Una mayoría bipartidista de legisladores en la Cámara de Representantes de Estados Unidos votó el miércoles para someter a juicio político a Donald Trump siete días antes del final de su mandato, convirtiéndolo en el primer presidente estadounidense en sufrir esa infamia dos veces.
Con casi todos los votos contados, 217 legisladores (en una mayoría actual de 433 en la Cámara Baja) acusó al mandatario republicano de “incitar a la insurrección”, luego de que en un encendido discurso la semana pasada instara a sus partidarios a marchar hacia el Capitolio cuando el Congreso certificaba la victoria electoral del demócrata Joe Biden.
Al menos 10 republicanos votaron junto con los demócratas que presentaron la acusación. Este cargo contra el presidente republicano desencadenará un juicio en el Senado, que no se espera que comience sus procedimientos hasta que Trump, de 74 años, haya dejado la Casa Blanca.
2:33 p. m. El líder republicano del Senado McConnell no descarta votar para destituir a Trump
El líder republicano del Senado de Estados Unidos, Mitch McConnell, indicó el miércoles que no ha tomado posición sobre el juicio político del presidente Donald Trump y no descarta votar para destituirlo.
“Si bien la prensa ha estado llena de especulaciones, no he tomado una decisión final sobre cómo votaré y pretendo escuchar los argumentos legales cuando se presenten en el Senado”, dijo McConnell en una nota a sus colegas republicanos.
Varios informes de prensa dijeron el martes que McConnell, un firme aliado de Trump durante cuatro años, apoyaba la decisión de los demócratas de someterlo a un “impeachment”, considerando fundada la acusación.
La resolución presentada en la Cámara de Representantes prevé un solo cargo: “incitación a la insurrección”, y está motivada por el encendido discurso de Trump antes del asalto de sus partidarios al Capitolio el 6 de enero, cuando el Congreso certificó la victoria electoral de Joe Biden.
La oficina de McConnell confirmó sin embargo el miércoles que no volverá a convocar al Senado hasta el martes 19 de enero, la víspera de la toma de posesión de Biden, lo que significa que es prácticamente seguro que Trump cumplirá su mandato.
Sin embargo, una condena en el Senado podría inhabilitar al expresidente a postularse nuevamente en 2024, un alivio para muchos republicanos que quieren dar vuelta la página de la era Trump.
McConnell cumplió fielmente la agenda de Trump y ayudó a asegurar su absolución después de su primer “impeachment” por parte de la Cámara Baja en diciembre de 2019.
Pero el líder republicano del Senado discrepó públicamente con los intentos de Trump de revocar los resultados electorales. La semana pasada, McConnell argumentó apasionadamente que la medida marcaría una “espiral de muerte” para la democracia estadounidense.
McConnell se dispone a perder el control del Senado ante los demócratas, que la semana pasada ganaron una doble segunda vuelta en Georgia.
1:33 p. m. Trump llama a la calma y pide que no haya violencia ni vandalismo
El presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump, llamó el miércoles a la calma y dijo que se opone a cualquier violencia mientras el Congreso debate su acusación por alentar el asalto al Capitolio hace una semana.
“Ante las informaciones sobre más manifestaciones, insto a que NO haya violencia, NO se cometan delitos y NO haya vandalismo de ningún tipo. Eso no es lo que yo defiendo, ni tampoco lo que Estados Unidos defiende”, aseguró Trump en un comunicado emitido por la Casa Blanca.
“Pido a TODOS los estadounidenses que ayuden a aflojar las tensiones y calmar los ánimos. Gracias”, añadió.
1:16 p. m. Trump es responsable de invasión al Congreso pero juicio político es un ‘error’, dice lider republicano
El principal legislador republicano en la Cámara de Representantes de Estados Unidos dijo el miércoles que el presidente Donald Trump “carga con la responsabilidad” de la invasión al Congreso, pero consideró inapropiado someterlo a un juicio político.
“Un juicio político con tan poco tiempo sería un error” porque “podría dividir más a la nación”, dijo el líder de la minoría republicana en la Cámara (Baja), Kevin McCarthy, durante la sesión en la que se discute someter a Trump a un nuevo juicio político. No obstante admitió que el presidente “carga con la responsabilidad del ataque al Congreso” el miércoles pasado.
