Washington. Con cada inculpación, el expresidente republicano Donald Trump recauda enormes sumas de dinero y sube en las encuestas. Lejos de perjudicarle, los reveses judiciales resultan muy rentables en un país donde las elecciones se ganan a golpe de talonario.
El domingo 13 de agosto, incluso antes de su cuarta inculpación en Georgia, el precandidato presidencial republicano para 2024 envió un correo electrónico a sus simpatizantes invitándoles a rebelarse haciendo un donativo.
“El Departamento de Justicia de Biden está tratando de ENCARCELARME DE POR VIDA”, afirmó, antes de pedir a los “patriotas” que desembolsaran entre $24 y $1,000 mil para su candidatura electoral.
“Nuestra República pende de un hilo y Estados Unidos nos necesita ahora mismo”, agregó.
4 millones en 24 horas
Desde su primera inculpación en Nueva York hace unos meses, Trump, de 77 años, inundó a sus partidarios con mensajes de texto y correos electrónicos de este tipo, salpicados de un léxico incendiario.
Para él, los cuatro casos por los que es inculpado constituyen una “caza de brujas”, y el presidente demócrata Joe Biden es un líder “corrupto” a la cabeza de una “dictadura de pacotilla” que intenta “eliminar a su principal opositor”.
El resultado es evidente: el equipo de campaña del republicano anunció que recaudó más de $4 millones en las 24 horas siguientes a su primera inculpación, por pagos dudosos a una actriz porno.
Y se jactó de recolectar casi $7 millones justo después de la segunda, por presunta negligencia en el manejo de secretos de Estado.
Es innegable que Donald Trump conserva gran influencia sobre su base y que miles de estadounidenses responden a sus llamados para hacer donativos.
Jim Wood, un jubilado implicado en el día del asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021, es uno de ellos: ya donó casi $400 al millonario republicano desde su primera inculpación.
Y es que está convencido de que Donald Trump es víctima de una persecución política. “Seguiré dándole dinero, aunque vaya a la cárcel”, declaró.
Arma de doble filo
La movilización de sus partidarios le viene como anillo al dedo, sobre todo porque la campaña de recaudación de fondos del precandidato antes de las inculpaciones no despegaba como él quería.
Con cada nueva investigación, el republicano se beneficia ahora de lo que los expertos políticos denominan el “impulso de las inculpaciones”.
Este entusiasmo también se refleja en las encuestas: desde su primera inculpación, que atrajo una vertiginosa atención mediática, el expresidente también subió nueve puntos en la carrera por las primarias republicanas, según los sondeos recopilados por RealClearPolitics.
“Cada vez que presentan una inculpación, subimos mucho en las encuestas”, dice Donald Trump en sus mítines.
Justo después de la tercera, afirmó que “solo necesita una inculpación más para ganar estas elecciones”.
Sin embargo, aunque al expresidente y a su entorno les gusta presumir de las sumas recaudadas gracias a los líos judiciales, las ganancias son un arma de doble filo.
Los costos asociados a estas inculpaciones son tan desorbitados que el candidato tiene que echar mano de los fondos de su campaña. Y es dinero que no gasta en publicidad en televisión, mítines ni viajes.
“Sus gastos legales están por las nubes. Trump ya gastó un gran porcentaje de sus contribuciones en gastos legales”, declaró Larry Sabato, politólogo de la Universidad de Virginia.
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“Y estos gastos no harán más que aumentar durante meses y meses, quizás años”, añadió.