Washington. El Congreso estadounidense validó oficialmente este jueves la victoria de Joe Biden en las presidenciales y el presidente saliente, Donald Trump, prometió que habrá una “transición en orden” el próximo 20 de enero, después de que sus partidarios sembraran durante horas el caos en el Capitolio, unas imágenes inauditas que conmocionaron al país y provocaron una condena internacional unánime.
El jueves de madrugada y después de que las objeciones de los responsables republicanos fueran rechazadas, el vicepresidente Mike Pence confirmó la victoria del demócrata, con 306 grandes electores, frente a los 232 del presidente saliente, ante las dos cámaras, reunidas en sesión extraordinaria.
Lo que tenía que haber sido una mera formalidad, se transformó el miércoles en una “insurrección” que “rozó la sedición”, en palabras de Biden, cuando una multitud de adeptos de Trump invadió el Capitolio, considerado el templo de la democracia estadounidense.
Las imágenes que han dado la vuelta al mundo en las últimas horas resultan aún increíbles: políticos atrincherados y con máscaras antigás, manifestantes instalados en los despachos de los responsables estadounidenses con los pies encima de la mesa y los nobles pasillos del Capitolio invadidos de agentes armados, como si se tratara de una película de acción estadounidense.
Y aunque la calma retornó pasadas algunas horas, estas imágenes quedarán para siempre asociadas al fin del mandato de Trump, que lleva dos meses sin reconocer su derrota, una actitud que ha hecho que una parte de su propio partido lo abandone en este final de carrera.
Tras la votación del Congreso, este jueves y después de esta jornada desastrosa para su futuro político, Trump admitió que su mandato está terminando y que el 20 de enero habrá una “transición en orden”.
“Aunque estoy totalmente en desacuerdo con el resultado de estas elecciones y los hechos me apoyan, habrá una transición en orden el 20 de enero”, dijo en un comunicado.
“Esto representa el fin de uno de los mejores primeros mandatos presidenciales y es solo el inicio de nuestra lucha para devolver a Estados Unidos su grandeza”, agregó, dando a entender que podría pelear por un nuevo mandato en 2024.
- “Sin precedentes” -
Trump, que agita el fantasma del complot y denuncia un fraude desde su derrota, es señalado como el gran responsable de esta invasión del Capitolio y del caos que reinó durante horas, que provocó que se decretara un toque de queda en Washington.
La policía informó de que una mujer, apasionada defensora de Trump, recibió disparos de las fuerzas del orden y murió en el Capitolio, mientras que otras tres personas también fallecieron en el área en circunstancias aún desconocidas.
En un discurso pronunciado en medio de la violencia, Biden exigió que el mandatario saliente interviniera inmediatamente en la televisión nacional para poner fin al caos y calmar a sus adeptos.
“Nuestra democracia está bajo un ataque sin precedentes”, dijo el presidente electo, con tono serio y apesadumbrado.
Poco después, Trump difundió un video en el que pidió a sus partidarios que se retiraran, pero en el que volvió a mencionar su idea de que hubo un fraude electoral.
“Les amo (...) Entiendo su dolor (...) tuvimos una elección que nos fue robada. Pero tienen que volver a casa ahora”, dijo.
En una decisión inaudita, hubo redes sociales que eliminaron el video del presidente por considerar que podría alentar la violencia. Además, Twitter bloqueó temporalmente la cuenta del mandatario de sus plataformas (al igual que Facebook) y advirtió de que podría suspender permanentemente su cuenta si no respeta las normas.
Internacionalmente, la sorpresa, la indignación y la condena fueron unánimes. Alemania, España, Reino Unido o Francia pidieron que cesen los actos que “pisotean la democracia” y el jefe de la OTAN, Jens Stoltenberg insistió en que el resultado de los comicios debe “respetarse”.
Los detractores y enemigos declarados de Trump también reaccionaron. El presidente iraní, Hasan Rohani, consideró que lo sucedido muestra lo “frágil y vulnerable” que es la democracia occidental. El gobierno venezolano estimó que Estados Unidos padece lo mismo que ha generado en otros países con sus políticas de agresión”.
El expresidente George W. Bush tampoco escatimó las críticas a su propio partido republicano. “Así es como se disputan los resultados electorales en una república bananera, no en nuestra república democrática”, dijo.