12:48 p. m. Nancy Pelosi: Trump es un ‘claro y presente peligro’ y ‘debe irse’
Donald Trump es “un peligro claro y presente”: la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, instó el miércoles a destituir al mandatario saliente de Estados Unidos, que se encontraba a un paso de un histórico segundo juicio político a solo una semana del fin de su gobierno.
Con Washington bajo tensión siete días después del asalto al Capitolio, Trump llamó a la calma.
“Insto a que NO haya violencia, NO se cometan delitos y NO haya vandalismo de ningún tipo. Eso no es lo que yo defiendo, ni tampoco lo que Estados Unidos defiende”, dijo en un comunicado.
Poco antes, Pelosi había acusado a Trump de haber alentado una “rebelión armada”.
“El presidente de Estados Unidos incitó a esta insurrección, a esta rebelión armada”, lanzó la líder demócrata antes del voto de esta acusación formal por el asalto del Capitolio que dejó cinco muertos y conmocionó al mundo.
“Debe irse, es un peligro claro y presente contra la nación que todos amamos”, afirmó en un Congreso atrincherado.
“Su objetivo siempre ha sido el de atacar a la presidente, poco importa por qué. Es una obsesión”, respondió, por el contrario, el legislador republicano Jim Jordan, uno de los más fieles trumpistas.
A siete días de la investidura de Joe Biden, Washington, sometida a fuertes medidas de seguridad, está irreconocible.
Militares en el Capitolio
Las imágenes eran impactantes: decenas de militares de la reserva pasaron la noche dentro del Congreso. Muchos durmieron en el piso de las salas y corredores.
Bloques de hormigón cierran los ejes principales del centro, enormes barreras metálicas rodean muchos edificios federales, incluida la Casa Blanca, y la Guardia Nacional está desplegada en todas partes.
Los debates en la Cámara de Representantes comenzaron a las 9H00 locales (14H00 GMT), aunque la votación sobre la acusación está programada para alrededor de las 15H00 (20H00 GMT).
Su resultado -que despierta pocas dudas, ya que los demócratas controlan la Cámara Baja- marcará la apertura formal del proceso de juicio político contra el 45º presidente, que se convertirá en el primero en la historia del país en ser procesado dos veces en el Congreso.
Las intervenciones de los representantes han sido enérgicas. Trump es un “tirano”, lanzó la demócrata Ilhan Omar.
La republicana Nancy Mace dijo que el Congreso debe exigir que el presidente sea responsabilizado por sus actos, pero consideró irresponsable proceder con “precipitación”.
En las intervenciones de los republicanos se advirtieron matices. El jefe de ese bloque, Kevin McCarthy, reconoció que Trump tiene “responsabilidad” en los disturbios, pero someterlo a un juicio político en poco tiempo sería un “error”. Propuso, en cambio, una declaración de “censura”, que en la práctica tiene un efecto mayormente simbólico.
Cada día más aislado, Trump intentó el martes minimizar el procedimiento en su contra, describiéndolo como una “continuación de la mayor caza de brujas en la historia de la política”.
Pocos días antes de partir a su residencia de Mar-a-Lago, en Florida, donde debería comenzar su nueva vida como “expresidente”, el magnate republicano parece cada vez más desconectado de lo que sucede en Washington.
Ningún representante de su partido votó en diciembre de 2019 a favor del “impeachment” de Trump por las presiones a Ucrania para investigar una presunta corrupción de Biden. Y el mandatario salió absuelto del juicio político por el Senado, de mayoría republicana.
Pero esta vez, cinco legisladores ya anunciaron su apoyo al proceso. Entre ellos, Liz Cheney, una de las líderes de la minoría republicana en la Cámara Baja e hija del exvicepresidente Dick Cheney.
¿Dar vuelta la página?
Más preocupante para Trump y su posible futuro político es que Mitch McConnell, líder de la mayoría republicana en el Senado, dijo a sus allegados, según reportes del New York Times y CNN, que veía con buenos ojos el “impeachment”, considerando que la acusación es fundada y ayudaría al Partido a dar vuelta a la página de Trump para siempre.
