El presidente Nayib Bukele salió fortalecido de las elecciones legislativas de El Salvador con una arrolladora victoria que le permitirá el control de las instituciones clave.
Se prevé que el Partido Nuevas Ideas, que el mandatario ayudó a formar y que disputaba una elección por primera vez, y su aliado Gran Alianza Nacional (GANA), obtengan más de la mitad de los 84 escaños de la Asamblea Legislativa, aunque el resultado se conocerá cuando finalice el conteo oficial de los comicios.
Además, el triunfo abre un nuevo ciclo en el país centroamericano al enterrar el modelo político sostenido por los partidos tradicionales Arena y FMLN.
El jefe de Redacción del diario El Faro, Óscar Martínez, explica las repercusiones que puede tener para el país la consolidación de poder de Bukele. Asimismo, plantea que la alta popularidad del gobernante, cuya retórica es más inclinada hacia el autoritarismo, se debe a que la sociedad salvadoreña carece de una conciencia democrática.
— ¿Cuál es el significado de la contundente victoria de Nayib Bukele en las elecciones legislativas y municipales?
Confirma que la mayoría de la población salvadoreña está convencida que el proyecto de Nayib Bukele sacará adelante a El Salvador.
“El presidente, una persona que ha tenido rasgos autoritarios, ahora va a tener más poder que ningún otro mandatario en la historia democrática del país. Tiene el Ejecutivo, el Legislativo y pronto contará con una poderosa mano dentro del Judicial, porque la Asamblea nombra al menos cinco magistrados de la Corte Suprema.
“Bukele podrá legislar en este país sin el apoyo de ningún otro partido político. No necesita a nadie más para reformar la Constitución ni para suspender las garantías constitucionales, cambiar leyes o aumentar impuestos”.
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— ¿Qué es lo que más preocupa de toda esta concentración de poder del presidente, un aspecto que además abre un nuevo capítulo en la historia de El Salvador?
— Bukele ha demostrado sistemáticamente que quiere acumular poder y que quiere ejercer la democracia sin obstáculos, es decir, ejercer una democracia raquítica.
“Entonces, ¿cuáles son los enormes temores que tenemos? Bueno, cuando tenía contrapeso en el Legislativo ya incumplió sentencias y legisló a través de Twitter violando la propia Constitución.
“Supongo que ahora una de sus lecturas será que con tanta acumulación de poder, lo que él considera estorbos en su camino van a ser cada vez más evidentes. Intuyo que los seguimientos, amenazas, ataques a la prensa, van a aumentar lejos de claudicar.
“Creo que el ejercicio del periodismo en el país será cada vez más complicado y puedo garantizar que el año pasado fue uno de los más difíciles para la prensa en El Salvador”.
— ¿Cuál es la estrategia detrás de agitar el fantasma del fraude como lo hizo el mandatario el propio día de la elección?
— Lo que Bukele hizo no es nuevo. En las elecciones del 2019 también apareció a pedirle el voto a la gente. En aquel caso fue un Facebook Live y le dijo a las personas que por favor no lo dejaran solo.
“Es una estrategia repetida de Bukele: construye un enemigo a derrotar y llama a los ciudadanos a que le ayuden a derrotar a ese enemigo ficticio a media tarde de las elecciones. Para mí esas son estrategias de propaganda que no tienen otro objetivo más que encontrar y conseguir más votos”.
— ¿Por qué si Bukele es un presidente con tintes de autoritarismo conserva tanta popularidad en El Salvador?
— Bueno, porque esta sociedad no es una sociedad democrática. Esta no es una sociedad que tenga cultura de la paz y de democracia. Esta es una sociedad que ha sido deformada por sus clases políticas y que desde los acuerdos de paz nunca ha pasado por los procesos de reconciliación, así como nunca ha habido educación profunda en sus escuelas sobre el significado de la democracia y los deberes y privilegios que da.
“Históricamente, los partidos han tratado a los votantes como personas que un día llegan a depositar un voto y nunca más importan. Así es difícil pedirle a una sociedad como esta una conciencia democrática profunda cuando ningún partido político de los importantes en la posguerra se ha dedicado a crear cultura democrática. Este es un país que quiere un caudillo, porque es un país con una sociedad que no responde a valores y principios democráticos, en su mayoría. Es muy triste decirlo.
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“Bukele es el reflejo de lo que esta sociedad busca, es el reflejo de esta sociedad. No crea que a Bukele le votan las clases privilegiadas económicamente, si le votaran las clases altas hubiera perdido, ya que los privilegiados económicamente en El Salvador son muy pocos. Tiene una enorme base popular clase media y clase obrera. Tiene también gente de clase media alta, pero su gran base está en los sectores populares de este país. Bukele es un reflejo de una sociedad que ha sido deformada por diferentes administraciones públicas”.
— ¿A qué se debe que no se le cobre la negociación con las pandillas como si ha ocurrido con otros expresidentes?
— Hay una estrategia en la que Bukele al igual que Trump consiguió grandes logros, y eso fue en el desprestigio a la prensa. Bukele logró instalar en la discusión pública la idea de que los periodistas independientes somos opositores políticos y que lo nuestro no es periodismo, sino propaganda en su contra. Esa idea repetida caló hondo en una sociedad poco democratizada, con poco acceso a Internet y a los medios tradicionales.
“Entonces a mucha gente aunque se le presenten pruebas no cree en lo que se le dice o se le demuestra. Se le pueden poner decenas de documentos del gobierno y hay un gran sector de la población que dirá que es una estrategia inventada con tal de difamar al gobierno.
“Además, Bukele tiene un nivel de popularidad tan alto que ha podido por sobre cualquier acusación”.
— ¿Por qué la caída tan estrepitosa de los partidos tradicionales el Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y la Alianza Republicana Nacionalista (Arena) en las elecciones?
— Estos partidos venían cayendo en su caudal de votos en la última década. Estos partidos destruyeron este país en las últimas dos décadas, se dedicaron a convertir este país en un país miserable.
“Además, han hecho suficientes cosas para que la gente esté muy enojados con ellos. Creo que en ese sentido, los salvadoreños reaccionaron muy tarde. Para mí el problema es que han reaccionado dándole todo el poder a un hombre que tiene todos los vicios que los integrantes de estos partidos demostraron durante sus últimas tres décadas: corrupción, desinformación, ataque a los medios, intento de concentración del poder, pocos valores democráticos.
“De hecho, Bukele proviene del FMLN, fue alcalde en dos ocasiones con este partido y gran parte de la gente que lo rodea viene del FMLN, muchos de los diputados que ha incluido en la Asamblea Legislativa es gente que ya tuvo trayectoria en otros partidos políticos. Bukele crea eslóganes como que sus adversarios son los mismos de siempre. Bueno, Bukele está rodeado de los mismos de siempre”.