Barcelona. El independentista preso, Jordi Sánchez, renunció a ser investido como presidente de Cataluña, informó este miércoles el presidente del Parlamento regional, Roger Torrent, quien anunció una ronda de consultas para elegir a un nuevo candidato.
"El diputado Jordi Sánchez, ante la reiterada vulneración de los derechos fundamentales (...) me ha hecho llegar un escrito de renuncia a su candidatura", dijo Torrent en una alocución en la cámara de esta región dominada por los independentistas.
"Mañana mismo abriré una nueva ronda de consultas para proponer un nuevo candidato o candidata", añadió el presidente parlamentario.
Desde finales de octubre, tras una fallida declaración de independencia, la región está bajo administración del gobierno central y políticamente bloqueada por la incapacidad de los partidos independentistas para investir un presidente.
Primero lo intentaron con el expresidente Carles Puigdemont, cesado del cargo en octubre por el gobierno español de Mariano Rajoy, pero la Justicia prohibió investirlo si antes no volvía de Bélgica a España para entregarse ante el juez que lo investiga por sedición y rebelión.
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Finalmente, Puigdemont renunció y cedió el relevo a Sánchez que no consiguió el permiso judicial para salir de la cárcel donde está retenido desde mediados de octubre por presunta sedición como expresidente de la influyente asociación independentista ANC.
"Nos hace falta un gobierno y un parlamento que trabajen a pleno rendimiento (...) Es hora de recuperar las instituciones", afirmó Torrent.
Según la prensa española, el favorito ahora para ser investido es Jordi Turull, exportavoz del gobierno regional cesado y número tres de la candidatura Juntos por Cataluña por detrás de Puigdemont y Sánchez, la formación independentista más votada.
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A priori su investidura no presenta complicaciones judiciales aunque su mandato podría verse acortado abruptamente si el juez del Tribunal Supremo que investiga el núcleo duro del independentismo lo enjuicia por rebelión y sedición y pide su inhabilitación para ejercer cargos públicos.
Sin embargo, todavía no dispone de los apoyos suficientes ya que el partido independentista más radical, la CUP, no acepta el acuerdo de gobierno de las otras dos grandes formaciones, Junts per Catalunya y Esquerra Republicana de Catalunya, por considerarlo demasiado blando en su pulso por la secesión.
En él, estas fuerzas se comprometen a seguir desarrollando la república proclamada fallidamente en octubre y a celebrar un referéndum sobre las bases de la constitución de una hipotética Cataluña independiente.