Este hábil estratega, muy influyente y crucial aliado del mandatario durante cuatro años, tal vez tenga la clave del resultado de este proceso histórico, porque podría alentar a los senadores republicanos a condenar al 45º presidente estadounidense.
Los demócratas tomarán el control de la Cámara Alta el 20 de enero, pero necesitarán convencer a muchos republicanos para lograr la mayoría de dos tercios requerida para la condena.
Desde Álamo, Texas, Trump intentó el martes adoptar una postura menos agresiva y llamó a “la paz y la calma”.
Pero también se negó a asumir cualquier responsabilidad por la asonada al Capitolio, asegurando que su discurso, en un multitudinario acto con sus seguidores previo al asalto, fue “totalmente apropiado”.
Su vicepresidente, Mike Pence, rechazó invocar la 25ª Enmienda de la Constitución que le habría permitido destituir al mandatario saliente, declarándolo no apto para ejercer su función.
Pese a esto, la Cámara de Representantes aprobó el martes una resolución simbólica en la que exhortaba a Pence a reunir al gabinete y apelar a ese mecanismo constitucional.
Aunque lo apoyan algunos legisladores y funcionarios muy leales, Trump está más solo que nunca después de una serie de renuncias de su gobierno y críticas mordaces.
Criticado por su demora en enviar la Guardia Nacional el miércoles pasado, el Pentágono autorizó el despliegue de 15.000 efectivos para la ceremonia de inauguración.
Originalmente movilizados para brindar apoyo logístico a la policía, sus miembros comenzaron a portar armas el martes por la noche.
Muestra de la tensión que reina en Washington, el sitio de alquileres Airbnb anunció la anulación y el bloqueo de las reservas de su plataforma en la capital federal durante la semana de la investidura del futuro presidente de Estados Unidos y Google anunció que desde el jueves no difundirá política.
10:51 a. m. Conozca cómo sería el proceso de destitución contra Donald Trump
Donald Trump está a un paso de convertirse en el primer presidente de Estados Unidos en ser sometidos dos veces a juicio político cuando la Cámara de Representantes abra este miércoles el debate sobre la acusación de que incitó a asaltar el Capitolio una semana atrás.
¿En qué consiste el proceso?
La Constitución prevé que el Congreso puede destituir al presidente (o al vice o a los jueces federales) en caso de “traición, corrupción u otros crímenes y delitos importantes”.
El procedimiento se desarrolla en dos etapas.
Primero, la Cámara de Representantes investiga y vota, por mayoría simple (218 votos en 435), los artículos de acusación que detallan los hechos que se le reprochan al presidente, procedimiento que se conoce como “impeachment” en inglés.
Y, en caso de que el presidente sea formalmente acusado, el Senado inicia el juicio político.
Al término de los debates, los 100 senadores se pronuncian sobre cada artículo de la acusación. Se requiere una mayoría de dos tercios para condenar al presidente. En caso de aprobarse, la destitución es automática e irreversible. Si no se llega a los votos necesarios, el mandatario es declarado inocente.
Los senadores pueden votar después, con una mayoría simple, otras penas, como la prohibición de presentarse a un nuevo mandato.
¿Cuáles son los antecedentes?
Otros tres procesos ya tuvieron lugar en la historia de Estados Unidos, aunque todos acabaron con una absolución.
Dos presidentes fueron acusados, pero finalmente declarados inocentes: los demócratas Andrew Johnson, en 1868; y Bill Clinton, quien fue denunciado por “perjurio” en 1998, en el marco de su relación con la becaria de la Casa Blanca Monica Lewinsky.
En diciembre de 2019, Donald Trump ya fue acusado en la Cámara de Representantes por abuso de poder y obstrucción de la labor del Congreso.
Estaba acusado de haber pedido a Ucrania que realizara investigaciones sobre el hijo de su rival demócrata, Joe Biden, a cambio de desbloquear una ayuda militar crucial para este país en guerra.
El Senado, de mayoría republicana, le absolvió el 5 de febrero de 2020 tras dos semanas de juicio.
El republicano Richard Nixon, en 1974, prefirió renunciar para evitar su segura destitución por el Congreso a raíz del caso Watergate.
