Patuca, Honduras. Decenas de obreros e ingenieros chinos trabajan entre las montañas del este de Honduras para levantar una hidroeléctrica con un espejo de agua de 52 kilómetros cuadrados, en una de las mayores inversiones de China en Centroamérica.
La obra refleja la creciente presencia de Pekín en una región donde poco a poco desplaza a la tradicional hegemonía taiwanesa.
Los funcionarios de la empresa Sinohydro laboran con cerca de 900 hondureños en la obra que se levanta en el caudaloso río Patuca, 180 kilómetros al este de Tegucigalpa.
“Solo va a faltar la limpieza de la maleza para llenarla. Si hace buen invierno entrará en operaciones este año, de lo contrario será el próximo”, afirmó a la AFP el jefe del personal, el hondureño Granly Lobo.
Este ingeniero calcula que tardarán cuatro meses en eliminar la maleza y los encinos para llenar el embalse, que tiene una cortina de 57 metros de alto por 207 de ancho.
La hidroeléctrica, cuyo valor total es de $350 millones, tiene casi terminadas las dos turbinas con capacidad para generar 52 megavatios/hora cada una. Se trata de la primera inversión de China en infraestructura en Honduras, pese a que ambos países no tienen relaciones diplomáticas.
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Costa Rica en el 2007 y Panamá en el 2017 rompieron el hilo tradicional que mantuvo Centroamérica con Taiwán y firmaron relaciones diplomáticas con China.
Sin embargo, no se produjo el efecto dominó con los demás países del istmo entrando a la órbita de Pekín, que algunos analistas catalogaban como inminente por el poderoso crecimiento de China.
Lo que sí ha habido son inversiones en Honduras y Nicaragua, mientras en Guatemala fracasó un intento de instalar una eólica de 300 megavatios/hora valorada en $900 millones que terminó en un litigio en un tribunal internacional.
En El Salvador, los acercamientos con China únicamente se han dado en el campo comercial.
Durante décadas, los países centroamericanos fueron aliados de Taipéi, que los compensaba generosamente con cooperación.
Pekín demostró que no se queda atrás a la hora de atraer aliados con donaciones.
Después del establecimiento de relaciones diplomáticas, China donó a Costa Rica el nuevo Estadio Nacional, con un costo de $110 millones.
Actualmente la empresa China Harbour Engineering Company (CHEC) tiene un contrato para reconstruir 107 kilómetros de la principal carretera de San José al Caribe, a un costo de $450 millones.
El politólogo costarricense Constantino Urcuyo, del Centro de Investigación y Adiestramiento Político Administrativo (CIAPA), destaca en un estudio reciente que Costa Rica es para China un socio presentable en su actividad internacional y en las votaciones de los organismos internacionales pues goza de una reputación intachable en materia de derechos humanos y democracia.
En Panamá la empresa CHEC comenzó la construcción del primer puerto de cruceros con un presupuesto de $165 millones.
Antes de la firma de las relaciones diplomáticas, según el Ministerio de Comercio e Industrias de Panamá las inversiones chinas habían empezado a crecer de unos $78 millones en el 2014 a $233 millones en el 2016.
Tales inversiones incluyen la construcción de un puerto de contenedores en Colón, valorado en $1.000 millones, y una instalación de gas natural en la entrada del Canal de Panamá, mientras varias empresas chinas esperan la adjudicación del cuarto puente sobre el Canal, donde pasará la futura línea tres del metro de la capital.
También está pendiente el estudio de factibilidad de un tren de mercancías y pasajeros entre Ciudad de Panamá y la frontera con Costa Rica.
En Nicaragua, la empresa de telecomunicaciones china Xinwei entró en operaciones en abril del 2016 e instaló 1.000 estaciones de base inalámbrica en postes con una inversión de $200 millones.
Y cuando el presidente Daniel Ortega consideró construir un canal interoceánico en Nicaragua, concedió el proyecto a la empresa china HKND, del magnate Wang Jing, por un valor de $50.000 millones.
Sin embargo, este proyecto no ha arrancado y es incierta su concreción, dada las dificultades financieras que enfrenta HKND y el reciente acercamiento de Pekín con Panamá.
“China está invirtiendo en fábricas, maquilas en zonas francas, y sobre todo en proyectos de infraestructura que le permite consolidar su presencia en Centroamérica”, comentó Carlos Murillo, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Costa Rica.
El investigador estimó que la presencia de Pekín en la región seguirá aumentando por una política exterior “agresiva” que combina donaciones, préstamos y inversiones como nunca se habían visto.
“La prioridad china es consolidarse como presencia económica, tener presencia en todo el mundo y después, quizás, vendría la presencia militar”, pronosticó.