Hong Kong. Los hongkoneses acudieron el domingo a votar en números récord en las elecciones locales de la excolonia británica, donde el movimiento prodemocracia quiere aumentar la presión sobre el gobierno proPekín de este territorio semiautónomo, sacudido por protestas sin precedentes desde junio.
La participación superó el 70%, anunció la Comisión Electoral, una tasa muy superior a la de 47% de las anteriores elecciones, en 2015, lo que podría favorecer al bando prodemocracia.
En toda la ciudad, se formaron largas filas delante de los colegios electorales.
Normalmente, estos comicios para elegir a 452 concejales en 18 distritos, que tratan cuestiones como la recolecta de basuras o el urbanismo, no despiertan mucho entusiasmo.
Pero este territorio vive desde hace seis meses una situación excepcional y atraviesa su peor crisis política desde su retrocesión a China en 1997, con manifestaciones casi a diario y acciones cada vez más violentas para exigir reformas democráticas.
Estos concejales siempre han estado dominados por un bloque de políticos totalmente afines a Pekín.
Y tras medio año de protestas en la calle, los manifestantes prodemocracia quieren aprovechar esta inusual ocasión de expresarse en las urnas para reducir el dominio proPekín y dar un nuevo impulso a la movilización.
“Cambio en la sociedad”
"Espero que estas elecciones nos permitirán hacernos oír más dentro de los consejos", declaró a la AFP Michael Ng, un estudiante de 19 años que votaba por primera vez en su vida.
“Aunque mi voto no sea gran cosa, espero que permitirá el cambio en la sociedad y contribuirá a apoyar las manifestaciones”.
En total, se registraron para votar 4,13 millones de hongkoneses —de una población de 7,3 millones de habitantes—, es decir 400.000 más que hace cuatro años.
Estas elecciones son lo más parecido a una elección directa que existe en Hong Kong.
Algunos politólogos estiman que una participación elevada puede favorecer a la causa del bando prodemocracia, que ha hecho de estos comicios una especie de plebiscito contra la jefa del ejecutivo, Carrie Lam, y su gobierno afín a Pekín, que rechazan cualquier concesión a los manifestantes.
“Estamos votando para dar nuestra opinión sobre lo que pasó (...) También estamos votando para elegir sobre lo que está por venir”, dijo Jimmy Sham, candidato prodemocracia y una figura destacada del movimiento de protestas.
Asedio
Estas últimas semanas, el gobierno ha repetido sin cesar que estas elecciones serían aplazadas si persistía la violencia en la calle. Y las manifestaciones se han reducido en estos días, una estrategia con vistas a que se lleven a cabo los comicios.
Se trata sin embargo de una tregua relativa ya que continúa el asedio a la Universidad Politécnica (PolyU), donde están atrincherados manifestantes radicales, y que el fin de semana pasado fue escenario de los enfrentamientos más violentos con las fuerzas de seguridad desde el inicio de las protestas en junio.
El domingo por la mañana, policías estaban desplegados cerca de algunos colegios electorales, pero no en gran número.
"Me alegra poder decir que tenemos un entorno relativamente tranquilo y pacífico para llevar a cabo correctamente estas elecciones", declaró Lam tras haber votado en su circunscripción de la isla de Hong Kong.
El movimiento de protesta empezó en junio tras el rechazo de un proyecto de ley para autorizar la extradición hacia China continental.
El texto fue luego abandonado pero los manifestantes piden ahora el sufragio universal para elegir a las autoridades de Hong Kong y una investigación independiente sobre la violencia policial.