Washington. Estados Unidos debe reparar su propia democracia para contrarrestar mejor a China y hacer que “pague las consecuencias” de su comportamiento “beligerante”, dijo este viernes un asesor cercano de Joe Biden al describir su estrategia contra la superpotencia rival.
Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional del nuevo presidente, confirmó la firmeza mostrada hasta ahora por el gobierno estadounidense, evocando incluso en ciertos aspectos una “continuidad” con la política de Donald Trump.
“China está tratando de demostrar que su modelo es mejor que el modelo estadounidense”, apoyándose en “las disfunciones y la división en Estados Unidos”, dijo durante una conversación con su antecesor Robert O’Brien, asesor del expresidente republicano, organizada por el think tank United States Institute for Peace.
El primero de los cuatro pilares de la política estadounidense debe ser “reparar los cimientos fundamentales de (su) democracia”, ya sea el “propio sistema democrático” o las desigualdades “raciales” y “económicas”.
“El segundo paso es reconocer que seremos más efectivos” actuando “de la mano de nuestros aliados democráticos”, agregó.
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Señaló que Estados Unidos, con sus aliados en Europa y Asia, representa “más de la mitad de la economía mundial”, lo que le da “la influencia necesaria para lograr resultados” y “defender una serie de principios frente a la agresión” de China.
Sullivan elogió la iniciativa de la administración Trump de relanzar el “Quad”, una alianza estratégica entre Estados Unidos, Australia, India y Japón para contrarrestar la influencia china en la región indopacífica.
“Tenemos muchas ganas de mantener y desarrollar este formato”, aseguró ante un visiblemente satisfecho O’Brien, que dio la bienvenida al “buen comienzo” del equipo de Biden en el caso chino.
El tercer objetivo es ganar la competencia por las “tecnologías del futuro”.
“Para ello se requiere trabajar de cerca con nuestros aliados y socios mientras hacemos inversiones públicas agresivas y ambiciosas aquí en Estados Unidos”, insistió.
Finalmente, el “último pilar” consiste, según el asesor de Joe Biden, “en estar también dispuestos a hacer pagar a China las consecuencias de lo que está haciendo en Xinjiang” contra los musulmanes uigures, que Washington califica de “genocidio”, “por lo que está haciendo en Hong Kong”, cuya vasta autonomía de antaño ha duramente limitado, y “por su comportamiento belicoso y las amenazas hacia Taiwán”.