Lima. El fujimorismo se encaminaba a perder su hegemonía en el Congreso de Perú, castigado en las elecciones legislativas del domingo por resistirse a la cruzada anticorrupción del presidente Martín Vizcarra, según una encuestadora.
Un conteo rápido realizado por la firma Ipsos y representativo del 95% de las mesas de votación, el nuevo Congreso estará fragmentado y dominado por partidos centristas proclives a negociar con Vizcarra.
La primera fuerza será Acción Popular (10,1%), un partido que antaño lideraba el extinto presidente Fernando Belaúnde Terry, que gobernó dos veces Perú (1963-1968 y 1980-1985).
Le siguen el Frepap (8,8%), grupo político-cristiano fundamentalista cuyos líderes usan largas barbas y visten túnicas al estilo de Jesucristo; Podemos Perú (8,25%), encabezado por un general retirado antifujimorista de derecha; Alianza para el Progreso (8,0%), formación de centro-derecha que tenía un dirigente en el gabinete de Vizcarra; y el Partido Morado (7,7%), que se define como de “centro-centro”.
Según este conteo, divulgado casi cinco horas después del término de la votación sin que se difundan cómputos oficiales, el partido que lidera Keiko Fujimori pasa a ser la sexta fuerza en el nuevo Congreso con el 6,9% de los votos, perdiendo el control absoluto del parlamento que había ganado en los comicios de 2016 (36,3%).
“Es el desplome del fujimorismo, es una caída muy profunda, un golpe muy fuerte”, declaró a la AFP el analista Luis Benavente, director de la consultora Vox Populi.
"No sabemos cuántos congresistas obtendrán (los fujimoristas), pero las primeras proyecciones indicarían que sería la décima parte del 2016”, dijo por su lado a la AFP el analista Fernando Rospigliosi.
En 2016 el fujimorismo había ganado 73 bancas en 130, pero ahora conseguiría menos de 20, según algunas proyecciones.
APRA cerca de desaparecer
El principal aliado del fujimorismo también recibió un voto de castigo con apenas 2,6%, según el conteo rápido: es el partido socialdemócrata APRA, que lideraba Alan García, dos veces presidente (1985-1990 y 2006-2011), quien se suicidó en abril cuando iba a ser detenido.
"Siendo el partido más antiguo del Perú, (el APRA) perdería su inscripción partidaria y quedaría fuera del Congreso", dijo Benavente a la AFP.
La izquierda compitió dividida y en conjunto logró el 11,2% de los votos válidos, según el conteo rápido: el Frente Amplio (6,1%) y Juntos por el Perú (5,1%).
Vizcarra, un popular mandatario de centro-derecha, adelantó que quiere entablar con el nuevo Congreso “una relación responsable, madura, de búsqueda de consensos en beneficio del Perú".
Lios judiciales de Keiko
Fuerza gravitante desde 1990, el fujimorismo tomó el control absoluto del Congreso en 2016, pero ha sufrido varios reveses el último año y medio al intentar doblegar a Vizcarra.
Estos reveses se suman a los problemas judiciales de Keiko, a quien la justicia podría enviar a prisión preventiva nuevamente este martes, en el marco del escándalo por los aportes ilegales de campaña y sobornos pagados por la constructora brasileña Odebrecht. Ella ya estuvo 13 meses presa.
El desplome del partido fujimorista Fuerza Popular (derecha populista) llega cuatro años después de que Keiko, primogénita del encarcelado exmandatario Alberto Fujimori (1990-2000), acariciara la presidencia de Perú en las urnas en 2016, tal como hizo en 2011.
A pesar de perder decenas de bancas parlamentarias, los analistas descartan que el fujimorismo desaparezca del mapa electoral.
"El fujimorismo es duro de matar", dijo a la AFP el analista Carlos Meléndez.
“Cuatro meses de oxígeno”
En la jornada votaron dos exmandatarios investigados por Odebrecht, entre ellos Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018), bajo arresto domiciliario desde abril, quien acudió con autorización judicial a sufragar custodiado por policías y acompañado por una enfermera.
También votó Ollanta Humala (2011-2016), un antiguo militar de izquierda, que afirmó que con los comicios "se terminaron los cuatro meses de gobierno sin oposición, cuatro meses de oxígeno" para Vizcarra.
Peculiares comicios
Los comicios fueron peculiares porque los nuevos legisladores tendrán un mandato de apenas 16 meses -en vez de cinco años- y porque no coincidieron con los presidenciales.
También destacaron por la falta de figuras entre los 2.331 candidatos de 21 partidos que se disputaban las 130 bancas del parlamento unicameral. Entre quienes acapararon cierta atención en la campaña figuró Gahela Cari, primera candidata indígena transexual en Perú, quien aparentemente no conseguiría los votos para llegar al Congreso.
Solo 16 de los parlamentarios cesados postularon a la reelección.