Tegucigalpa
Científicos estadounidenses y hondureños comenzaron a extraer más de 60 curiosas piezas de barro de las selvas al este de Honduras y creen son vestigios de una antigua civilización indígena que construyó la denominada Ciudad del Dios Mono o Ciudad Blanca, informaron las autoridades el viernes.
Las excavaciones las realizan desde el miércoles 12 investigadores del Instituto Hondureño de Antropología e Historia, la revista National Geographic y la Universidad estatal de Colorado de Estados Unidos, tras detectar las ruinas mediante la aplicación de escaneo aéreo sobre la región en 2012.
La Ciudad Blanca, a unos 400 kilómetros al este de Tegucigalpa, era una leyenda de la época precolombina. Los indígenas la bautizaron así por la cantidad de piedra caliza que hay en la zona.
Los científicos la situaron en la Mosquitia, una región de densos y frondosos bosques cercanos a la frontera con Nicaragua.
"La civilización descubierta no es maya ni azteca o inca", dijo el director del Instituto de Antropología, Virgilio Paredes. "Se trata de una cultura nueva o una cultura diferente".
Indicó que entre los objetos descubiertos figuran jarrones y tazones de piedra con figuras de jaguares, así como cerámicas con decoraciones de lagartijas y guacamayos. También hay una vasija ritual adornada con la cabeza de un buitre, una tinaja con cabezas de jaguar y de forma humana.
"Son piezas elaboradas entre los años 1.000 y 1.500 d.C", añadió.
El objeto principal es una silla ceremonial de piedra con la figura de un jaguar, con la forma de piedra para moler maíz, pero los arqueólogos creen que era usada por sacerdotes o gente de clase alta.
Ante la importancia del hallazgo, el presidente Juan Orlando Hernández acompañó hace dos días a los arqueólogos en la primera excavación.
"Dios nos ha bendecido al vivir este momento tan especial de la historia de Honduras", aseguró el mandatario en un comunicado. "Este descubrimiento genera una gran expectativa de lo que significa para Honduras y el mundo".
El representante de National Geographic, el arqueólogo Chris Fisher, agradeció al gobierno por la oportunidad de realizar las investigaciones que "han atraído la atención mundial hacia Honduras y la Mosquitia... y tenemos una responsabilidad global de proteger esta gema".
El ministro de Ciencias, Ramón Espinoza, dijo: "vendrán más investigaciones para buscar mayores datos porque no hay otro lugar de América Central con una civilización perdida".
Los indios Pech y Payas que habitan la Mosquitia, la llaman en su dialecto indígena como Kaha Kamasa o la sagrada y perdida Ciudad Blanca. El lugar, dedicado al Dios Mono, comprende fortificaciones de piedra donde no llega la luz del sol, bajo una jungla espesa formada por árboles de 62 metros de altura, equivalentes a un edificio de 20 metros.
Los Pech identifican a la Ciudad Blanca como un enclave sagrado del reino de Tlapalan, que quiere decir "el lugar antiguo donde la aurora se origina".
Las primeras referencias no indígenas de los vestigios las dio en 1544 el obispo español Cristóbal de Pedraza.
En 1939 el arqueólogo estadounidense Teodore Morde aseguró haber estado en la Ciudad Blanca y luego se fue a su país sin dar su ubicación por temor a que fuese invadido por ladrones de tesoros. Morde murió en 1954 sin regresar a Honduras.
Según Morde, en la Ciudad Blanca hay un enorme monumento a un mono.
La zona es custodiada por soldados hondureños para evitar el saqueo de las ruinas y la presencia de narcotraficantes.
De acuerdo con los científicos, la Ciudad Blanca podría ser cuatro veces más grande que Copán Ruinas, a unos 500 kilómetros al oeste de Tegucigalpa, donde el imperio indígena maya alcanzó su punto de mayor desarrollo en los años 250 y 900 después de Cristo y luego desapareció misteriosamente tras extenderse en los que ahora son territorios de México, Belice, Guatemala, El Salvador y Honduras.
Sus ruinas fueron descubiertas por el español Diego García de Palacio en 1576 y halladas de nuevo por el arqueólogo estadounidense John Lloyd Stephen en 1839, quien en esa época era cónsul de Estados Unidos en Centroamérica.
Copán fue el centro de la ciencia y la cultura de los mayas, cuya civilización logró grandes adelantos en materia de astronomía y matemáticas, y construyó alrededor de 116 enormes ciudades y desarrolló el más complejo sistema de escritura del Nuevo Mundo.