¿Cómo se juzga a un expresidente?
Si la Cámara vota por acusar a Donald Trump, su juicio tiene muy pocas posibilidades de realizarse antes de que su sucesor demócrata, Joe Biden, jure su cargo dentro de siete días.
Pese a que la Constitución no dice nada al respecto, un precedente histórico podría servir de ejemplo: en 1876, el ministro de la guerra William Belknap fue juzgado por corrupción tras haber dejado su cargo. Los senadores discutieron ampliamente para saber si eran competentes, y finalmente decidieron absolverle.
Como la Constitución no fija ningún calendario, la Cámara podría esperar antes de transmitir el expediente de acusación al Senado, dejándole tiempo así para confirmar el nuevo equipo de gobierno y validar las primeras medidas de Joe Biden.
¿Cuáles son los resultados posibles?
El Senado está dividido en igualdad perfecta entre los 50 legisladores demócratas y 50 republicanos. La mayoría de dos tercios parece entonces difícil de alcanzar, teniendo en cuenta que en el caso ucraniano, apenas un senador republicano votó con los demócratas.
Pero algunos legisladores republicanos consideran a Trump el máximo responsable por la invasión del Capitolio y querrían deshacerse de la influencia que ejerce sobre el partido.
De acuerdo al diario The New York Times, el líder republicano en el Senado, el influyente Mitch McConnell, vería incluso con buenos ojos el proceso iniciado.
En teoría el senador McConnel podría convocar a una sesión de emergencia debido a que la Cámara está en receso hasta el martes o incluso instar a su bancada en votar contra Trump aún cuando Biden ya lo haya relevado.
En el caso de que sus legisladores de abstuvieran en gran cantidad, una condena no sería del todo imposible.
9:55 a. m. Trump espera su juicio en medio de un Washington con fuertes medidas de seguridad
Una semana antes del final de su mandato, el presidente Donald Trump enfrentaba este miércoles un nuevo juicio político por alentar el asalto al Capitolio que dejó cinco muertos y conmocionó a Estados Unidos y al mundo.
Cuando faltan siete días para la investidura del presidente electo, el demócrata Joe Biden, y a pocas horas de que la Cámara de Representantes vote la histórica acusación contra el mandatario republicano, Washington estaba bajo altas medidas de seguridad, en un ambiente tenso luego de la toma de la sede del Congreso por partidarios de Trump el 6 de enero.
Bloques de hormigón bloquean los ejes principales del centro de la ciudad, enormes barreras metálicas rodean muchos edificios federales, incluida la Casa Blanca, y la Guardia Nacional está desplegada en todas partes.
Los debates en la Cámara de Representantes comenzaron a las 9H00 (14H00 GMT). La votación sobre la acusación está programada para alrededor de las 15H00 (20H00 GMT).
Su resultado, que no está en duda puesto que los demócratas controlan la Cámara Baja, marcará la apertura formal del proceso de juicio político contra Trump, que se convertirá en el primero en la historia del país en ser procesado dos veces en el Congreso.
Cada día más aislado en su propio bando, el tempestuoso presidente intentó el martes minimizar el procedimiento impulsado por los demócratas, describiéndolo como una “continuación de la mayor caza de brujas en la historia de la política”.
Pocos días antes de su partida a su residencia en Mar-a-Lago, Florida, donde debería comenzar su nueva vida como “expresidente”, Trump parece desconectado de lo que está sucediendo en la capital estadounidense.
Ningún republicano de la Cámara de Representantes votó en diciembre de 2019 el “impeachment” a Trump por las presiones a Ucrania para investigar una presunta corrupción de Biden. Y el mandatario salió absuelto del juicio político por el Senado, de mayoría republicana.
Pero esta vez, cinco congresistas habían anunciado su apoyo al “impeachment”. Entre ellos, Liz Cheney, una de las líderes de la minoría republicana en la Cámara Baja e hija del exvicepresidente estadounidense Dick Cheney.
“Nada de esto hubiera sucedido sin el presidente”, dijo sobre el asalto al Capitolio.
La presidenta demócrata de la Cámara Baja y líder de la mayoría demócrata, Nancy Pelosi, reveló los nombres de su equipo de “fiscales”, que serán los encargados de llevar el caso al Senado, dominado aún por los republicanos, para el juicio político.
