Washington. China preferiría que Donald Trump, considerado un personaje “imprevisible” por Pekín, pierda la reelección en las presidenciales estadounidenses de noviembre y ha “incrementado sus esfuerzos de injerencia” con miras a la votación, estimaron este viernes los servicios de inteligencia de Estados Unidos.
Irán también trata de “debilitar” al actual mandatario, mientras que -por su lado- Rusia está interfiriendo para dañar la campaña del oponente demócrata de Trump, Joe Biden, según dijo en un comunicado William Evanina, director del Centro nacional de contrainteligencia y seguridad (NCSC).
“Evaluamos que China prefiere que el presidente Trump, a quien Pekín considera imprevisible, no gane la reelección”, dijo William Evanina, director del Centro Nacional de Contrainteligencia y Seguridad.
“China ha estado expandiendo sus esfuerzos de influencia antes de noviembre del 2020 para delinear el ambiente político en Estados Unidos, presionando a figuras políticas que considera opuestas a los intereses de China, y desviando y contrarrestando las críticas hacia China”, agregó Evanina en una declaración.
“Pekín reconoce que todos estos esfuerzos pueden afectar la campaña presidencial”, afirmó Evanina.
El funcionario aseveró que Irán está difundiendo desinformación en las redes sociales para dividir al país y afectar a Trump, mientras que Rusia está interfiriendo para dañar la campaña de su oponente demócrata, Joe Biden.
“Rusia está utilizando una serie de medidas para denigrar principalmente al exvicepresidente Biden y lo que considera un establishment antirruso”, manifestó Evanina.
“Esto es consistente con las críticas públicas que Moscú le hizo cuando era vicepresidente por su papel en las políticas hacia Ucrania durante el gobierno de Obama y su apoyo a la oposición anti-Putin dentro de Rusia”, dijo.
Evanina, el alto funcionario de inteligencia que monitorea las amenazas a la elección, no dio detalles sobre la interferencia externa.
La inteligencia estadounidense consideró que una intensa campaña de piratería y en redes sociales dirigida por Rusia en el 2016 ayudó a Trump a ganarle a la demócrata Hillary Clinton.
“Los esfuerzos extranjeros para influir o interferir en nuestras elecciones son una amenaza directa al tejido de nuestra democracia”, sostuvo.