Washington. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue acusado el miércoles en el Congreso en un histórico segundo procedimiento de juicio político, una semana antes del final de su mandato, que termina en un clima de extrema tensión.
La Cámara de Representantes, controlada por los demócratas, votó a favor del impeachment del mandatario republicano por 232 votos contra 197.
Trump, quien cederá el poder al demócrata Joe Biden el 20 de enero, fue inculpado por la Cámara Baja de “incitar a la insurrección” en la toma del Capitolio por sus partidarios, la semana pasada, que dejó cinco muertos y conmocionó al país y al mundo.
“Hoy (miércoles), de manera bipartidista la Cámara demostró que nadie está por encima de la ley, ni siquiera el presidente de Estados Unidos”, dijo Nancy Pelosi, la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes, en en la ceremonia en la cual firmó el artículo de acusación.
Antes, había inculpado a Trump de alentar una “rebelión armada”, calificándolo de “peligro claro y presente contra la nación que todos amamos”.
A siete días de comenzar su nueva vida como expresidente, Trump parece extremadamente aislado.
Diez congresistas republicanos votaron a favor de la acusación, a diferencia de diciembre del 2019, cuando ningún miembro del partido del mandatario apoyó el primer juicio político en su contra.
Entonces, fue acusado de pedirle a Ucrania que investigara presunta corrupción vinculada a su rival Biden, a cambio de desbloquear una ayuda militar crucial para el país en guerra. El Senado, con mayoría republicana, lo absolvió en febrero del 2020.
Juicio en el Senado
La votación de la nueva acusación contra Trump el miércoles marca la apertura formal del procedimiento de juicio político, y ahora le corresponde al Senado juzgarlo nuevamente.
El proceso genera muchos interrogantes.
“Dadas las reglas (...) simplemente no hay posibilidad de que concluya un juicio justo o serio antes de que el presidente electo Biden jure el cargo la próxima semana”, consideró el líder de la mayoría republicana del Senado, Mitch McConnell, en un comunicado.
Recordó que los tres juicios políticos anteriores, de Andrew Johnson en 1868, de Bill Clinton en 1999 y de Trump el año pasado, duraron 83 días, 37 días y 21 días, respectivamente.
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McConnell, el republicano más poderoso del Congreso, ha dicho que no volverá a convocar al Senado, actualmente en receso, antes del 19 de enero como estaba programado.
Pero el líder demócrata del Senado, Chuck Schumer, enfatizó que McConnell podría iniciar un juicio “inmediatamente” si optaba por convocar una sesión de emergencia. De lo contrario, el proceso podría iniciarse después de la investidura de Biden.
Schumer, quien se encamina a reemplazar a McConnell cuando los demócratas pasen a controlar el Senado después del 20 de enero, aseguró que “habrá una votación para condenar al presidente por delitos graves y faltas, y si el presidente es condenado, habrá una votación para prohibirle que se presente nuevamente”.
Trump llama a unidad
En un discurso grabado en video desde la Oficina Oval, el presidente pidió a los estadounidenses que estén “unidos”, sin mencionar el impeachment.
“Elijamos avanzar unidos por el bien de nuestras familias”, expresó, haciendo “un llamado a todos los estadounidenses a superar las pasiones del momento”.
Repudiando a sus partidarios que asaltaron el Congreso, subrayó que “nunca hay una justificación para la violencia”. “Quienes participaron en los ataques de la semana pasada serán llevados ante la Justicia”, aseguró.
Washington, bajo estrictas medidas de seguridad, lucía irreconocible. El tráfico en las principales avenidas estaba bloqueado, había vallas de metal protegiendo edificios públicos, incluida la Casa Blanca, y miles de efectivos de la Guardia Nacional patrullaban armados.
Imágenes impactantes mostraron a decenas de reservistas militares que pasaron la noche en el Capitolio, y seguían durmiendo incluso cuando llegaron los legisladores.
Discusión intensa
El debate fue intenso en la Cámara de Representantes. La demócrata Ilhan Omar llamó a Trump un “tirano”. “No podemos dar vuelta la página y no hacer nada”, expresó.
Entre los republicanos, las posiciones fueron más contrastadas.
Fervientes partidarios del multimillonario republicano lo defendieron con uñas y dientes, como Jim Jordan quiendenunció “una obsesión” de los demócratas. O Matt Gaetz, quien señaló que “millones de personas aman” al gobernante.
Pero otros se distanciaron claramente.
“El presidente es responsable del ataque” al Congreso “de los alborotadores”, que “debería haber denunciado de inmediato”, admitió el líder republicano en la Cámara Baja, Kevin McCarthy.
Sin embargo, estimó que una acusación tan próxima al final de su mandato sería “un error”.
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McConnell no descartó votar para condenar al presidente.
“No he tomado una decisión final sobre cómo votaré y pretendo escuchar los argumentos legales cuando se presenten en el Senado”, indicó McConnell en una nota a sus colegas republicanos.
Crucial aliado de Trump durante cuatro años, McConnell ayudó a asegurar la absolución del presidente tras su primer juicio político.
Pero el líder republicano del Senado discrepó públicamente de los intentos de Trump de revocar los resultados electorales. La semana pasada, argumentó apasionadamente que la medida marcaría una “espiral de muerte” para la democracia estadounidense.
Trump sigue, sin embargo, siendo muy popular entre millones de estadounidenses, lo cual podría frenar a algunos legisladores a la hora de condenarlo.