Río de Janeiro. Las revelaciones sobre contactos entre los fiscales de la Operación Lava Jato y el juez Sergio Moro en el caso que llevó a la cárcel al expresidente de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva pusieron en la mira a la mayor investigación anticorrupción de Brasil.
El portal The Intercept Brasil publicó el domingo mensajes pirateados de los fiscales entre sí y con Moro, nombrado en enero ministro de Justicia y Seguridad Pública del presidente de ultraderecha Jair Bolsonaro.
Entre los mensajes destaca una serie de setiembre pasado, cuando los fiscales obraron para impedir que Lula, encarcelado desde abril del 2018, fuera entrevistado por temor a que pudiese beneficiar a su delfín Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT) en las elecciones presidenciales ganadas por Bolsonaro.
Otras conversaciones muestran que el principal fiscal de Lava Jato, Deltan Dallagnol, estaba preocupado por la falta de solidez de las denuncias presentadas contra Lula para condenarlo como beneficiario de un apartamento en el litoral paulista, que según la acusación le entregado por una constructora a cambio de contratos con Petrobras.
Nada muda o fato de que Lula roubou e chefiou a maior organização criminosa do mundo, responsável dentre outros escândalos pelo do petrolão (Lava Jato) - superior até ao PIB de diversos países.
— Eduardo Bolsonaro🇧🇷 (@BolsonaroSP) June 10, 2019
O Brasil é rico, só não é potência por conta de ladrões como Lula.#EuApoioLavaJato https://t.co/hmdN9jPo4r
Lula, que purga una pena de 8 años y 10 de meses de cárcel, siempre consideró su condena fruto de una conspiración político-judicial para impedir que la izquierda volviera al poder. Sus abogados afirman que las filtraciones así lo demuestran y pidieron ya "el restablecimiento pleno de la libertad" del dirigente histórico de la izquierda, de 73 años.
El caso podría servir de precedente a otros de los centenares de políticos y empresarios condenados por Lava Jato.
Bolsonaro no se pronunciará sobre el asunto antes de reunirse personalmente con Moro este martes, cuando el ministro regrese a Brasilia de un viaje a Manaos, afirmó el vocero presidencial.
‘Es normal’
El fiscal Dallagnol afirmó que acusar a la Operación Lava Jato de una “operación partidaria es una teoría de la conspiración sin fundamento” y que su equipo fue blanco de un ataque cibernético “gravísimo”.
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"Es normal que fiscales y abogados conversen con el juez, incluso sin la presencia de la otra parte. Lo que debe verificarse es si en esas conversaciones existió confabulación o si se violó la imparcialidad", algo que a su criterio no ocurrió, defendió en un video publicado en las redes sociales.
Moro consideró que en los mensajes que lo citan "no se vislumbra ninguna anormalidad de direccionamiento de actos en tanto que magistrado".
El expresidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2002) fue en esa misma dirección. "La divulgación de mensajes entre el juez y el fiscal de Lava Jato es una tempestad en un vaso de agua. A menos que haya divulgaciones más comprometedoras", le dijo al Blog del periodista Tales Faría.
Una salvedad bienvenida, dado que The Intercept Brasil asegura que tiene “un archivo colosal” del que solo sacó a relucir “una pequeña parte”, según dijo el director ejecutivo de la publicación, Leandro Demori.
El portal tiene credenciales sobre su poder de fuego. Su confundador Glenn Greenwald fue quien reveló en 2013 las filtraciones de Edward Snowden sobre los programas de vigilancia masiva implementados por la NSA estadounidense.
El asunto incendió las redes sociales, con dos etiquetas: #YoApoyoLavaJato y #YoApoyoTheInterceptBR.
El diputado Eduardo Bolsonaro, uno de los tres hijos del jefe de Estado dedicados a la política, creyó oportuno recordar a su electorado que, más allá de cuestiones jurídicas, la ola ultraconservadora que llevó al poder a su padre estuvo en gran parte alimentada por la inquina contra Lula.
“Nada cambia el hecho de que Lula robó y dirigió la mayor organización criminal del mundo, responsables del escándalo del ‘petrolazo’ (Lava Jato), entre otros (...). Brasil es rico pero no es potencia a causa de ladrones como Lula”, escribió.
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Patricia Riffel, una abogada de 54 años en el centro de Río, se siente decepcionada por Moro. “Tenía una visión diferente de Moro como juez. Pero cuando aceptó ser ministro de Justicia mi visión cambió un poco y ahora quedé totalmente en estado de shock”, afirmó.
Rodrigo Oliveira, un oficinista de 21 años, no vio en cambio "nada anormal" en los contactos entre Moro y Dallagnol. "Fue una conversación privada, no veo nada malo en ello ni que pueda afectar la imagen de Sergio Moro", comentó.
Las revelaciones caen en momentos en que Bolsonaro trata de dejar atrás las querellas dentro de su propio campo para avanzar con las reformas económicas que los mercados consideran indispensables para dinamizar al país, amenazado por la recesión.
André Perfeito, de la consultora Necton, cree que las revelaciones tendrán "implicaciones limitadas", pero considera imposible ignorar el contexto, con una huelga general convocada por los sindicatos para el viernes. Por eso, dice, "sugerimos una atención redoblada".
La Bolsa cerró el lunes con un retroceso de 0,36%.