Washington. A continuación, un vistazo a las afirmaciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre inmigración y seguridad fronteriza en su discurso sobre el Estado de la Unión el martes y una comparación con los hechos:
Trump: “Con el sistema roto actual, un único inmigrante puede traer a un número casi ilimitado de familiares lejanos”.
Los hechos: Esto no ocurre porque la lista de espera es muy larga.
En la actualidad no hay tiempos de espera para que los ciudadanos estadounidenses lleven al país a sus esposas, hijos menores de 21 años y padres. Pero deben presentar peticiones en el caso de hermanos e hijos mayores, y los titulares de la tarjeta de residencia permanente para inmigrantes, conocida como green card, tienen que hacer lo mismo en el caso de esposas e hijos.
Al 1.° de noviembre, cuatro millones de personas esperaban para obtener visas por motivos familiares, según el Departamento de Estado.
La demora es más larga en caso de China, India, México y Filipinas. En enero, estaban recibiendo llamados los hermanos de niños nacidos en Estados Unidos que presentaron su solicitud en noviembre de 1997, tras más de 20 años de espera.
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En teoría, un inmigrante puede llevar al país a su tío a través de su padre, que luego debería reclamar a su hijo, pero la espera sería interminable en la mayoría de los casos.
Trump: ” El primer pilar de nuestro borrador (de ley migratoria) ofrece generosamente una vía a la ciudadanía para 1,8 millones de migrantes ilegales que fueron traídos aquí por sus padres a una temprana edad. Esto abarca casi tres veces más gente que el anterior gobierno”.
Los hechos: No exactamente. El gobierno de Barack Obama presionó para legalizar el estatus de muchos más inmigrantes, pero se vio frenado por el Congreso y los tribunales. Una ley aprobada en el 2013 en el Senado, que luego murió en la Cámara de Representantes, habría concedido estatus legal a unos ocho millones de personas, según estimaciones de la Oficina de Asuntos Presupuestarios del Congreso.
En el 2014, el ejecutivo de Obama anunció un programa ampliado que incluía a padres de inmigrantes jóvenes que estaban protegidos de la deportación por la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA por sus siglas en inglés).
Según el Instituto de Política Migratoria, una entidad bipartidista, la medida habría regularizado la situación de hasta cuatro millones de personas. El plan se estancó en la Corte Suprema, lo que dio validez a un fallo de un tribunal menor que lo bloqueaba.
Trump: “ El tercer pilar (de mi plan migratorio) termina con la lotería de visas, un programa que reparte aleatoriamente green cards sin tener en cuenta las habilidades, méritos o la seguridad de nuestra población”.
Los hechos: Esta es una interpretación bastante engañosa. El programa no es tan aleatorio y considera formación, méritos y seguridad. El programa de visas de diversidad concede hasta 50.000 permisos de residencia permanentes cada año a personas de países poco representados, en su mayoría de África.
Los solicitantes tienen que haber completado la secundaria o tener al menos dos años de experiencia en los últimos cinco en una serie de sectores determinados por el Departamento de Trabajo.
Los ganadores son seleccionados al azar por una computadora entre solicitantes que cumplen las condiciones previas. Los elegidos deben someterse a extensas comprobaciones de antecedentes, como cualquier otro inmigrante.
Trump: ”Durante décadas, las fronteras abiertas permitieron la entrada de drogas y mafias a nuestras comunidades más vulnerables”.
Los hechos: Decir “fronteras abiertas” es una exageración. Las detenciones fronterizas, un indicador útil aunque imperfecto de los cruces ilegales, se redujeron notablemente en la última década. Durante los gobiernos de George W. Bush y Barack Obama casi se duplicó el personal de la Patrulla Fronteriza, y Bush amplió las cercas para cubrir casi un tercio de la frontera durante sus últimos años en la Casa Blanca.
El gobierno de Obama deportó a más de dos millones de inmigrantes durante sus ocho años en el cargo, más que los ejecutivos anteriores. Estudios realizados a lo largo de los años arrojaron que es menos probable que cometan delitos los inmigrantes que las personas nacidas en Estados Unidos.