muchas de las cuales temen que el nuevo presidente vulnere los derechos de las mujeres, de los inmigrantes y de las minorías.
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La respuesta de Trump a las manifestaciones llegó este domingo, a través de Twitter. "¡Miré las protestas de ayer pero tengo la impresión de que recién tuvimos una elección! ¿Por qué estas personas no votaron? Las celebridades malamente dañan la causa", escribió el presidente.
En un segundo tuit, una hora más tarde, Trump declaró que respetaba el derecho a manifestarse: "Las protestas pacíficas son un sello distintivo de nuestra democracia. Aunque no siempre estoy de acuerdo, reconozco los derechos de la gente a expresar sus opiniones".
Las imágenes de las enormes manifestaciones contra Trump transmitidas por los canales de información continua fueron seguidas por el debate sobre su "guerra contra los medios", algo que suele agradar a sus seguidores.
El nuevo secretario de prensa de Trump, Sean Spicer, fue aún más lejos en el ataque contra los medios, usando su primera conferencia en la Casa Blanca para criticar a los periodistas sentados frente a él por difundir "deliberadamente informaciones falsas" sobre la cantidad de público que asistió el viernes.
"Fue la mayor audiencia que alguna vez acompañó una investidura. ¡Punto!", dijo el nuevo portavoz presidencial. "Estos intentos de reducir el entusiasmo de la inauguración son vergonzosos y erróneos".
Spicer abandonó la sala sin aceptar preguntas.
Según los analistas, el hecho de que Trump y su jefe de prensa arremetieran contra los medios por sus reportes sobre la ceremonia de juramento fue una manera de intentar cambiar el foco de atención.
Se estima que 1,8 millones de personas estuvieron en el 'National Mall' en 2009 cuando Barack Obama juró por primera vez como presidente, según las agencias locales y nacionales en ese entonces.
Las autoridades de Washington informaron que esperaban entre 800.000 y 900.000 asistentes a la ceremonia de Trump, la mitad que la multitud de 2009.
Spicer pareció ansioso por imponer nuevas normas a la prensa, repetidamente criticada por Trump durante la campaña, quien incluso acusó a los grandes medios de dar "noticias falsas".
Las autoridades de la capital tienen como regla no comunicar las estimaciones de la cantidad de gente, para evitar toda polémica.
La comparación de las fotos aéreas tomadas el 20 de enero de 2009 y el viernes muestran que la investidura del republicano solo reunió a unos cientos de miles de personas, menos que para Obama.
Y las imágenes de la televisión mostraron que la gente no llegó a cubrir enteramente el espacio hasta el monumento a Washington, el obelisco del centro de la capital, como aseguró Trump.