París. Los franceses acudieron masivamente este domingo 30 de junio a votar en la primera vuelta de las elecciones legislativas anticipadas que podrían llevar al poder, por primera vez, al partido de extrema derecha de Marine Le Pen y cambiar el rumbo de Francia.
A las 17H00, hora local, la participación alcanzó un 59,39% de votantes, 20 puntos porcentuales más que a la misma hora en los comicios del 2022, según el Ministerio del Interior. Casi 50 millones de personas están llamadas a las urnas.
Como muestra de una votación percibida como histórica, distintos institutos de sondeos estimaron que la participación se situará entre el 67,5% y el 69,7%, lo que la convertiría en la más elevada desde la primera vuelta de las legislativas de 1981 (70,86%).
A partir de las 20H00 (18H00 GMT), al cierre de los últimos colegios, las primeras estimaciones empezarán a despejar la principal incógnita: ¿El partido ultraderechista Agrupación Nacional (RN) de Le Pen ganará la primera vuelta, como avanzan los sondeos?
El resultado final se conocerá después de la segunda vuelta prevista el 7 de julio. RN ya anunció que, si logra la mayoría absoluta junto a sus aliados en estos comicios, postulará como primer ministro a su joven líder emergente Jordan Bardella, de 28 años.
“No son unas elecciones fáciles; los resultados son muy inciertos y las repercusiones pueden ser graves para la sociedad”, declaró Julien Martin, un arquitecto de 38 años en Burdeos, en el suroeste.
“Yo siempre voto, pero ahora especialmente porque tengo miedo del futuro”, aseguró Nicole Cherprenet, una jubilada de 79 años, al votar en París.
La llegada al poder de la extrema derecha, por primera vez desde la Liberación de Francia de la ocupación de la Alemania nazi en 1945, sumaría un nuevo país en la Unión Europea (UE) gobernado por esta tendencia, como Italia.
Y podría debilitar la política de apoyo a Ucrania del presidente francés, Emmanuel Macron. Aunque el partido de Le Pen, cuyos detractores la consideran cercana a Rusia y Vladimir Putin, asegura que apoya a Kiev, Ucrania, subraya que quiere evitar una escalada con Moscú.
La segunda vuelta será clave
Macron, cuyo mandato termina en 2027, provocó el adelanto electoral el 9 de junio luego de la contundente victoria de RN en las elecciones europeas en Francia y ahora se arriesga a compartir el poder con un gobierno de otro color político, a menos de un mes de los Juegos Olímpicos de París 2024.
La formación ultraderechista defiende un programa que busca limitar la inmigración, imponer la “autoridad” en la escuela y reducir la factura eléctrica de los hogares, entre otras medidas.
Esta formación y sus aliados cuentan con un 36% de intención de voto, seguidos de la coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular (NFP, 29%) y de la alianza de centroderecha de Macron (20%), según un amplio sondeo de Ipsos publicado el 28 de junio.
El propio sistema electoral vuelve incierto el resultado final: los 577 diputados se eligen en sendas circunscripciones uninominales, con un sistema mayoritario a dos vueltas. Según los resultados de cada circunscripción, a la segunda vuelta podrán acceder dos, tres o más candidatos.
Los rivales de RN han intentado en la recta final alertar del riesgo de una llegada al poder de la extrema derecha, que ha trabajado en la última década por moderar la imagen heredada de su fundador Jean-Marie Le Pen, conocido por sus comentarios racistas y antisemitas.
LEA MÁS: Incertidumbre electoral inunda campaña de elecciones legislativas en Francia
“Cederle cualquier poder significa nada menos que correr el riesgo de ver cómo se deshace poco a poco todo lo que se ha construido y conquistado a lo largo de más de dos siglos y medio”, advirtió el diario Le Monde.
Socialistas, comunistas y ecologistas, aliados del partido radical La Francia Insumisa (LFI) en la coalición de izquierdas NFP, ya advirtieron que retirarán sus candidatos en la segunda vuelta si acceden en tercera posición, para dar más opciones al candidato oficialista frente a uno ultraderechista.
Bajo presión para adoptar una política similar hacia las fuerzas de izquierda, Macron, cuya popularidad cayó por el adelanto electoral y que reunirá a su gobierno el 1. ° de julio, dejó entrever que su consigna de voto será no votar por los “extremos” que representan, en su opinión, RN y LFI.