Washington. Se espera que el Congreso de Estados Unidos apruebe este viernes un proyecto de ley para frenar la violencia con armas de fuego, un día después de que la Corte Suprema reafirmara el derecho a la portación de armas en público.
El Senado aprobó la noche del jueves la iniciativa, que busca frenar la violencia con armas de fuego con medidas restrictivas y el aporte de miles de millones de dólares en fondos para la salud mental y la seguridad escolar.
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La luz verde de la Cámara alta, en la que la exigua mayoría demócrata consiguió el apoyo de algunos republicanos, fue un aliento para los activistas por el control de las armas, horas después de la consternación que les causó el fallo de la Corte Suprema, que estableció el derecho portar armas de fuego en público.
Esa sentencia anuló una ley neoyorquina de más de un siglo que establecía que quien quisiera un permiso para llevar un arma de fuego fuera del hogar debía demostrar que la necesitaba.
Bipartidismo y ‘senido común’
Y si bien el proyecto de ley —que casi con seguridad será ratificada por la Cámara de Representantes el viernes— no satisface las demandas de los opositores a las armas y del presidente Joe Biden, es considerada un avance tras casi 30 años de infructuosos esfuerzos en el Congreso.
“Esta ley bipartidista ayudará a proteger a los estadounidenses”, dijo Biden en un comunicado poco después de la votación del Senado. “Niños en las escuelas y comunidades estarán más seguras gracias a ella”.
La ley, respaldada por los 50 senadores demócratas y 15 republicanos, incluye la mejora de la comprobación de los antecedentes de los compradores menores de 21 años, $11.000 millones de financiación para la salud mental y $2.000 millones para programas de seguridad escolar.
También destina fondos para incentivar a los estados a aplicar leyes de “alerta” para retirar las armas de fuego a personas consideradas amenazantes. Cierra asimismo el llamado agujero del “novio”, por el cual los maltratadores domésticos podían evitar la prohibición de comprar armas de fuego si no estaban casados o no vivían con su víctima.
“El Senado de Estados Unidos está haciendo esta noche algo que muchos creían imposible hasta hace unas semanas: estamos aprobando el primer proyecto de ley de seguridad de armas significativo en casi 30 años”, dijo el líder de la mayoría demócrata del Senado, Chuck Schumer.
“El proyecto de ley de seguridad de las armas que estamos aprobando esta noche puede describirse con tres adjetivos: bipartidista, de sentido común, salvador de vidas”, dijo. El senador republicano Mitch McConnell consideró que la ley tornará a Estados Unidos más seguro “sin hacer menos libre a nuestro país”.
“Este es un paquete (de normas) de sentido común. Sus disposiciones son muy, muy populares. Contiene cero nuevas restricciones, cero nuevos periodos de espera, cero mandatos y cero prohibiciones de ningún tipo para los propietarios de armas respetuosos con la ley”, añadió.
La poderosa Asociación Nacional del Rifle (NRA) y muchos republicanos de ambas cámaras del Congreso se oponen, pero la iniciativa cuenta con el respaldo de grupos que trabajan en temas policiales, violencia doméstica y enfermedades mentales.
‘Día histórico’
El texto es obra de un grupo senadores demócratas y republicanos que pasó semanas concertando detalles y resolviendo disputas. Los legisladores procuraron terminar las negociaciones rápidamente para aprovechar el impulso generado por el asesinato de 19 niños y dos maestras en Uvalde (Texas) y de 10 personas negras en un supermercado de Buffalo, al norte del estado de Nueva York, ambos el mes pasado.
Es un “día histórico”, celebró el senador Chris Murphy, que lideró las negociaciones por los demócratas. “Esta se convertirá en la ley más significativa contra la violencia armada que el Congreso ha aprobado en tres décadas”, dijo en el pleno del Senado.
“También da la oportunidad de demostrar al agobiado pueblo estadounidense que la democracia no está tan rota”, afirmó. La última legislación federal importante de control de armas fue sancionada en 1994 al crear un sistema nacional de comprobación de antecedentes y prohibir la fabricación para uso civil de rifles de asalto y cargadores de munición de gran capacidad.
Pero esa ley expiró una década después y desde entonces no hubo ningún movimiento serio de reforma pese al aumento de la violencia con armas de fuego. Biden había impulsado iniciativas más ambiciosas, como el restablecimiento de la prohibición de los rifles de asalto —que se utilizaron en los tiroteos de Texas y Nueva York— y de los cargadores de alta capacidad.
Pero es un desafío político legislar en un Senado dividido entre 50 demócratas y otros tantos republicanos, ya que la mayoría de los proyectos de ley requieren 60 votos para ser aprobados.
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