Caracas. El líder opositor venezolano Juan Guaidó advirtió este martes que la presión contra el gobierno de Nicolás Maduro “apenas comienza” y respaldó una propuesta de “paro escalonado” de funcionarios públicos, un día después de su desafiante regreso al país tras haber burlado una prohibición de salida.
Guaidó, reconocido como mandatario encargado por más de 50 países, se reunió con dirigentes sindicales apostando a que los empleados estatales apoyen sus esfuerzos para sacar del poder a Maduro.
“Pensaban que la presión máxima había llegado. Sépanlo claramente que la presión apenas comienza”, aseguró Guaidó tras el encuentro en Caracas.
Guaidó ya había convocado, al llegar el lunes a Caracas, a sus seguidores a realizar el sábado manifestaciones multitudinarias en todo el país.
Como es habitual, también Maduro llamó este martes a "manifestaciones antimperialistas" el mismo día, cuando se cumplirán cuatro años desde que el expresidente Barack Obama impuso las primeras sanciones a funcionarios venezolanos.
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"Vamos a las calles el 9 de marzo, a marchas antimperialistas", clamó Maduro en un acto por el sexto aniversario de la muerte de su predecesor Hugo Chávez (1999-2013).
Guaidó, quien también es jefe del Parlamento, logró reactivar las protestas y estrechar el cerco diplomático contra Maduro desde que el 23 de enero se juramentó como presidente interino, luego de que la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, declarara al gobernante como “usurpador”.
"Aquí está el presidente encargado de Venezuela dándole la cara a los trabajadores, al trabajo con dignidad, sin que les regalen nada", dijo Guaidó, quien promueve un "gobierno de transición y elecciones libres" aduciendo que el segundo mandato iniciado por Maduro en enero es resultado de elecciones tramposas.
Según Guaidó, los representantes de los trabajadores le propusieron avanzar hacia un "paro escalonado en la administración pública", aunque no dio detalles.
Durante la era chavista, el sector público llegó a tener entre 4 y 4,5 millones de trabajadores, pero esa cifra pudo haberse reducido a raíz de la grave crisis económica, que incluye una contracción del producto interno bruto (PIB) de 50% desde el 2014, hiperinflación y escasez de bienes básicos.
Con tono retador tras su multitudinario recibimiento el lunes a su llegada a Caracas, Guaidó afirmó que la facilidad con la que ingresó muestra las contradicciones en el círculo del “dictador”, como se refiere a Maduro.
Sus seguidores temían que fuera arrestado al llegar a Venezuela, de donde salió el 22 de febrero para presionar infructuosamente por el ingreso de donaciones de Estados Unidos en alimentos y medicinas desde Colombia.
Maduro lo impidió al bloquear los accesos por las fronteras terrestres y marítimas, alegando que la ayuda era el pretexto para una intervención militar estadounidense en el país con las mayores reservas de petróleo.
Este martes, el presidente condecoró a oficiales que impidieron el paso de los cargamentos.
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"Están ahogados en contradicciones. No tienen cómo responder al pueblo de Venezuela", dijo Guaidó al referirse a que no haya habido represalia de parte del gobierno de Maduro a su regreso.
Antes de su vuelta a Caracas, el mandatario había declarado que Guaidó tendría que encarar a la justicia, por haber evadido la prohibición de salida del país.
Sin embargo, este martes apenas si aludió a Guaidó. “Allá ellos, que sigan con sus juegos de muchachos, de provocaciones”, manifestó Maduro sin nombrarlo directamente.
"Hoy más que nunca estamos victoriosos frente a la conspiración, frente al chantaje, mientras una minoría alocada continúa con su odio, en su amargura", añadió.
Presión interna
Guaidó busca elevar la presión interna para desalojar a Maduro, luego de que el Grupo de Lima –integrado por Canadá y 13 países latinoamericanos– descartara su apoyo a una intervención militar, una alternativa que el gobierno de Donald Trump mantiene sobre el tapete.
Para ello, pretende volcar a su favor a los empleados públicos, con algunos de cuyos dirigentes se reunió este martes. El oficialismo conserva su influencia en buena parte de la cúpula sindical.
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"El paro escalonado es una propuesta de los trabajadores públicos para que más nunca más trabajen para la dictadura", sostuvo en una rueda de prensa, en la que anunció una ley para proteger a los funcionarios de eventuales despidos.
En la cita participaron sindicalistas petroleros, de las industrias básicas, gobernaciones, alcaldías, hospitales y la banca pública, entre otros, dijo la dirigente Ana Yánez.
"La administración pública está prácticamente paralizada. En las alcaldías van a trabajar solo tres veces a la semana y apenas medio día", comentó Yánez.
El salario mínimo en Venezuela apenas alcanza para dos kilos de carne por un hiperinflación que el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyectada en 10.000.000% para el 2019.