Jerusalén. El valle del Jordán, una llanura agrícola, militarizada y con importantes recursos acuíferos que según el plan de paz estadounidense sería anexado por Israel, es una lengua de tierra estratégica, que representa alrededor del 30% de Cisjordania ocupada y se extiende a lo largo de la frontera con Jordania.
Israel considera que esta llanura encastrada entre dos macizos desérticos es esencial para su seguridad, puesto que le permite limitar las fronteras de los territorios palestinos y, por lo tanto, controlar eventuales infiltraciones.
Si es anexado, este valle se convertiría en la frontera oriental israelí, ampliando así su territorio contiguo a Jordania, país con el que Israel firmó un acuerdo de paz en 1994.
A pesar de este acuerdo, el valle serviría, desde la perspectiva militar israelí, como una zona de amortiguación, que está poco poblada, en caso de ataques por vía terrestre por parte de sus vecinos.
El valle del Jordán es "vital" para Israel, declaró este martes el primer ministro Benjamin Netanyahu, en conferencia de prensa conjunta en Washington con el presidente estadounidense Donald Trump, anunciando que en el marco del proyecto norteamericano, su país "aplicará su soberanía" sobre esta región.
Antes de las elecciones legislativas de setiembre pasado, Netanyahu prometió que si era reelegido, anexaría el valle, una medida que aniquilaría “cualquier posibilidad de paz”, advirtieron entonces los palestinos.
Netanyahu precisó que la anexión no incluirá a las ciudades palestinas, como Jericó, que se arriesgaría a convertirse en una isla árabe rodeada de territorio israelí.
El rival político del primer ministro, y excomandante en jefe del Ejército, Benny Gantz, a quien el primero enfrentará nuevamente en la consulta legislativa del 2 de marzo, también se ha declarado a favor de la anexión del valle.
Controlado por Israel
Unos 10.000 de los 400.000 colonos israelíes establecidos en Cisjordania ocupada viven en el valle del Jordán, según datos del gobierno israelí y organizaciones.
Al menos 65.000 palestinos también viven allí, incluyendo la ciudad de Jericó (con 20.000 habitantes), según la organización anticolonias israelí B’Tselem.
La colonización israelí, tanto de Cisjordania como de Jerusalén Este es ilegal según el derecho internacional.
Sin embargo, Estados Unidos cambió en noviembre su posición respecto a este asunto tan sensible, aseverando que estas colonias no son contrarias al derecho internacional.
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La mayor parte del valle ya es administrada por Israel en tanto integra el área denominada "C" de Cisjordania, según los acuerdos de Oslo que han encuadrado las relaciones entre la Autoridad Palestina e Israel desde mediados de la década de 1990.
La zona "C", bajo control civil y de seguridad israelí, representa alrededor del 60% de Cisjordania en su conjunto.
Recientemente, el ministro de Defensa, Natftali Bennett, afirmó que toda el área "C", y no solamente el valle del Jordán, pertenece a Israel.
Agua
Extendiéndose desde el sur del lago Tiberíades (también llamado mar de Galilea) hasta el norte del mar Muerto, el valle del Jordán es estratégico para la industria agrícola por sus recursos hídricos en una región semiesértica.
Según B'Tselem, el 56% del valle está reservado para uso exclusivamente militar y el 85% de sus tierras no es accesible a los palestinos.
Según cifras de la Unión Europea, es precisamente en el valle donde las autoridades israelíes han llevado a cabo la mayor cantidad de demoliciones desde el 2009 (2.403 edificios palestinos).