Brasilia. El líder opositor Juan Guaidó, reconocido como presidente interino de Venezuela por más de 50 países, aseguró el jueves en Brasilia que volverá a su país “en los próximos días, a pesar de las amenazas”, tras ser recibido por el mandatario Jair Bolsonaro.
"Recibo amenazas personales y familiares, pero también amenazas de encarcelamiento por parte del régimen" de Nicolás Maduro, dijo Guaidó en una declaración a la prensa junto a Bolsonaro. "Aun así, esto no va a evitar nuestro retorno a Venezuela", agregó.
En Washington, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) llamó al gobierno de Maduro a garantizar la integridad y seguridad de Guaidó y su familia, “incluyendo la protección a sus derechos en relación con actos de riesgo atribuibles a terceros”.
Maduro ha dicho que Guaidó deberá responder por burlar la ley, pues la Justicia afín al gobierno le había prohibido salir del país. Además, aseguró que el líder opositor deberá enfrentar la Justicia a su regreso al país, según una entrevista con la cadena estadounidense ABC News difundida el lunes.
Por otro lado, el presidente paraguayo, Mario Abdo, anunció por Twitter que recibiría a su vez a Guaidó el viernes en Asunción. El joven legislador, de 35 años, no confirmó ese anuncio, limitándose a decir que tenía agenda prevista el fin de semana y el lunes, antes de afirmar: “A más tardar vuelvo (a Venezuela) el lunes”.
Mañana recibiremos la visita de nuestro querido amigo, Presidente Juan Guaidó en el Palacio de López.
— Marito Abdo (@MaritoAbdo) February 28, 2019
Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional venezolana, participó el lunes en Bogotá en una reunión del Grupo de Lima, formado por una decena de países latinoamericanos y Canadá, que se comprometieron a estrechar el cerco económico y diplomático sobre Maduro sin recurrir a la fuerza, una posibilidad que había dejado abierta Estados Unidos.
El líder opositor llegó a declarar que todas las opciones debían estar sobre la mesa, aunque luego aclaró que se trataba de opciones no militares. Y este jueves, junto a Bolsonaro, declaró: "Estamos luchando por elecciones libres, en el marco de la Constitución".
Según el internacionalista Ronald Rodríguez, del Observatorio de Venezuela de la Universidad colombiana del Rosario, Guaidó no tiene otra opción que volver a su país, para ponerse al frente de la oposición.
"La realidad es que muchos de ellos ya empiezan a sentir que está pasando el cuarto de hora de este momento, y saben que si se les pasa no va a ser fácil salir de Nicolás Maduro", señaló.
Frente de la oposición
El mandatario interino contaba con una gran presión popular y el apoyo militar el pasado sábado, para dejar entrar camiones con ayuda humanitaria, en gran parte estadounidense, enviados desde las fronteras con Colombia y Brasil. Pero Maduro cerró las fronteras y esa operación fracasó.
Así y todo, 567 miembros de las fuerzas armadas venezolanas han desertado y cruzado a Colombia desde el sábado y una docena a Brasil.
Guaidó denunció además este jueves el secuestro de tres miembros de su equipo que estaban regresando de la frontera colombiana a Caracas y exigió "su libertad inmediata".
Bolsonaro se disculpó por el apoyo dado a Maduro y a su predecesor Hugo Chávez por "dos expresidentes de Brasil", en referencia a los exmandatarios de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) y Dilma Rousseff (2011-2016).
"Brasil estaba en un camino semejante. Gracias a Dios, el pueblo despertó y en cierta medida se vio en lo que sucedía negativamente en su país y resolvió poner punto final al populismo, a la demagogia barata que lleva a la situación en que su país se encuentra", agregó, dirigiéndose a Guaidó.
Guaidó se entrevistó por la mañana con diplomáticos europeos en Brasilia, cuyos países desconocen a Maduro por considerar que su reelección fue fraudulenta. Ante ese escenario, Guaidó, presidente del Parlamento, se declaró el 23 de enero como gobernante encargado.
El vicepresidente de Brasil, Hamilton Mourao, un general del Ejército, ve el riesgo de una guerra civil ante la situación política de Venezuela.
La crisis venezolana, a medida que se agrava, se internacionaliza, tomando ribetes que recuerdan a la Guerra Fría.
El canciller de Maduro, Jorge Arreaza, pidió el miércoles una reunión entre Maduro y Donald Trump, pero el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, rechazó de plano esa posibilidad.
"Lo único que hay que discutir con Maduro en este momento es la hora y la fecha de su partida", tuiteó Pence.
The only thing to discuss with Maduro at this point is the time and date for his departure. For democracy to return and for Venezuela to rebuild—Maduro must go. #VenezuelaLibre https://t.co/14U8qzWn4N
— Vice President Mike Pence Archived (@VP45) February 27, 2019
Venezuela está sumida en una severa escasez de alimentos y medicinas, que ha ocasionado un éxodo de 2,7 millones de personas hacia países de la región desde la agudización de la crisis en el 2015.
Para Maduro, todo es producto del cerco financiero que le aplica Washington, que Guaidó calificó este jueves de "determinante (...) para que (el gobierno chavista) no se lo robe absolutamente todo".
El sucesor de Chávez asegura que la ayuda humanitaria impulsada por Guaidó esconde un plan de intervención militar de Estados Unidos.