Washington. Estados Unidos aseguró el jueves que bajo ningún concepto invitará a representantes del gobierno venezolano de Nicolás Maduro a la Cumbre de las Américas, prevista el mes que viene en Los Ángeles.
“Rotundamente no. No lo reconocemos como un gobierno soberano”, manifestó Kevin O’Reilly, coordinador de la Cumbre, a un comité del Senado cuando se le preguntó sobre la participación del gobierno de Maduro. Estados Unidos considera como ilegítimo al gobierno de Maduro y reconoce al líder opositor Juan Guaidó como presidente interino.
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Consultado sobre la eventual participación en la cumbre del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, acusado de un creciente autoritarismo, O’Reilly también fue definitivo. “No”, afirmó. Aunque fue menos tajante al responder preguntas sobre la posible participación de representantes del gobierno cubano.
El funcionario aseguró que la Casa Blanca estaba a cargo del asunto pero que a su entender ninguna invitación había sido enviada aún. El presidente estadounidense, Joe Biden, busca que la Cumbre de las Américas impulse la democracia en Latinoamérica y genere una mayor cooperación en temas de migración, una prioridad para Estados Unidos.
Pero varios países liderados por México han amenazado con boicotear la cumbre o con disminuir su participación en ella si Estados Unidos no invita a todas las naciones del hemisferio. O’Reilly expresó que el gobierno está “en constante diálogo” con México, luego de que el presidente Andrés Manuel López Obrador dijera que no asistirá “si no se invita a todos”.
“Ciertamente estamos teniendo conversaciones con el gobierno de México y todos los gobiernos en la región sobre la estructura y la organización”, indicó O’Reilly. El gobierno de Biden también destacó que piensa invitar a la cita a grupos de la sociedad civil de Latinoamérica.
Presidente de Cuba no irá a Cumbre
El presidente de Cuba Miguel Díaz-Canel anunció que “en ningún caso” asistirá a la Cumbre de las Américas. “Puedo asegurar que en ningún caso asistiré”, manifestó Díaz-Canel en Twitter, en un mensaje en el que agradeció “la valiente y digna posición de los países que han levantado su voz contra las exclusiones”.
Desde enero el gobierno del presidente Joe Biden ha venido señalando que el “compromiso” con la democracia sería el factor que decidiría quien sería invitado al encuentro regional.
Tras el amago de varios mandatarios de no participar, esta semana Estados Unidos señaló que buscaba encontrar formas de que los pueblos de Cuba, Venezuela y Nicaragua estuvieran representados en la cumbre, pero este jueves anunciaron que no invitarán al gobierno de Maduro, mientras que Díaz-Canel y Ortega aseguraron que no van a participar.
En su tuit Díaz-Canel dijo que pese a que no estará presente, “como siempre ocurrió en el pasado, la voz de #Cuba se hará escuchar en la IX Cumbre de las Américas”. “Se sabe que el gobierno de Estados Unidos concibió desde un inicio que la Cumbre de las Américas no fuera inclusiva”, agregó Diaz-Canel, que el viernes será anfitrión de la Cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblo de Nuestra América (ALBA).
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Se espera que a este encuentro en La Habana asistan además los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro; de Nicaragua, Daniel Ortega, de Bolivia y seis naciones del Caribe. Díaz-Canel acusó a Estados Unidos de “ejercer brutales presiones, a fin de desmovilizar los justos y firmes reclamos” de países de la región para que la cumbre de Los Ángeles fuera inclusiva.
Cuba, que estuvo presente por primera vez en una Cumbre de las Américas en el 2015 en Panamá, y volvió a estar en el 2018 en Lima, había denunciado el mes pasado que estaba siendo dejada fuera de los preparativos, y que sería un “grave retroceso histórico” que no la invitaran.
A pesar de la tensión por la Cumbre de las Américas, que pondrá énfasis en la crisis migratoria por el creciente flujo hacia la frontera entre México y Estados Unidos, el gobierno de Biden anunció a mediados de mayo el alivio a una serie de restricciones contra Cuba, impuestas durante la administración de Donald Trump.
Esta medidas facilitarán procedimientos de inmigración, transferencias de dinero y vuelos a la isla, una decisión saludada por el gobierno de La Habana.