Brasilia. El presidente de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro, se mantiene firme tras casi cuatro años en el poder que no alteran su gusto por los exabruptos, los desafíos a las instituciones y la polarización de la sociedad brasileña.
Este excapitán del Ejército nostálgico de la dictadura militar (1964-1985), de 67 años, encarrila este martes su campaña de cara a la primera vuelta de los comicios del 2 de octubre con un discurso amenazante. Segundo en las encuestas detrás del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, Bolsonaro advierte de un posible fraude, alegando sin pruebas fallas en el sistema electrónico en Brasil.
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“Solo Dios me puede sacar del poder”, afirmó en varias ocasiones este exparacaidista, para quien estas elecciones son una batalla entre “el bien y el mal”. Admirador del expresidente estadounidense Donald Trump, Bolsonaro sigue contando con el apoyo de buena parte de quienes le auparon en el 2018: los influyentes ‘lobbies’ de las armas, el agronegocio y el vasto electorado evangélico. Al mismo tiempo, trata de atraer a la población más vulnerable con nuevas ayudas sociales.
El balance de la pandemia
Su mandato se ve marcado por las crisis, empezando por la pandemia de la covid-19, que definió de “gripecita” al tiempo que criticó las vacunas, susceptibles de convertir a uno en “cocodrilo”. Tras oponerse a las medidas de prevención y a la campaña de vacunación, Bolsonaro aseguró no ser “culpable de nada”, pese a que una comisión de investigación parlamentaria defendió su inculpación por “crímenes de lesa humanidad”.
Al día de hoy, 680.000 personas murieron en Brasil por el coronavirus. Con la misma actitud desafiante, enfrentó las cerca de 140 solicitudes de juicio político presentadas en el Parlamento y la apertura de varias investigaciones en su contra en el Supremo Tribunal Federal, en particular por desinformación.
Por este motivo, atacó frontalmente a la justicia, hasta el punto de amenazar con dejar de acatar las decisiones de la máxima corte. Plataformas como YouTube y Facebook también tomaron medidas contra el ultraderechista retirando algunos de sus videos con declaraciones falsas.
Desdeñando los medios tradicionales, Bolsonaro se comunica directamente con sus millones de suscriptores en las redes sociales. La semana pasada, concedió una entrevista de más de cinco horas para el podcast de un influencer.
‘Outsider’
En el plano internacional, criticó duramente a varios líderes extranjeros, a la vez que se mostró “neutro” con la invasión de Ucrania ordenada por el presidente ruso, Vladímir Putin, con quien se reunió en Moscú semanas antes de la guerra. Una de las polémicas más violentas la protagonizó con el presidente francés, Emmanuel Macron, en el 2019, cuando ardía la Amazonía, donde la deforestación batió récords bajo su mandato.
Bolsonaro llegó al poder con un discurso anticorrupción, presentándose como un “outsider”, aunque fue diputado federal durante tres décadas. Este hombre de ojos azules y sintaxis simple, a menudo vestido con una camisa por fuera del pantalón, sedujo al 55% de los brasileños, a pesar de sus declaraciones racistas, misóginas y homófobas.
Prometió además acabar con la violencia, la izquierda “podrida” y la crisis económica, que la pandemia contribuyó no obstante a agravar. Su Gobierno, sujeto a múltiples remodelaciones, recayó en manos de varios militares, como el vicepresidente, Hamilton Mourao.
‘Dios por encima de todos’
Jair Messias Bolsonaro nació en 1955 en Glicério, un pequeño pueblo en el interior de Sao Paulo, en una familia de origen italiano. Aprendió a pescar y con su padre, Percy Geraldo Bolsonaro, ‘garimpeiro’ en la selva de Pará durante los años 1980, también a buscar oro.
Fue a la academia militar en Rio de Janeiro y entró a la vida castrense, salpicada de episodios de insubordinación. En 27 años como diputado en Brasilia, fue autor de solo dos proyectos de ley que resultaron aprobados. Este defensor de la familia que se define católico tuvo cinco hijos de tres matrimonios.
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Su esposa actual, Michelle, es una ferviente evangélica que está ganando protagonismo en la campaña, en la que Bolsonaro vuelve a esgrimir su lema “Brasil por encima de todo. Dios por encima de todos”.
Bolsonaro está muy unido a sus tres hijos mayores, todos funcionarios electos, actualmente investigados por sospechas de corrupción o difusión de informaciones falsas. Después de sufrir un ataque con arma blanca en plena campaña electoral en el 2018, Bolsonaro sufre problemas intestinales, posiblemente crónicos, que lo han llevado al hospital en varias ocasiones.