Moscú. En el primer encuentro con su homólogo estadounidense Joe Biden, este miércoles en Ginebra, el presidente ruso Vladimir Putin no exigirá mayores avances en el control de armas y el fin de las sanciones ni tampoco disculpas por haber sido tratado de “asesino”.
El principal objetivo de Putin era que la cumbre se llevara a cabo para demostrar la importancia de Rusia y eso ya lo consiguió.
Por su lado, Biden llega a la cita con Putin, uno sus grandes adversarios geopolíticos, tras una semana de reuniones con sus principales aliados en el G7, la Unión Europea (UE) y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
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Ante la magnitud de las tensiones y la lista de reclamos estadounidenses a Rusia —ciberataques, injerencia electoral, encarcelamiento del opositor Alexéi Navalni, eliminación de la oposición del juego político— funcionarios de ambos países rebajan las expectativas de la cumbre.
Para Putin, según los expertos, la invitación de Biden es suficiente por sí sola porque es una señal de respeto. El reconocimiento del poder de Rusia es el principal tema para Putin después de dos décadas en el poder.
"Uno de los motores absolutamente cruciales de su política exterior es devolver a Rusia su lugar en el escenario mundial, y este tipo de eventos juega en ese sentido", explicó Mark Galeotti, profesor de estudios rusos del University College de Londres.
"La cumbre en sí misma es una victoria", agregó el académico, al destacar que Putin será uno de los primeros líderes en reunirse cara a cara con Biden desde su llegada a la Casa Blanca en enero.
La cita se realiza por iniciativa de Biden, en momentos en que Rusia hace una demostración de fuerza con decenas de miles de soldados en su frontera con Ucrania.
Campo de los grandes
"La cumbre muestra que Rusia juega en la cancha de los grandes", comentó Alexandre Choumiline, de la Academia Rusa de las Ciencias. "El Kremlin lo desea así y occidente también", agregó.
Nadie espera un intercambio amigable, luego de que los dos presidentes se aplicaron sanciones y contrasanciones durante seis meses.
Biden llegó a considerar apropiado referirse a Putin como "asesino", una declaración que provocó el llamado de sus respectivos embajadores a las capitales.
Prometió también una postura dura ante el jefe del Kremlin por los ciberataques, Ucrania y la injerencia electoral, al tiempo que aseguró que no quedará "de brazos cruzados" antes las "violaciones" de derechos humanos.
Rusia, a su vez, designó oficialmente a Estados Unidos como un "Estado inamistoso".
El único acontecimiento positivo en las relaciones ruso-americanas es la prolongación en febrero del tratado nuclear New Start, para la reducción de armamentos entre los dos rivales.
En una entrevista con la cadena estadounidense NBC News, divulgada el viernes, el presidente ruso consideró que las relaciones con Washington "se han deteriorado al punto más alto de los últimos años", pero dijo esperar que Biden sea menos impulsivo que su antecesor, Donald Trump.
"Nosotros no buscamos el conflicto" con Rusia, aseguró Biden el domingo a periodistas durante la cumbre del G7 en Inglaterra.
El jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, afirmó que Moscú no guarda "ninguna ilusión" sobre la cumbre y espera, a lo sumo, avances sobre la cuestión de la "estabilidad estratégica".
Para los expertos, los dos líderes buscarán darle a su confrontación una forma más previsible.
“Las relaciones entre Rusia y Estados Unidos se han vuelto irracionales”, consideró Fiodor Lukianov, redactor en jefe de la revista Russia in Global Affairs.
"Ellos ahora quieren pasar a un sistema estructurado que recuerda más a la Guerra Fría", consideró.
‘Sobre un estante’
Nuevas discusiones sobre el control de los arsenales nucleares ya sería positivo, o incluso un esfuerzo en materia de ciberseguridad.
Sin embargo, en la cuestión de los derechos humanos y de Alexéi Navalny, no se espera mayor cosa. Tampoco sobre el apoyo ruso a los separatistas en el este de Ucrania.
"Putin ha sido 100% claro, él no considera a los Estados Unidos como una referencia en materia de derechos humanos", apuntó la analista independiente Maria Lipman
Al final, según Mark Galeotti, Putin podrá volver a Moscú saboreando la gloria, mientras Biden pasará a otra cosa.
“Biden simplemente (...) quiere poner a Rusia en una caja y dejarla sobre un estante”, consideró Galeotti. “Él tiene otros problemas, la covid-19, China”, sostuvo.
A su juicio, el mensaje de Biden a Putin será, a grosso modo, "mientras no haga nada que me obligue a actuar, no le prestaré mayor atención".
No se prevé una conferencia de prensa conjunta tras la cumbre de Ginebra. Biden deberá comparecer en solitario ante los periodistas mientras que Putin tiene previsto conversar con la prensa rusa que lo acompaña.