Los expresidentes demócratas Bill Clinton y Barack Obama también deploraron lo ocurrido, pero no se sorprendieron.
Los disturbios en el Congreso fueron “incitados” por Trump, “que ha continuado mintiendo sin fundamentos sobre el resultado de una elección legítima”, dijo Obama.
- “No cederemos” -
Historiadores dijeron que era la primera vez que se asaltaba el Capitolio desde 1814, cuando los británicos lo quemaron durante la guerra de 1812.
Después de que su batalla en los tribunales fracasara, Trump quiso desafiar al Congreso y reunir a decenas de miles de partidarios en Washington, coincidiendo con la sesión en la que se validaría oficialmente la victoria de su rival.
“No abandonaremos nunca, no cederemos”, dijo, presionando a su vicepresidente, Mike Pence, para que “hiciera lo que debía”.
Pence, obediente y silenciosamente leal a Trump durante cuatro años, dijo que no creía tener autoridad para intervenir y pidió rápidamente que cesaran los actos violentos.
Con motivo de esta sesión, algunos parlamentarios republicanos habían presentado objeciones a los resultados en varios Estados. Pero tras los disturbios vividos en el Capitolio hubo algunos que cambiaron de opinión.
“Los acontecimientos que tuvieron lugar hoy me forzaron a reconsiderar. Y no puedo en buena fe objetar la certificación”, dijo la senadora Kelly Loeffler, una de las dos republicanas de Georgia que perdieron su escaño el martes en unas elecciones parciales al Senado.
El líder republicano del Senado, Mitch McConnell, estrechamente alineado con Trump durante toda su presidencia, había intentado evitar las objeciones.
“Los votantes, los tribunales y los estados han hablado. Si los invalidamos, se dañará a nuestra república para siempre”, dijo McConnell, poco antes de los disturbios.
El jefe de los senadores demócratas, Chuck Schumer, describió la violencia como un intento de “golpe”.
“Triste y peligrosamente, algunos miembros del partido republicano piensan que su supervivencia política depende de su participación en un intento de golpe”, lamentó.
Según algunos medios estadounidenses, varios ministros de Trump han hablado de su destitución en virtud de la 25ª enmienda a la Constitución de Estados Unidos. Invocar esta enmienda requeriría que el vicepresidente Mike Pence encabezara el gabinete en una votación para destituirlo.
- Un Senado demócrata -
Los incidentes se produjeron un día después de una histórica doble elección senatorial en Georgia, tras la cual el Partido Demócrata se alzó con el control total del Congreso, clave para la agenda de Biden.
El candidato demócrata Raphael Warnock derrotó a Kelly Loeffler y se convirtió en el primer senador negro de este estado del sur, tradicionalmente muy conservador.
Y Jon Ossoff, de 33 años será el senador demócrata más joven de la historia del país, después de ... Biden, que logró el cargo en 1973.
Así, los demócratas tienen 50 escaños en el Senado, al igual que los republicanos, pero como prevé la Constitución, la futura vicepresidenta Kamala Harris tendrá el poder de desempatar las votaciones y de hacer que la balanza se incline a favor de los demócratas.
Así lo informamos el miércoles, día del caos
Washington. El templo de la democracia estadounidense vivió este miércoles un caos sin comparación en dos siglos, cuando partidarios del presidente Donald Trump, alentados por el mismo mandatario, irrumpieron en el Congreso y empañaron con actos de violencia la sesión para certificar la victoria electoral de Joe Biden.
Momentos después de un mitin de Trump en las afueras de la Casa Blanca, en el que el presidente republicano llamó a revertir su derrota en las elecciones del 3 de noviembre, una turba enardecida rompió las barricadas en torno al Capitolio y entró en tropel, arrasando las oficinas y las solemnes instalaciones.
Al final de la noche, los miembros del Senado y la Cámara de Representantes se preparaban para efectuar la votación conjunta con el fin de ratificar la victoria del demócrata, luego de que la Cámara Alta rechazara abrumadoramente la objeción contra el triunfo del demócrata por el estado de Arizona.
Una mujer murió en circunstancias poco claras después de recibir un disparo dentro del Capitolio y otras personas resultaron heridas, indicó la Policía. El diario El País de España y la agencia AP afirmaron que otras tres personas fallecieron en emergencias.
