Washington. Aclamado como el “alcalde de Estados Unidos” por ayudar a Nueva York a navegar los difíciles días tras los atentados del 11 de setiembre de 2001, Rudy Giuliani, el abogado personal del presidente Donald Trump, está ahora en el centro del escándalo ucraniano que rodea a la Casa Blanca.
De 75 años, Giuliani fue el hombre clave en un esfuerzo por buscar en Ucrania información sucia sobre Joe Biden, el potencial oponente demócrata de Trump en las presidenciales de 2020.
El caso provocó la apertura de una investigación de juicio político contra el mandatario por abuso de poder por parte de la Cámara de Representantes liderada por los demócratas.
Y ha puesto a Giuliani directamente en la mira de los comités de la Cámara que ahora decidirán si Trump debería convertirse en el cuarto presidente de la historia de Estados Unidos en ser sometido a un juicio de destitución.
Los comités le han solicitado a Giuliani documentos relacionados con sus asuntos con Ucrania y emitieron citaciones el jueves para dos de sus clientes que estuvieron involucrados en su intento de atacar a Biden y a su hijo Hunter Biden, quien formó parte de la directiva de una compañía de gas ucraniana.
Lev Parnas, un estadounidense nacido en Ucrania, e Igor Fruman, ciudadano estadounidense que nació en Bielorrusia, fueron arrestados el miércoles cuando intentaban abandonar el país.
Se enfrentan a cargos de canalizar cientos de miles de dólares en dinero extranjero a campañas políticas de Estados Unidos, incluidos 325.000 dólares a un comité de recaudación de fondos para la reelección de Trump en 2020.
Parnas y Fruman fueron mostrados por el periódico The Wall Street Journal almorzando con Giuliani en el Hotel Trump en Washington solo horas antes de que intentaran abordar un vuelo internacional en el cercano aeropuerto de Dulles, solo con boletos de ida.
Adam Schiff, el parlamentario que encabeza la investigación de juicio político como presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, dijo que los dos empresarios basados en Florida “trabajaron supuestamente con Giuliani para presionar a Ucrania para encontrar información sucia de los opositores de Trump”.
Los dos hombres también estuvieron supuestamente involucrados en los esfuerzos de Giuliani de lograr la pronta expulsión de la entonces embajadora de Estados Unidos en Ucrania, Marie Yovanovitch, quien no habría ayudado en los intentos de lograr que Kiev lanzara una investigación sobre los Biden.
Yovanovich desafió el viernes una orden de la Casa Blanca de no cooperar con la investigación de destitución de la Cámara y emitió una declaración mordaz en la que dijo: “No conozco los motivos de Giuliani para atacarme”.
Los contactos de Giuliani “bien podrían haber creído que sus ambiciones financieras personales se vieron obstaculizadas por nuestra política anticorrupción en Ucrania”, dijo también.
Y, en clara referencia a Trump y Giuliani, añadió que intereses corruptos en Ucrania han respondido “vendiéndole teorías de conspiración sin base a cualquiera que les escuche”.
A través de Twitter, el presidente Trump defendió el sábado a Giuliani. “Así que ahora están detrás del legendario ‘atrapa criminales’ y el mejor alcalde en la historia de Nueva York, Rudy Giuliani”, escribió.
“A veces puede parecer un poco rudo, pero también es un gran tipo y un abogado maravilloso. Está sucediendo una caza de brujas tan unilateral en Estados Unidos”, añadió.
LEA MÁS: Exembajadora en Ucrania acusa a Trump de destituirla con base en ‘falsedades’
“Figura central”
La investigación de juicio político de la Cámara se centra en la llamada telefónica de Trump del 25 de julio con su par Volodimir Zelenski, durante la cual pidió al líder ucraniano cooperar con Giuliani y el fiscal general Bill Barr en la investigación de los Biden.
En el informe, que provocó la investigación de juicio político, un denunciante describió a Giuliani como la “figura central” en el esfuerzo de “solicitar la interferencia de un país extranjero en las elecciones estadounidenses de 2020”.
Giuliani y Trump aseguran en tanto que Biden, mientras era vicepresidente de Barack Obama, presionó a Ucrania para despedir al principal fiscal del país para proteger el puesto de 50.000 dólares mensuales de su hijo en el directorio de la compañía de gas Burisma.
Esas acusaciones han sido en gran medida desacreditadas y no ha habido evidencia de ninguna conducta ilegal en Ucrania por los Biden.
Además del de Ucrania, Giuliani también aparece en otro potencial escándalo.
Bloomberg News informó el miércoles que Trump había presionado al entonces secretario de Estado Rex Tillerson en 2017 para ayudar a persuadir al Departamento de Justicia a retirar los cargos contra un comerciante de oro iraní-turco que era cliente de Giuliani.
Tillerson se negó alegando que constituiría una interferencia en una investigación en curso, según Bloomberg.