Washington. Estados Unidos anunció este miércoles que permitirá que 472.000 venezolanos puedan acogerse durante 18 meses a un amparo migratorio que les otorga permiso de residencia y trabajo.
El gobierno del presidente Joe Biden prolongó y reasignó el Estatus de Protección Temporal (TPS) para los venezolanos que se encuentren en el país desde antes del 31 de julio de 2023, según informó este miércoles el Departamento de Seguridad Interior (DHS).
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El secretario de Seguridad Interior, Alejandro Mayorkas, tomó la decisión “debido a la creciente inestabilidad y falta de seguridad en Venezuela”, añadió.
Hay unos 242.700 beneficiarios del TPS bajo la designación existente y gracias a la reasignación, alrededor de 472.000 venezolanos adicionales podrían pedir este amparo, precisó en un comunicado.
El programa fue establecido por el Congreso para ciudadanos extranjeros que no pueden regresar de manera segura a su país debido a desastres naturales, conflictos armados u otras condiciones extraordinarias.
Estados Unidos considera fraudulenta la reelección de Maduro en 2018 y designó por primera vez a Venezuela para el TPS en 2021.
El TPS “brinda a las personas que ya se encuentran en Estados Unidos protección contra la expulsión cuando las condiciones en su país de origen impiden su regreso seguro”, declaró Mayorkas, citado en el texto.
“Es la situación en la que se encuentran los venezolanos que llegaron aquí el 31 de julio de este año o antes”, pero “es fundamental que los venezolanos comprendan que aquellos que llegaron aquí después del 31 de julio de 2023 no son elegibles para dicha protección”, advierte.
“Serán expulsados si se determina que no tienen una base legal para quedarse”, añade.
Ciudades bajo presión
Los solicitantes de TPS bajo la nueva designación deben demostrar que son ciudadanos venezolanos (o personas sin nacionalidad con última residencia habitual en Venezuela), que vivieron continuamente en Estados Unidos desde el 31 de julio de 2023 y que cumplen con otros criterios que se detallarán próximamente, informa el gobierno.
El presidente demócrata Joe Biden llevaba semanas bajo presión, primero de varias ciudades como Nueva York abrumadas por la cantidad de migrantes que llegan, muchos de ellos venezolanos.
El alcalde de Nueva York, Eric Adams, pidió en agosto al gobierno federal que acelere los permisos de trabajo.
Con más de 100.000 solicitantes de asilo llegados desde abril del año pasado, la ciudad, obligada por ley a proporcionar un techo a todo el que lo solicite, se enfrenta a una crisis sin precedentes.
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Además, en julio una veintena de senadores, todos ellos demócratas menos uno, pidieron a Biden que reasigne el TPS a venezolanos y nicaragüenses.
Los senadores acusan al gobierno venezolano del presidente Nicolás Maduro de abusos de los derechos humanos, de encarcelar “a unos 245 presos políticos” y de inhabilitar a opositores políticos para que no puedan presentarse a las elecciones.
La situación entre Estados Unidos y el gobierno venezolano es tensa, pero desde hace un tiempo Washington se mostró dispuesto a levantar de manera progresiva las sanciones financieras que impuso al país si toma medidas que conduzcan a elecciones libres y justas el año que viene.
Lo repitió este miércoles Biden, según la Casa Blanca, durante una reunión con su homólogo brasileño Luiz Inácio Lula da Silva al margen de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York.