En tanto, los legisladores fueron evacuados y recibieron instrucciones de ponerse máscaras antigás y tumbarse en el suelo, mientras los agentes lanzaban gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes.
Un seguidor de Trump en jeans y una gorra de béisbol fue fotografiado apoyando una pierna en el escritorio de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, donde se halló una nota amenazadora, mientras multitudes subían a las gradas preparadas afuera para la investidura de Biden el 20 de enero, sosteniendo una pancarta en la que se leía: “Nosotros, el pueblo, pondremos a DC de rodillas. Tenemos el poder”.
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Biden calificó la violencia de “insurrección” y exigió que Trump saliera inmediatamente en la televisión nacional para instar a sus seguidores a levantar la toma.
“Nuestra democracia está bajo un ataque sin precedentes”, dijo el presidente electo desde su base en Delaware.
“Esto no es disensión. Es desorden. Es caos. Bordea la sedición. Y debe terminar ahora”, agregó.
Poco después, Trump difundió un video en el que pidió a sus partidarios que se retiraran, pero mantuvo sus infundadas afirmaciones de fraude electoral.“Entiendo su dolor (...) tuvimos una elección que nos fue robada. Pero tienen que volver a casa ahora”, mencionó.
En una decisión poco común, las compañías de redes sociales restringieron o eliminaron el video del presidente, diciendo que podría alentar a la violencia, y bloquearon temporalmente al mandatario de sus plataformas.
Después de cuatro horas, las autoridades dijeron que habían retirado a los causantes de los disturbios del Capitolio, pero cientos de partidarios de Trump permanecieron afuera, desafiando el toque de queda impuesto en toda la ciudad por la alcaldesa Muriel Bowser desde las 6 p.m. (hora local).
“Leerán sobre esto en los libros de historia”, comentó en la escalinata del Capitolio Sonya Fitzgerald, una partidaria de Trump de 43 años llegada de Florida.
Acusaciones de intento de golpe
Historiadores aseguraron que era la primera vez que se tomaba el Capitolio desde 1814, cuando los británicos lo quemaron durante la guerra de 1812.
Durante más de dos siglos, la sesión conjunta del Congreso para ratificar formalmente al ganador de las elecciones había sido un trámite meramente formal, pero Trump instó a los miembros de su Partido Republicano a rechazar el resultado.
“El presidente de Estados Unidos está incitando a un golpe. No seremos intimidados. No seremos disuadidos”, tuiteó la congresista demócrata Karen Bass, que generó el respaldo de múltiples legisladores.
El expresidente George W. Bush denunció a sus correligionarios republicanos. “Así es como se disputan los resultados electorales en una república bananera, no en nuestra república democrática”, dijo.
Los exgobernantes demócratas Bill Clinton y Barack Obama también deploraron lo ocurrido, pero no se sorprendieron.
“La mecha fue encendida por Donald Trump y sus más ardientes allegados”, aseguró Clinton.
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Obama afirmó que los disturbios en el Congreso fueron “incitados” por Trump, “que ha continuado mintiendo sin fundamentos sobre el resultado de una elección legítima”.
Medios estadounidenses informaron al final de la noche que miembros del gabinete del presidente discutieron la posibilidad de destituir al mandatario.
Las discusiones se centraron en la 25.° enmienda a la Constitución de Estados Unidos, que permite la destitución de un presidente por parte del vicepresidente y el gabinete si se lo considera “incapaz de cumplir con los poderes y deberes de su cargo”.
CNN informó que líderes republicanos, cuyos nombres no reveló, dijeron que la 25.° enmienda había sido analizada y que describieron a Trump como “fuera de control”.
CBS y ABC también citaron fuentes anónimas para sustentar sus reportes.
‘Espiral mortal’
Tal como anunció Pelosi, el Congreso reanudó su sesión la misma noche del miércoles, demostrando que no se dejaría intimidar por la violencia.
No hay dudas de que Biden se convertirá en presidente, dado que los demócratas ya controlan la Cámara de Representantes. Sin embargo, más de 140 congresistas y una docena de senadores republicanos se han puesto del lado de Trump para contestar los resultados.
El líder republicano del Senado, el senador Mitch McConnell, estrechamente alineado con Trump durante toda su presidencia, denunció empero el cuestionamiento del mandatario.