Más preocupante para Trump y su posible futuro político, es que Mitch McConnell, líder de la mayoría republicana en el Senado, dijo a sus allegados, según reportes del New York Times y CNN, que veía favorablemente el “impeachment”, considerando que la acusación es fundada y ayudaría al Partido Republicano a dar vuelta la página de Trump para siempre.
Este hábil estratega, muy influyente y crucial aliado de Trump durante cuatro años, tal vez tenga la clave del resultado de este procedimiento histórico, porque podría alentar a los senadores republicanos a condenar al 45º presidente estadounidense.
Desde Álamo, Texas, Trump, que durante dos meses ha denunciado que le robaron la reelección, intentó el martes adoptar una postura menos agresiva que la semana pasada, llamando a “la paz y la calma”.
Pero también se negó a asumir cualquier responsabilidad por la asonada al Capitolio, asegurando que su discurso, en un multitudinario acto con sus seguidores previo al asalto, fue “totalmente apropiado”.
Su vicepresidente, Mike Pence, rechazó invocar la 25ª Enmienda de la Constitución que le habría permitido destituir al presidente saliente, declarándolo no apto para ejercer su función.
Pese a esto, la Cámara de Representantes aprobó el martes por la noche una resolución simbólica en la que exhortaba a Pence a reunir al gabinete y apelar a ese mecanismo constitucional.
Aunque lo apoyan algunos legisladores y funcionarios muy leales, Trump está más solo que nunca después de una serie de renuncias de su gobierno y críticas mordaces.
YouTube suspendió temporalmente su canal el martes por la noche y eliminó un video que consideró violaba las reglas de la red social sobre incitación a la violencia. Twitter cerró la cuenta @realDonaldTrump de forma permanente la semana pasada.
Los demócratas tomarán el control de la Cámara Alta el 20 de enero, pero necesitarán convencer a muchos republicanos para lograr la mayoría de dos tercios necesaria para la condena.
El juicio también corre el riesgo de obstaculizar la acción legislativa de los demócratas al comienzo de la presidencia de Biden, al monopolizar las sesiones en el Senado.
Biden prestará juramento el 20 de enero, justo en las escaleras del Capitolio, sede del Congreso.
Criticado por su demora en enviar la Guardia Nacional el miércoles pasado, el Pentágono autorizó el despliegue de 15.000 efectivos para la ceremonia de inauguración.
Originalmente movilizados para brindar apoyo logístico a la policía, sus miembros comenzaron a portar armas el martes por la noche, según constató un fotógrafo de AFP.
9:53 a. m. Nueva York tampoco quiere nada con Donald Trump
La ciudad de Nueva York pretende rescindir sus contratos con la Trump Organization del presidente saliente de EEUU, que incluyen la gestión de algunas atracciones del Central Park y de un campo de golf en el Bronx, tras la violenta invasión del Congreso la semana pasada, anunció el miércoles el alcalde Bill de Blasio.
“La ciudad de Nueva York no hace negocios con insurrectos. Estamos tomando medidas para rescindir los acuerdos” que confiaban al grupo propiedad de Donald Trump la explotación de un carrusel y dos pistas de hielo en el Central Park, así como un club de golf en el distrito del Bronx, adelantó De Blasio en su cuenta de la red Twitter.
Consultado en la cadena MSNBC, el alcalde explicó que los juristas municipales habían concluido que la ciudad está en su derecho de interrumpir estos acuerdos, que suman más de 17 millones de dólares: “Si una empresa o la dirección de una empresa participa en actividades criminales, tenemos el derecho de terminar el contrato”, explicó.
“Incitar a la insurrección contra el gobierno de Estados Unidos es claramente una actividad criminal”, añadió el alcalde.
Desde los disturbios del 6 de enero en el Capitolio -sede del Congreso en Washington-, varias empresas y organizaciones, incluido el Deutsche Bank, banco principal utilizado por el magnate republicano, anunciaron que cortarían sus vínculos o tomarían distancias con Donald Trump y su corporación familiar, la Trump Organization, con sede en la Torre Trump, en la Quinta Avenida de Nueva York.
