Berlín. El gas ruso no debe ser utilizado como arma geopolítica contra Ucrania, declaró este domingo en Kiev la canciller alemana, Ángela Merkel, cuando alemanes y rusos terminan un gasoducto que evita Ucrania y debilita este habitual país de tránsito.
“Estamos de acuerdo con los estadounidenses en que el gas no debe ser utilizado como arma geopolítica y al final lo veremos en función de la renovación (por Rusia) del contrato de tránsito vía Ucrania” del gas, dijo la canciller alemana.
Merkel, quien efectúa una visita de despedida en Kiev antes de dejar el poder en otoño, realizó estas declaraciones en una rueda de prensa con el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, dos días después de visitar el dirigente ruso Vladimir Putin.
El mandatario ucraniano había estimado poco antes que el gasoducto Nord Stream 2 era “una peligrosa arma geopolítica del Kremlin”.
“Nadie puede negar que los principales riesgos (...) recaerán en Ucrania”, agregó.
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El gasoducto submarino, que atraviesa el mar Báltico para unir Rusia y Alemania y está a punto de completarse, priva a Ucrania de al menos $1.500 millones anuales que recibe actualmente por el tránsito de gas ruso por su territorio.
Estados Unidos ve con recelo esta infraestructura, pero Alemania prometió presionar a Rusia para que extienda 10 años más el acuerdo de transporte de gas por Ucrania que caduca a finales del 2024.
Enfrentada desde 2014 a separatistas prorrusos en el este del país, Ucrania ve el transporte del gas ruso por su territorio como una herramienta clave de presión a Moscú.