Washington. Los gobiernos de Estados Unidos, Canadá, Australia y varios países europeos expulsaron este lunes a unos 116 diplomáticos rusos, varios de ellos acusados de espionaje, como respuesta al envenenamiento de un exagente doble en el Reino Unido.
Se trata de una reacción en bloque al ataque químico contra el exagente Serguéï Skripal y su hija, ocurrido a inicios de marzo en Salisbury, Reino Unido, en un atentado que el Gobierno británico atribuye a Rusia.
El Gobierno ruso, en tanto, dijo que la ola de expulsiones de diplomáticos es un “gesto provocador”.
El paso más enérgico lo dio la Casa Blanca, que ordenó la expulsión de 60 diplomáticos rusos -incluyendo 12 que trabajan en la representación ante Naciones Unidas-, a los que acusó de ser “oficiales de inteligencia”.
Además, el presidente Donald Trump determinó el cierre del Consulado de Rusia en la ciudad de Seattle, en el noroeste del país, a raíz de su proximidad con la base de submarinos de Kitsap y de la base de la gigante aeronáutica Boeing.
Los 12 rusos que laboran en la representación ante la ONU y otros 48 destinados en Washington y Nueva York tienen plazo de una semana para abandonar el territorio estadounidense.
Un alto funcionario dijo a la prensa en la Casa Blanca que la determinación de Trump representa la mayor expulsión de funcionarios rusos de territorio estadounidenses, incluyendo medidas similares cuando aún existía la Unión Soviética.
En diciembre del 2016, el gobierno del entonces presidente Barack Obama expulsó 35 diplomáticos rusos por la alegada injerencia de Moscú en las elecciones presidenciales en que Trump resultó vencedor.
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En una nota oficial, la Casa Blanca apuntó este lunes que la medida había sido tomada “en conjunto con nuestros aliados de la OTAN (Organiación del Tratado del Atlántico Norte) y asociados alrededor del mundo”.
En tanto, en Bulgaria el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, anunció que, “de forma concertada, 14 países de la Unión Europea (UE) decidieron expulsar diplomáticos rusos”.
Añadió que “no se excluyen nuevas medidas adicionales, incluyendo más expulsiones, en los próximos días”.
Alemania, Francia y Polonia expulsaron hasta ahora cada uno a cuatro diplomáticos rusos; República Checa y Lituania a tres, al tiempo que Italia, España, Albania, Dinamarca y Holanda a dos diplomáticos.
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También anunciaron expulsiones los gobiernos de Rumanía, Letonia, Estonia, Finlandia, Suecia, Croacia, Macedonia, Noruega y Hungría, cada uno de los cuales expulsó un diplomático.
Canadá echó a cuatro diplomáticos rusos, y Ucrania a 13.
Horas más tarde, Australia siguió el mismo sendero y ordenó la salida de dos enviados diplomáticos de Rusia.
“Esta decisión refleja la naturaleza estremecedora del ataque, la primera utilización ofensiva de armas químicas en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, con una sustancia letal en una zona habitada, poniendo en peligro a un número desconocido de personas”, afirmó el primer ministro, Malcolm Turnbull.
A estos se suman a los 23 ya expulsados antes por Reino Unido.
El ministro británico de Relaciones Exteriores, Boris Johnson, saludó la “respuesta extraordinaria de nuestros aliados”.
El gesto, dijo en la red Twitter, constituye “el mayor movimiento de expulsiones de agentes rusos de la historia”.
Today’s extraordinary international response by our allies stands in history as the largest collective expulsion of Russian intelligence officers ever & will help defend our shared security. Russia cannot break international rules with impunity
— Boris Johnson (@BorisJohnson) March 26, 2018
Moscú: habrá respuesta
Moscú reaccionó enérgicamente y en un comunicado de su Ministerio de Relaciones de Exteriores consideró a las expulsiones como un “gesto provocador”.
“Esta decisión inamistosa no quedará sin respuesta”, advirtió.
Los 18 países que anunciaron la expulsión de diplomáticos “se dejaron llevar por Londres sin ponerse a reflexionar sobre las circunstancias de lo que ha ocurrido”, agregó.
El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, reiteró ante la presa que el Gobierno ruso no tuvo ninguna responsabilidad en el atentado contra Skripal y su hija.
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“Lamentamos esta decisión que explican por el caso Skripal. Ya lo dijimos y lo repetimos: Rusia nunca tuvo y no tiene nada que ver en este caso”, declaró.
Por su parte, el embajador ruso ante Estados Unidos, Anatoli Antonov, declaró a la prensa de su país que la medida anunciada este lunes es un “golpe cuantitativo y cualitativo”, y “reduce lo que quedaba de las relaciones ruso-estadounidenses”.
El diplomático ruso lamentó que “Washington no entiende más que la fuerza”.
De acuerdo con las autoridades británicas, el ataque contra Skripal y su hija fue realizado con el agente neurotóxico Novichok, que, según afirmó, solamente es producido en Rusia.
La existencia de este programa fue revelada en los años 1990 por Vil Mirzayanov, un químico ruso refugiado en Estados Unidos, que asegura que los agentes tóxicos fueron creados en la década de los 80 por científicos soviéticos.
Este lunes, el Departamento de Estado llamó aRusiaa “aceptar responsabilidad por sus acciones”.