En los años 80, mientras Donald Trump, por entonces un simple hombre de negocios neoyorquino, se encontraba en plena ascensión, su compañía asumió la gestión de dos pistas de patinaje de Central Park: la Wollman Rink, la más turística, situada al sur del parque y que permaneció cerrada durante varios años por obras al comienzo de esa década, y la Lasker Rink, ubicada más al norte y construida en 1966.
Donald Trump, quien debe ceder su cargo el 20 de enero al demócrata Joe Biden tras perder las elecciones de noviembre, estaba muy orgulloso de estas instalaciones y las citaba regularmente como pruebas de su talento como empresario inmobiliario.
La violenta invasión del Capitolio por parte de los seguidores de Trump se dio luego de reiterados reclamos y la convocatoria del presidente a protestar contra la certificación de la victoria de Biden en las elecciones, juzgada sin pruebas como “fraudulenta”.
5:55 a. m. Trump aún cuenta con fieles en la Cámara Baja
Las últimas semanas de Donald Trump en la Casa Blanca provocaron una caída en el apoyo que los republicanos del Senado de Estados Unidos le profesan, pero los leales en la Cámara están montando una última y desafiante batalla, señalando que el trumpismo puede llegar para quedarse.
Una especie de guardia pretoriana se mantiene firme en la Cámara Baja, respaldando las infundadas acusaciones de Trump de fraude electoral generalizado y su inútil intento por anular la victoria de Joe Biden.
Su misión consiste en proteger el legado de Trump, deslegitimizar la presidencia de Biden y garantizar que el atractivo populista del presidente continúe más allá de su mandato, a pesar de que otros republicanos dejaron constancia el martes que votarán para acusar al presidente.
“Creo que el presidente Trump ha sido el líder del partido y continuará siendo el líder del partido”, dijo el congresista Jim Jordan a la AFP.
“Claro que va a tener una gran influencia”.
Entre los rebeldes de extrema derecha está la legisladora defensora de las armas Lauren Boebert, de Rifle, Colorado, y la defensora de teorías conspirativas de Q Anon Marjorie Taylor Greene, de Georgia, ambas jóvenes congresistas de primer mandato que consiguieron el cargo prometiendo lealtad al presidente.
Entre sus fervientes seguidores también está el republicano de Alabama Mo Brooks, quien dijo a los partidarios de Trump que comenzaran a “patear traseros” horas antes de que irrumpieran en el Capitolio de Estados Unidos la semana pasada, lo que provocó un motín mortal que sacudió la capital del país.
A pesar de que estos y otros republicanos denunciaron la violencia en Washington, más de 135 de ellos, una sólida mayoría de republicanos en la Cámara de Representantes se opuso a certificar los votos electorales de los estados indecisos, esencialmente votando para descartar las papeletas emitidas legalmente por millones de conciudadanos.
Varios de los comentarios de esos congresistas pueden haber servido también como un grito de guerra para los alborotadores, algunos de los cuales corearon “cuelguen a Mike Pence”, el vicepresidente que preside la certificación de la victoria de Biden.
Para Boebert, cuyo perfil de Twitter muestra una fotografía suya con un arma y una gorra de Trump, los hechos del Capitolio de las semana pasada fueron un momento revolucionario.
Paul Gosar, un republicano de Arizona que se opuso a la certificación de los votos electorales en su propio estado, citando irregularidades electorales, incluso exigió a Biden “conceder” la victoria a pesar de ganar la elección por más de siete millones de votos.
El líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnel, advirtió que anular los resultados electorales legales desencadenaría una “espiral de muerte” para la democracia estadounidense.
McConnell pudo mantener las objeciones de certificación a solo siete de sus 50 miembros.
El proceso en la Cámara fue más libre, con republicanos ansiosos por mostrar lealtad a Trump, pero también por ganarse el favor de su poderosa base.
El congresista veterano Michael Burgess aseguró sigue siendo el líder del partido pero dijo que “el tiempo dirá” si mantiene ese control.
“Sé esto: el presidente fue único porque escuchó a la gente”, dijo Burgess a la AFP. “Y sé que en este momento la gente se pregunta si alguien los escuchará o hablará por ellos”.