La Paz. La expresidenta interina de Bolivia, la derechista Jeanine Áñez, intentó “quitarse la vida” dentro de la cárcel este sábado, afligida por su situación judicial, aseguró uno de sus abogados.
Por su parte, el gobierno dijo que tiene “unos rasguños” en sus brazos y que está “completamente estable”.
“El día de hoy (sábado) la expresidenta constitucional Jeanine Áñez intentó quitarse la vida, intentó un autoatentado en el que gracias a Dios fracasó”, afirmó el jurista Jorge Valda en un video enviado por su equipo de colabodores a la AFP.
Según su defensor legal, lo que Añez hizo fue enviar “un mensaje de ayuda, de auxilio y de socorro”.
Tras visitarla en el penal de La Paz, donde la expresidenta se encuentra desde marzo pasado, Carolina Ribera, su hija, pidió a las autoridades que permitan a su madre defenderse en libertad.
“Ella está muy mal, necesita tranquilidad”, porque “está ahorita muy frágil, en una depresión severa”, declaró.
La oficina de la Unión Europea (UE) en La Paz dijo en Twitter que “escucha con preocupación las noticias” sobre la expresidenta y que espera que “las autoridades responsables hagan todo para garantizar su derecho a la salud integral, tanto física como mental”.
La exmandataria, de 54 años, está detenida en una cárcel de La Paz desde marzo pasado, denunciada por el gobierno por varios delitos durante su gestión del 2019 al 2020.
Áñez es acusada en tres procesos diferentes de delitos como genocidio, terrorismo, conspiración, resoluciones contrarias a la Constitución e incumplimiento de deberes.
La declaración del abogado surgió después de que el ministro de Gobierno (Interior), Eduardo del Castillo, informara en una conferencia de prensa que Añez “habría pretendido (...) generarse una autolesión”.
El ministro acotó que su “salud es completamente estable, tiene unos pequeños rasguños en uno de sus brazos; sin embargo, no hay de qué preocuparse”.
Consultado sobre las razones de las lesiones, el ministro respondió que hicieron la misma consulta a la exmandataria.
“Ella manifiesta desconocer los móviles por los cuales habría intentado generarse algún tipo de lesión”, indicó Del Castillo.
La familia de la exmandataria ha pedido de manera reiterada su traslado a un hospital para que sea sometida a tratamiento médico especializado, por sufrir principalmente hipertensión.
La defensa de la exgobernante no ha tenido éxito en sus pedidos a la Justicia para que a la expresidenta se le otorgue detención domiciliaria.
En las afueras del penal de mujeres donde está presa Añez, una treintena de simpatizantes de la exmandataria reclamaron con gritos y pancartas por su libertad.
La oposición urge por su salud
Tras las declaraciones del ministro, el gobernador de la rica región de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, pieza clave en la salida del poder del izquierdista Evo Morales en 2019, señaló que “el gobierno de Luis Arce (el presidente) y su política revanchista está superando todos los límites”.
Acotó que “una y otra vez han manoseado la salud de Jeanine Áñez, en un comportamiento inhumano que es crueldad”.
El expresidente de centro Carlos Mesa (2003–2005), mencionó por separado que las explicaciones oficiales sobre la salud de Áñez “no son serias ni creíbles” y pidió “el cese de su encarcelamiento político” para que “se defienda en libertad”.
Mesa y los exmandatarios Jorge Quiroga (derecha, 2001–2002) y Jaime Paz (socialdemócrata, 1989–1993), pidieron en un comunicado dirigido a la Fiscalía y al Poder Judicial que adopten las medidas necesarias para “preservar la vida e integridad física y psicológica” de Áñez.
Demanda de proceso en curso
La Fiscalía General de Bolivia presentó el viernes acusación contra Áñez por “genocidio”, debido a la represión contra partidarios del expresidente izquierdista Evo Morales en noviembre del 2019, en dos zonas del país con saldo de una veintena de muertos.
La acusación fue presentada ante el Tribunal Supremo de Justicia, que debe pedir una autorización al Congreso para juzgarla.
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Áñez sucedió a Morales, en el poder desde 2006, quien dimitió en medio de una fuerte convulsión social, cuando la oposición le acusaba de haber hecho fraude en las elecciones de octubre del 2019 para continuar en el poder hasta 2025.
Las protestas se extendieron a todo el país. Los policías y militares le quitaron respaldo a Morales, quien renunció y salió exiliado hacia México.
Morales, el actual gobierno de su delfín Luis Arce y el oficialismo en pleno, acusan a Áñez y a la oposición política de haber promovido un golpe de Estado, con el apoyo de la Iglesia católica, la Unión Europea (UE) y los gobiernos del argentino Mauricio Macri y el ecuatoriano Lenín Moreno.
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