Gustavo Petro está a las puertas de cumplir su primer año como presidente de Colombia, convirtiéndose en el primer mandatario de izquierda en el país sudamericano. Sin embargo, a medida que pasaron los meses, su gobierno experimenta episodios que debilitan su credibilidad.
Se produjeron cambios en su gabinete, polémicas en torno a reformas pendientes y una gestión que se centró en Twitter. Esto generó un deterioro en su imagen ante la población, como lo muestra una encuesta de Invamer Colombia Opina, donde su aprobación se sitúa en un 33,8% y su desaprobación se dispara hasta el 59,4%.
La Nación conversó con Esteban Salazar, Coordinador de Investigación de la línea Democracia y Libertad de la Fundación Paz y Reconciliación (Pares) de Colombia, para realizar un análisis del primer año de Petro en el poder.
Salazar describe este período como “convulso”, dividiendo el año en dos partes: una primera etapa de “luna de miel”, durante la cual el gobierno contó con mayorías en el legislativo que permitieron la aprobación de proyectos estratégicos, como el Plan Nacional de Desarrollo, la creación del Ministerio de la Igualdad y una reforma tributaria.
Sin embargo, luego llegó la turbulencia al gobierno con la “radicalización política”, a medida que el Congreso colombiano mostró desacuerdos en cuanto a las reformas que se iban a aprobar. Ante esto, el presidente Petro respondió llamando a movilizaciones en las calles.
En cuanto a las características de Petro, al igual que su gobierno, mostró dos caras diferentes. Inició con un discurso moderado y abierto al debate, lo que le permitió construir alianzas que posteriormente él mismo rompió. A medida que surgieron bloqueos políticos, también se produjeron cambios en su gabinete, reemplazando a 8 de los 18 ministros.
“Hoy tenemos un presidente un poco más radicalizado que busca generar algún tipo de confrontación política para culpar a otros sectores de lo que no ha podido implementarse en su gobierno debido a la falta de respaldo legislativo”, menciona Salazar.
En este primer año de gobierno, Esteban Salazar enumera los aciertos y desaciertos de Petro, aunque no puede hacer una clasificación definitiva hasta el momento.
Aciertos:
- Logró establecer un gabinete moderado y equilibrado.
- Intentó promover una agenda de paz total.
- Puso en la agenda temas que no se discutían anteriormente en Colombia.
- Posicionó internacionalmente a Colombia en liderazgo en agendas donde no aparecía.
- Intentó poner en discusión las democracias maduras del siglo XXI.
Desaciertos:
- Se radizalizó a pesar de contar con un gabinete moderado, culpando a otros sectores.
- Estableció alianzas con sectores políticos tradicionales que no velaban por el cambio, sino por sus propios intereses.
- Ausencia de un sentido, contenido y método para la implementación de sus propuestas de gobierno.
- Parece gobernar más a través de Twitter, concentrándose en contestar a las redes sociales en lugar de cumplir con su plan de gobierno.
La principal debilidad de Petro radica en las diversas polémicas en las que se vio envuelto, desde cambios en su gabinete hasta problemas con la prensa de su país.
Sin embargo, el escándalo más significativo que afectó al mandatario fue el relacionado con su ex jefa de gabinete, Laura Sarabia, y el embajador en Caracas, Armando Benedetti, quienes estuvieron envueltos en una polémica con una niñera que cuidaba a los hijos de ambos.
Posteriormente, se revelaron pérdidas de dinero y pruebas de polígrafo, lo cual desencadenó el gran escándalo del financiamiento de la campaña de Petro.
“Filtraciones de grabaciones a repartidas burocráticas, presuntos hechos de corrupción, infiltración de dineros irregulares a la campaña presidencial, declaraciones sin ningún tipo de sustento hasta el día de hoy de prueba de documento que implique o involucra al presidente. Pero, hasta que no haya un proceso judicial en firme que determine la veracidad o no, estas declaraciones o la responsabilidad o no de estos hechos, puso un impacto supremamente grande en el Congreso sobre la credibilidad del gobierno para negociar las reformas, pero también en la ciudadanía”, explicó Salazar.
La imagen de Gustavo Petro se desgastó con tan solo un año en el poder, y ahora se enfrenta a nuevos retos.
Futuro político
En cuanto a su futuro político, Salazar menciona que la izquierda llegó al poder con una “maleta llena de sueños”, la cual debe empezar a abrirse y generar el cambio que prometieron a la población.
“Todavía quedan tres años en los cuales existe la posibilidad de un ejercicio de radicalización por parte del presidente, en el cual, definitivamente, él va a asumir la misma estrategia que utilizó cuando fue alcalde de Bogotá, donde su gobernabilidad se desmoronó, pero intentó mantener una popularidad alta”, señaló Salazar.
También se espera que Petro retome acuerdos con diversos sectores para impulsar sus reformas y liberarse de trabas políticas.
Es necesario que Petro “reconozca y realice un ejercicio de reflexión y autocrítica sobre los errores cometidos, para poder retomar una agenda que permita al país avanzar hacia una paz y un fortalecimiento democrático más justo para los más desfavorecidos”, concluyó Salazar.