“Los votantes, los tribunales y los estados han hablado. Si los invalidamos, se dañará a nuestra república para siempre”, afirmó McConnell, quien perderá su posición de líder de la mayoría en el Senado.
“Si esta elección fuera anulada por meras acusaciones del lado perdedor, nuestra democracia entraría en una espiral mortal”, agregó, quien también acusó a los demócratas de no aceptar la sorpresiva victoria de Trump en el 2016.
El líder de los demócratas en el Senado, Chuck Schumer, expresó su alarma momentos antes de que los manifestantes ingresaran al Capitolio, diciendo: “Tristemente, y peligrosamente, una parte del Partido Republicano cree que su supervivencia política depende del respaldo de un intento de golpe”.
No obstante, el senador Ted Cruz, un republicano, presionó contra la certificación de Biden diciendo que muchos estadounidenses no aceptaban los resultados de las elecciones y necesitaban una investigación.
“Les pediría a ambas partes tal vez un poco menos de certeza y un poco más de reconocimiento de que estamos reunidos en un momento en que la democracia está en crisis”, declaró Cruz poco antes de los disturbios.
Trump se niega a reconocer derrota
El propio Trump había arengado más temprano a sus seguidores que marcharan hacia el Capitolio. Bajo densas nubes grises y con la Casa Blanca de fondo, Trump advirtió a los republicanos “débiles” que no certificaran la victoria de Biden y presionó directamente al vicepresidente Mike Pence, quien presidía la sesión.
“Nunca nos rendiremos. Nunca cederemos”, dijo Trump a la multitud que lo vitoreaba. “Espero que Mike tenga el coraje de hacer lo que tiene que hacer”.
Mientras Trump todavía estaba hablando y el Congreso abría la sesión, Pence, obedientemente leal a Trump durante cuatro años y callado desde las elecciones, dijo que no creía tener autoridad para intervenir.
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Pence fue sacado apresuradamente del Capitolio tras la intrusión y en un comunicado instó a los partidarios de Trump, algunos de los cuales habían comenzado a gritar contra él, a “detenerse ahora”.
En los últimos días, miles de partidarios de Trump se habían estado congregando a instancias suyas en Washington, donde la presencia policial era mayor y muchos negocios ya habían sido tapiados por miedo a enfrentamientos.
“No puedo decir que respeto nuestro proceso electoral”, manifestó Gail Shaw, de 76 años, quien viajó desde Nueva Jersey. “Recuperaremos nuestra nación”.
Biden obtuvo más de siete millones de votos más que Trump y cosechó 306 de los 538 votos del Colegio Electoral que determina el ganador de la Casa Blanca. A pesar de sus afirmaciones de que la elección fue amañada, los republicanos no pudieron probar en los tribunales ni una sola acusación de fraude.
Los incidentes en el Capitolio se produjeron después de una histórica doble elección senatorial en Georgia, tras la cual el Partido Demócrata se alzó con el control total del Congreso, clave para la agenda de Biden.
Condena internacional
Los líderes mundiales calificaron de “vergonzoso”, “impactante” y “preocupante” la irrupción de los partidarios de Trump en el Capitolio, denunciando un “ataque contra la democracia” y llamando a respetar el resultado electoral.
El primer ministro británico, Boris Johnson, denunció “escenas vergonzosas” y exhortó a una “transición pacífica” del poder al demócrata Joe Biden.
“Nada puede justificar estos intentos violentos por hacer fracasar la transición”, estimó por su parte el ministro de Relaciones Exteriores, Dominic Raab.
El ministro de Relaciones Exteriores alemán, Heiko Maas, instó a los seguidores del mandatario a “dejar de pisotear la democracia”, añadiendo que “las palabras incendiarias se convierten en acciones violentas”.
Por su parte, en un vídeo el presidente Emmanuel Macron declaró: “No cederemos a la violencia de unos pocos que quieren poner en entredicho” la democracia.
“Cuando, en una de las democracias más antiguas del mundo, los partidarios de un presidente saliente cuestionan, por la fuerza de las armas, los resultados legítimos de una elección, es una idea universal: la de un hombre, un voto, la que se está echando por tierra”, agregó. Para Macron “lo que pasó hoy en Washington no es estadounidense”.