Washington
A menos de un mes de las elecciones en Estados Unidos, la candidata demócrata Hillary Clinton apuesta por la discreción, dejando que su rival Donald Trump se debata en una espiral de polémica, mientras el presidente Barack Obama afirma que "la democracia misma" está en juego.
El republicano continúa su furiosa campaña para replicar un diluvio de acusaciones, luego de que al menos seis mujeres dijeran esta semana que fueron víctimas de agresiones sexuales, como efecto de un video del 2005 en el que Trump hacía comentarios lascivos sobre las mujeres.
"La campaña de Clinton se niega a debatir el fondo" de las cosas, dijo Trump a sus simpatizantes durante un mitin el jueves en Florida. "En lugar de eso, ellos me acusan falsamente, no son más que calumnias y difamación".
"Yo no sé ni siquiera quiénes son esas personas. Es una vergüenza", afirmó.
El magnate acusó a los medios estadounidenses de aliarse contra él y su entorno prevé contraatacar este viernes. Trump amenazó con demandar al diario The New York Times, que publicó los testimonios de dos mujeres que lo acusan de embestidas y agresiones de índole sexual.
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"Antes del final del día, las pruebas serán publicadas para desafiar estas acusaciones", prometió Mike Pence, el compañero de formula de Trump, en entrevista con el canal CBS.
Ante la preocupación que genera la campaña de Trump, el presidente Barack Obama aseguró este viernes que "la democracia misma" está juego en las elecciones, durante un acto en apoyo a Clinton en Cleveland (Ohio).
"Todo el avance que logramos en los últimos ocho años está en juego", dijo y agregó: "la democracia misma está en juego en las urnas".
En contraste, Clinton ha mantenido una campaña más discreta, segura de la ventaja que le dan los sondeos.
Desde el jueves ha participado en reuniones para recaudar fondos en la costa oeste y fue entrevistada en el programa de Ellen DeGeneres del canal NBC en Los Ángeles.
"No quiero que las personas crean que esta elección se ha terminado, porque todo ha sido tan imprevisible hasta ahora. Pero no tomo nada por sentado. Debemos trabajar muy duro en las tres próximas semanas y media", dijo Clinton durante la entrevista.
Sin embargo, su agenda dice lo contrario. Su próxima aparición pública bien podría ser durante el tercer y último debate presidencial contra Trump, el próximo miércoles en Las Vegas, Nevada.
El Partido Republicano se ha mostrado profundamente dividido sobre qué postura adoptar ante su candidato.
Varios legisladores que se preocupan por su reelección en el Congreso el 8 de noviembre tomaron distancia del magnate, pero otros dijeron que votarán por él a pesar de todo para evitar una victoria de Clinton o que la Corte Suprema se incline hacia la izquierda, dado que el sucesor de Obama debe nombrar uno o varios jueces del máximo tribunal.
El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, fue duramente criticado por el ala más derechista del partido, que pidió su dimisión tras el escándalo causado por el video de marras sobre Trump.
Ryan intenta salvar su mayoría en el Congreso al advertir a los electores del riesgo de una deriva "progresista" planteada por el Partido Demócrata. Su mensaje es voten por los republicanos en las legislativas que serán celebradas al mismo tiempo de las presidenciales.
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"Es importante dar un paso atrás considerando las verdaderas cosas en juego en esta elección", debe declarar en un discurso el viernes.
"Detrás de la ignominia (de la campaña) hay un debate larga data entre dos filosofías de Gobierno: una respeta los principios fundacionales de nuestro país, como la libertad y la igualdad, y el otro busca reemplazarlos", agrega.
En contraste, las filas demócratas se mostraban más unidas que nunca este viernes, con una victoria en las urnas a la vista.
El presidente Obama y su esposa Michelle, el vicepresidente Joe Biden, Bill Clinton y su hija Chelsea hicieron campaña por la exsecretaria de Estado, con un mensaje armónico.
Para Obama "es tiempo para que cada uno de nosotros se levante y diga 'basta'", dijo el jueves.