La embajadora de Estados Unidos en Costa Rica, Cynthia Ann Telles, tiene nueve meses en el país y uno de sus principales objetivos es tratar de colaborar con la reducción de las brechas sociales que hoy existen. Ella conoce muy bien este “pedacito de cielo”, como le llamó su papá, Raymond Telles, quien también fue embajador, pero en la década de 1960.
Telles creció aquí entre sus ocho y 15 años, cuando su padre fue el primer embajador estadounidense de origen latino en suelo nacional, esto ocurrió entre 1961 y 1967.
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La brecha actual de las clases sociales en el país es uno de los puntos que le sorprenden a la diplomática y “no hay día que piense en cómo podemos hacer para ayudarle a Costa Rica en reducir los números de pobreza que existen en la actualidad”, mencionó durante entrevista con La Nación, en los primeros días de diciembre, en su residencia en San Rafael de Escazú.
El país que la embajadora Telles encontró se sustenta en números. A esta Costa Rica la desnudan los indicadores. La desigualdad por ingresos alcanzó el año pasado los niveles más altos desde 1987, lo cual pone a la nación del lado de las más inequitativas o desiguales de América Latina.
Si bien la desigualdad es un problema crónico sobre el cual ya advirtió el Estado de la Nación (PEN) en los últimos años y se refleja en algunos indicadores.
Por ejemplo, en el 2021, el coeficiente de Gini —una de las metodologías para calcular la desigualdad—, fue de un 0,524 y cayó a 0,504 en el 2022, el nivel más bajo desde el 2010, según la Encuesta Nacional de Hogares (ENH), del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), divulgada el 21 de octubre pasado.
“Comparado cuando estábamos aquí (entre 1961-1967) me parece que se abrieron las brechas socioeconómicas. No era que no existían, pero no tanto como ahora, especialmente con la pandemia que originó un problema económico en Costa Rica. Que la deuda pública, que el desempleo... ¡Tantas cosas nos pasaron! Entonces, esas cosas empeoraron hasta cierto punto, pero también eso dio oportunidad para que otras influencias negativas entrarán un poco más al país, por ejemplo, el narcotráfico”, mencionó Telles.
La embajadora dijo trabajar de manera incansable para lograr que otras empresas estadounidenses instalen operaciones aquí. La intención es que el ejemplo de Intel sirva para llamar la atención de otras transnacionales y la industria de los dispositivos médicos siga en ascenso.
Para Telles, el país necesita una clase media mucho más grande. La Costa Rica en la que ella creció no tenía los índices de pobreza que tiene hoy; eso le inquieta y afirmó que quiere echarle una mano al desarrollo socioeconómico del país.
Ella considera que los caminos que llevan hacia una Costa Rica más equitativa son diversos, y que se debe fortalecer la generación de empleo, la educación y la lucha contra el narcotráfico. Por esa razón, dijo hacer todo lo posible para atraer inversionistas.
“Queremos que más compañías americanas y otros inviertan en Costa Rica, que vengan a crear empleo aquí, y no solamente en la meseta central, sino también alrededor, ya sea en Limón o en Puntarenas y Guanacaste”, afirmó la diplomática.
“Para mí, todo el tema del desarrollo económico es prioridad, porque con eso uno hace mucho. Darle empleo a la gente para sacarlos de la pobreza, para que Costa Rica llegue a ser como estaba antes, cuando no habían esas brechas tan grandes, una clase media mucho más grande, esa es la idea. Se necesita un sistema educativo también mejor de lo que está ahora”, agregó.
Telles también reconoció que ha estado en conversaciones con la ministra de Educación, Anna Katharina Müller, para ver cómo pueden ayudar en materia de conectividad a internet.
“Estoy trabajando con mi equipo en la Embajada y vamos dentro de poco a reunirnos con ellos, a ver qué podemos hacer con este tema tan importante, porque me cuenta que casi la mitad de los niños no están conectados, y que durante la pandemia hace dos años se perdió muchísimo”, explicó la estadounidense, quien tiene un doctorado en Psicología Clínica de la Boston University.
‘Los niños merecen una ayuda’
Si existe uno de los puntos en que la pandemia por la covid-19 desnudó al país, es la conectividad. Cuando el impacto de este virus llegó a todos a los hogares, los estudiantes y el profesorado sufrieron para poder salir adelante con la educación. Incluso, en muchas partes del país no fue posible las clases virtual.
Además, la llamada Red Educativa del Bicentenario, un plan de gobierno del ahora expresidente Carlos Alvarado, que desde el 2018 prometía llevar internet de banda ancha a 2.139 centros educativos para el 2022, quedó en una promesa incumplida.
“Sí, tiene toda la razón y eso me preocupa mucho, porque como dice usted, desnudó a Costa Rica y se dieron cuenta de que los niños realmente no tenían esa conectividad, especialmente las áreas más marginadas que perdieron la educación por casi dos años, pero además de quedarse atrás, todavía no tiene esa conectividad.
”Cuando hablé con la ministra Muller, ella me dijo: ‘Mirá, necesito ayuda con la conectividad, es mi prioridad número uno, de aquí a febrero tengo que tener algo porque es lo más importante’. Entonces yo le dije: ‘Sí, está bien, yo quiero ayudar’. Vamos a ver cómo la embajada y nuestro equipo podemos trabajar con ella y con el sistema para apoyar, porque es muy importante hacer eso, definitivamente”, dijo Telles.
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