Caracas. Las elecciones presidenciales en Venezuela se llevarán a cabo el 28 de julio, en el segundo semestre del año, según lo acordado entre el gobierno y la oposición en una mesa de diálogo, informó este martes la autoridad electoral.
El presidente Nicolás Maduro se perfila como el candidato natural del chavismo para la reelección por seis años, aunque aún no confirmó su candidatura. Por otro lado, la oposición está prácticamente sin candidato, dado que María Corina Machado, elegida en las primarias, está inhabilitada para ejercer cargos públicos por 15 años.
La directiva del Consejo Nacional Electoral (CNE), de línea oficialista, aprobó por “unanimidad” la fecha del 28 de julio, poco más de cinco meses antes de la toma de posesión, el 10 de enero de 2025. El anuncio fue realizado por su presidente, Elvis Amoroso, en una declaración ante la prensa.
“La Junta Nacional Electoral” presentó “un cronograma electoral que contempla todos los requisitos constitucionales, legales y técnicos para celebrar las elecciones presidenciales del año 2024″, dijo Amoroso, excontralor responsable de inhabilitar a opositores y sancionado por Estados Unidos en 2017 y la Unión Europea en 2020.
Previamente, el CNE recibió del Parlamento, controlado por el chavismo, un documento con 27 propuestas de fechas para las presidenciales, tras un proceso de consulta de casi un mes con dirigentes políticos y sectores civiles.
El cronograma
El plazo para inscribir candidaturas se fijó entre el 21 y el 25 de marzo, y la campaña electoral comenzará el 4 de julio, extendiéndose hasta el 25 de ese mes.
La fecha se encuentra dentro del lapso del segundo semestre acordado por representantes del gobierno y la oposición en negociaciones mediadas por Noruega.
El pacto incluye la presencia de una misión de observación técnica de la Unión Europea, así como de otros actores internacionales, aunque Amoroso no se pronunció al respecto.
La UE envió una misión en 2021 para las últimas elecciones de alcaldes y gobernadores, donde identificó mejoras considerables en el sistema de votación, pero también irregularidades como el uso de recursos públicos en la campaña, la inhabilitación “arbitraria” de candidatos y el establecimiento de puntos de control del partido de gobierno en centros de votación.
La presencia de la UE en el país terminó de forma abrupta después de que Maduro los tachara de “enemigos” y “espías”.
‘¡Vamos, Nico!’
Maduro, en el poder desde 2013 tras ser designado por Hugo Chávez antes de su muerte, afirmó a principios de año que era “prematuro” confirmar si buscaría un tercer mandato, aunque importantes dirigentes del chavismo ya lo dan como candidato del Partido Socialista de Venezuela (PSUV).
Su reelección en 2018 fue calificada de “fraudulenta” por la oposición, que boicoteó el proceso, así como por Estados Unidos y la UE, que también desconoció el resultado.
De antemano, el ambiente es de campaña dentro de las filas del chavismo. Maduro comenzó a viajar a provincias para actos gubernamentales y políticos, que hasta ahora habían sido excepcionales.
Maduro se muestra activo, descendiendo del automóvil para saludar a seguidores pese a su estricto anillo de seguridad.
“¡Vamos, Nico!”, una consigna en respaldo del mandatario, fue coreada este martes en la plenaria del Parlamento tras el anuncio de la fecha.
Machado, aunque está inhabilitada para inscribirse, se mantiene activa en actos políticos. La semana pasada recorrió regiones del oriente del país, y este martes está en Barinas, estado natal de Chávez (1999-2013), conquistado por la oposición en las elecciones de gobernadores de 2021 en un proceso plagado de obstáculos por parte de las autoridades.
Expertos coinciden en que Machado podría nombrar eventualmente a un sucesor.
Machado, del ala más radical de la oposición, ganó en octubre pasado las elecciones internas de la alianza opositora Plataforma Unitaria con más de 2 millones de votos (92% del total).
Otros dirigentes alejados de la oposición tradicional, tachados de “colaboracionistas” por esta, anunciaron intenciones de correr en las presidenciales, lo que analistas estiman busca dividir el voto antichavista.