El Paso y Washington. Los estadounidenses amanecieron conmocionados el domingo, divididos entre el dolor y la ira después de que dos tiroteos masivos dejaron 29 muertos en Texas y Ohio, que revivieron el debate de las armas de fuego y la retórica incendiaria de Donald Trump.
Veinte personas fueron asesinadas el sábado cerca del mediodía en El Paso, una ciudad fronteriza con México y predominantemente hispana, y menos de 13 horas después, nueve más cayeron abatidas en un animado vecindario de Dayton, Ohio, al noreste.
Las autoridades locales anunciaron que pedirán la pena de muerte contra el atacante de El Paso, un hombre blanco de 21 años, que la Policía sospecha pudo haber actuado por motivaciones racistas. Fue identificado como Patrick Wood Crusius.
El caso se maneja como “terrorismo doméstico”, anunció la Justicia federal.
“Dios bendiga a los habitantes” de ambas ciudades, tuiteó el presidente Donald Trump, sin responder a las críticas directas de varios aspirantes a las elecciones primarias demócratas que lo responsabilizan por el aumento de la violencia con armas de fuego.
“Hay que decir que el presidente en persona promueve el racismo y la supremacía blanca”, dijo Elizabeth Warren, candidata a la investidura presidencial demócrata.
En homenaje a las víctimas de ambas masacres, Trump ordenó que se izara la bandera estadounidense a media asta en la Casa Blanca y todos los edificios y espacios públicos durante cuatro días y condenó "estos actos de odio y cobardía".
Fin de semana violento
FUENTE: AP Y AFP. || w. s. / LA NACIÓN.
Horas después, el gobernante manifestó que “no hay lugar para el odio” en el país, y atribuyó ambas matanzas a “problemas mentales”.
Sin embargo, otras voces, incluyendo republicanos, no concuerdan con esta apreciación sobre la causa de estos hechos de violencia y llamaron a poner atención al desafío a la seguridad interna por parte del “terrorismo blanco”, que actúa inspirado en motivaciones supremacistas.
Ataques a mansalva
El Paso es vecina de Ciudad Juárez, México, y sus habitantes mantienen una intensa dinámica social y comercial, con ciudadanos de ambos lados yendo y viniendo para trabajar, estudiar o hacer compras.
Cuando el tirador abrió fuego el sábado indiscriminadamente contra las personas que estaban en el Walmart de El Paso, la tienda estaba llena de clientes en su mayoría hispanos.
Entre las víctimas mortales hay seis mexicanos.
El Gobierno de México dijo este domingo que tomará acciones legales “contundentes” para exigir a Estados Unidos que proteja a sus ciudadanos en ese país.
El hombre mató a 20 personas e hirió a otras 26 antes de entregarse.
Patrick Wood Crusius fue inculpado con cargos de homicidio en primer grado, que conlleva la pena capital, indicó la Policía este domingo. “El sospechoso fue inculpado de homicidio en primer grado”, confirmó el portavoz policial, Robert Gómez, en una conferencia de prensa.
Tales acusaciones lo exponen a ser sentenciado a la pena de muerte, de comprobarse su responsabilidad.
La Policía investiga un manifiesto, que se le ha atribuido y circula en Internet y en el que el autor habla de “una invasión hispana de Texas” y evoca la masacre perpetrada por un supremacista blanco en mezquitas en Christchurch, Nueva Zelanda, el 15 de marzo, que dejó 51 muertos.
En la noche, al otro lado del país, en Ohio, un hombre sembró el pánico en una zona de ocio de Dayton.
Mató a nueve personas e hirió a 27 en menos de un minuto, antes de ser abatido a tiros por la Policía que patrullaba el área.
“Si no hubieran estado allí (...) podríamos haber tenido cientos de muertos y heridos”, afirmó Nan Whaley, alcalde de la ciudad.
En este caso, el atacante también usó un rifle de asalto equipado con cargadores de alta capacidad, tenía municiones adicionales y llevaba un chaleco antibalas, informó Whaley. Sus motivos se desconocen, por el momento.
Fue identificado como Connor Betts, un hombre blanco de 24 años, y su hermana, Megan Betts, de 22 años, figura entre los asesinados en la masacre, de acuerdo con la Policía.
Anthony Reynolds, que salía de un club nocturno con un primo en ese momento, describió la escena de terror.
“Cuando vimos que los cuerpos empezaban a caer, nos dimos cuenta de que era grave (...) le gritamos a la gente ‘corran, hay un tirador’ porque muchos estaban conmocionados y no sabía que hacer”, narró a MSNBC.
En Estados Unidos, donde la compra y el porte de armas no están regulados, ocurren con frecuencia tiroteos en escuelas, así como en lugares de culto, trabajo y entretenimiento.
Según los registros de la ONG Gun Violence, desde el 1.° de enero, Estados Unidos ha sido escenario de 251 tiroteo.
Como después de cada baño de sangre, varias voces se alzaron para pedir una mejor regulación del mercado de armas de fuego. "Ya es hora de actuar y poner fin a esta epidemia de violencia armada", tuiteó el segundo favorito de las primarias demócratas, Joe Biden.
Pero muchos republicanos han preferido, una vez más, centrarse en los presuntos problemas de salud mental de los tiradores.
Grandes matanzas en Estados Unidos
Los tiroteos con saldo masivo de víctimas son frecuentes en Estados Unidos. He aquí algunos:
FUENTE: AGENCE FRANCE-PRESSE (AFP). || w. s. / LA NACIÓN.