San Salvador. La Iglesia católica pidió este domingo al gobierno de El Salvador que evite encarcelar a inocentes en el marco de la “guerra” contra las pandillas lanzada por el presidente Nayib Bukele, que acumula casi 72.000 detenidos en 16 meses.
“Si queremos revertir la historia desde los pobres, es necesario en primer lugar seguir trabajando en el mejoramiento de los procedimientos legales para evitar el encarcelamiento de inocentes, y para la pronta liberación de los inocentes encarcelados”, dijo el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar, en una homilía en la Catedral de San Salvador.
Escobar abogó por “la administración de la pronta y cumplida justicia”, mientras organismos de derechos humanos critican los métodos de Bukele para acabar con las pandillas, que ejercían control territorial en buena parte del país y se financiaban con cobro de extorsiones, sicariato y venta de drogas.
Bukele lanzó en marzo de 2022 su guerra contra las pandillas, al amparo de un régimen de excepción aprobado por el Congreso dominado por el oficialismo, en respuesta a una escalada de 87 homicidios en un fin de semana.
Desde entonces han sido detenidos casi 72.000 presuntos pandilleros. Las autoridades han anunciado la liberación de unos 5.000.
El arzobispo dijo que aunque los detenidos que sean declarados “culpables” deben cumplir una sentencia, “no se les puede abandonar como si fueran sujetos de venganza y no de justicia”.
Además, abogó por que los presos reciban “atención” espiritual y psicológica, además de “procurarles formas de invertir su tiempo no solo con el trabajo (...), sino con buenas lecturas, jornadas de estudio para que el pago de su condena sea un paso que permita su conversión y no sea un momento que lo sumerja en la desesperación”.
Es necesario “seguir trabajando en prevención del origen de la violencia” en el país, añadió Escobar en su homilía de una misa por el santo patrono del país, el Divino Salvador del Mundo.
Bukele impuso el martes un cerco militar y policial con 8.000 efectivos en el departamento central de Cabañas, el primero en una región completa, que ha dejado por ahora un muerto y una quincena de detenidos, según las autoridades.
Escobar anunció además que la Conferencia Episcopal de El Salvador inició las gestiones para la canonización de “un grupo grande de nuestros mártires” muertos en el marco la guerra civil (1980-1992).
Uno de ellos es el sacerdote hispano-salvadoreño Ignacio Ellacuría, asesinado por militares junto a otros cinco sacerdotes y dos mujeres en el campus de la jeuista Universidad Centroamericana (UCA), de la que era su rector.