Ciudad de Guatemala. ACAN-EFE. A siete días de los comicios generales en Guatemala, en los que se elegirán casi 4.000 cargos públicos para el periodo 2016-2020, incluido el presidente y vicepresidente del país, el ambiente no lo marcan las campañas electorales ni la indecisión, sino la abstención y las protestas.
Más de 7,5 millones de guatemaltecos están llamados a las urnas el próximo domingo; sin embargo, analistas consultados anticipan que la abstención marcará un antes y un después en la historia de ese país.
Ese día también escogerán a 158 diputados, 20 legisladores al Parlamento Centroamericano y 338 gobiernos locales.
Y es que estas elecciones están consideradas, por propios y extraños, como las más atípicas de la historia guatemalteca.
La abstención, consecuencia del hartazgo de la población con una clase política que califican de “corrupta”, se debe a los numerosos casos de corrupción ventilados durante los últimos cuatro meses, en los que están involucrados, además de personas particulares, altos funcionarios del Gobierno.
La exvicepresidenta de la República Roxana Baldetti (2012-2015), quien dimitió el 8 de mayo, está en prisión desde el viernes 21 de agosto, el mismo día en el que el Ministerio Público (MP) y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) solicitaron un antejuicio contra el presidente, Otto Pérez Molina.
De acuerdo con estas autoridades, el mandatario era, junto a Baldetti, uno de los líderes de la red de corrupción aduanera conocida como La Línea.
Su antejuicio, que [[BEGIN:INLINEREF LNCVID20150830_0005]]el sábado[[END:INLINEREF]] avaló una comisión parlamentaria , será votado, previsiblemente el martes, en el Congreso, donde se requieren 105 votos de los 158 legisladores para que se venga abajo la inmunidad que le impide enfrentar los cargos en los tribunales.
Sin interés por comicios. Con toda esta coyuntura, las elecciones se llevarán a cabo, a pesar de la demanda ciudadana que grita, desde abril que “en estas condiciones” no quiere elecciones y que es necesario que el presidente dimita ya.
Por ello no serán unos comicios normales. Según Diego Maza, uno de los miembros de la plataforma Mirador Electoral , que aboga por elecciones transparentes, pacíficas y libres, el abstencionismo y el voto nulo pueden aumentar hasta en un 30%.
En los comicios anteriores, del 2011, de acuerdo con datos del Tribunal Supremo Electoral (TSE), la cifra de ausencia en las urnas fue del 39,17%.
Maza comentó que, aunque no existe una proyección fiable, la situación actual desencadenará una abstención “como nunca antes en la historia”, sobre todo en la clase media alta urbana.
En cambio, en las zonas rurales, las cifras sí variarán con respecto a otros años, pero “no se notará tan fuerte”.
Históricamente, la ciudadanía guatemalteca ha sido un sector que “sale a votar, le gusta y participa”, no solo ejerciendo su derecho al sufragio, sino participando como voluntario en el proceso de observación electoral.
Sin embargo, añadió, este año “el papel se ha invertido” y rechazan las elecciones porque consideran que el proceso es “ilegítimo”, máxime cuando los diputados no han escuchado las demandas ciudadanas y no han aprobado las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos .
Pero esta situación “de fiscalización y exigencia” es un proceso “muy positivo” para el país , que, con el tiempo, conseguirá grandes cambios, aunque estas se hayan convertido en las elecciones “más atípicas” de la historia con una campaña “pésima”, según el dirigente de Mirador Electoral.
A su juicio, la falta de movilización cívica también se debe a la falta de ofertas electorales “serias y sólidas”, ya que los candidatos para presidir el país, al igual que sus respectivas formaciones políticas, no ahondan en detalles como el futuro equipo de gobierno o las fuentes de financiación.
Maza advirtió de que el voto nulo y la abstención pueden favorecer al favorito para los comicios, según las encuestas, Manuel Baldizón, de la formación Libertad Democrática Renovada (Lider), quien logra una intención de voto del 24,9% entre los 14 aspirantes a la Presidencia.
Pero también puede beneficiar a Jimmy Morales, de Frente de Convergencia Nacional (FCN), un excomediante que es visto por la población como alguien alejado de un sistema en el que reinan, a partes iguales, la corrupción y la impunidad.