Santiago de Chile. (EFE).- El Gobierno chileno presentó este viernes una esperada reforma tributaria con la que busca una recaudación mayor pero también más equitativa, en uno de los país de la OCDE con mayor desigualdad y en el que más del 50 % de los hogares son económicamente vulnerables.
La desintegración del sistema impositivo en las grandes empresas y la imposición de un nuevo tributo al patrimonio financiero e inmobiliario son las medidas estrella de la reforma, que también ofrece nuevas herramientas para tratar de frenar la evasión fiscal y establece una regalía para la gran minería del cobre.
El objetivo final del Gobierno es recaudar cerca de 12.000 millones de dólares más, y llegar con ello al 4,1% del PIB, para financiar una ambiciosa agenda de derechos sociales.
Estos son algunos de los puntos claves:
Impuesto a la renta y a la riqueza
El cambio al impuesto sobre la renta es uno de los principales ejes de la reforma, que modifica los tramos medios y altos del gravamen a la renta personal, aplicando aumentos progresivos con tasas ascendentes a medida que sube el ingreso. La principal reforma afecta al 3 % de la población de mayores ingresos, que deberá pagar de forma equitativa y según los tramos establecidos.
Las subidas comienzan a partir de los 4.500 euros mensuales de renta, lo que según los economistas locales, exime de cambios a cerca del 75 % de los chilenos.
También se creará un nuevo impuesto a la riqueza: un gravamen de 1 % para los valores oscilan entre 5 y los 15 millones de dólares de patrimonio y un 2 % por encima de este umbral.
En cuanto a las grandes empresas, se pasará del sistema semi integrado a uno dual, separando la imposición personal de la corporativa. Las micro, pequeñas y medianas empresas mantendrán el actual esquema integrado, que permite a los socios descontarse del impuesto personal lo pagado a nivel de empresa.Además, se establecerá un impuesto a las rentas del capital de un 22 % aplicado dividendos pagados por las empresas a personas naturales.
El combate a la evasión
El proyecto contempla un aumento del control desde el Servicio de Impuestos Internos (SII) para reducir la evasión, proponiendo un registro de beneficiarios finales, la aplicación de la norma tributaria por vía administrativa y no judicial, y la inclusión de la figura del denunciante anónimo en materias tributarias.Con estas medidas se pretende achicar la brecha en materia tributaria que Chile mantiene con respecto al resto de países de la OCDE.En 2020, el país latinoamericano recaudó a través de su sistema impositivo un 19,3 % del PIB, muy por debajo del promedio del conglomerado (33,5%) y por debajo de la media en Latinoamérica (21,9 %).De acuerdo a lo señalado por las autoridades, la recaudación efectiva sería gradual hasta alcanzar un 4,1 % del PIB en 2026, y los inversores extranjeros no se verían afectados por la reforma.
Regalía a la gran minería
Otro de las grandes novedades es aumentar la tributación de la gran minería del cobre a aquellos explotadores con más de 50.000 toneladas de producción anual. La reforma propone hacer la transición de la actual regalía, del 3 % de las ventas totales, a una híbrida: con un componente sobre las ventas de entre un 1 % y un 4 %, y otra tasa de entre 2 % y 32 % sobre la rentabilidad operacional en función del precio del metal.Tras un rebote histórico del PIB del 11,7 % en 2021, la mayor expansión en cuatro décadas, la economía chilena está dando señales de enfriamiento y registra una inflación inédita desde la década de 1990.El Gobierno de Chile rebajó a principios de mayo su previsión de crecimiento para 2022 hasta el 1,5 % y subió al 8,9 % su estimación de inflación acumulada a doce meses para finales de año.