Este lunes, se dio a conocer la investigación periodística “Mercenarios Digitales”, coordinada por diferentes medios de América Latina. El objetivo principal de este estudio es mostrar cómo funcionan las poderosas consultoras en marketing político, quiénes las dirigen, quiénes son sus clientes y cuáles son las técnicas utilizadas para influir en las democracias de la región.
En la actualidad, las disputas políticas encontraron un nuevo escenario en las redes sociales, donde Facebook, Instagram y Twitter (ahora llamada X) se convirtieron en foros públicos donde los videos, fotos y audios alcanzan miles de reproducciones en cuestión de segundos.
Sin embargo, aún más rápido es el esparcimiento de difamaciones, manipulación de datos y declaraciones falsas, que, después de ser editadas digitalmente, terminan por distorsionar la opinión de los ciudadanos.
El Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP) asumió la tarea de analizar el funcionamiento de las consultorías en comunicación política en América Latina, cuyos resultados fueron publicados este lunes.
Este ambicioso proyecto, llevado a cabo por 22 medios, investigó las operaciones de desinformación y propaganda en 15 países, y descubrió poderosos “manipuladores de la política” capaces de influir en las elecciones. Estos actores venden influencia, dirigen poderosas empresas transnacionales, cobran tarifas elevadas y algunos operan de manera discreta, sin dejar rastros.
Bolsonaro, el político de las mentiras verdaderas
Uno de los casos más destacados fue el ocurrido en Brasil, donde tras las elecciones de 2022, seguidores del exmandatario Jair Bolsonaro protestaron violentamente acusando un supuesto fraude electoral.
Un consultor en marketing político, Fernando Cerimedo, sembró dudas sobre la transparencia de los comicios al difundir un video de larga duración que presentaba una supuesta irregularidad en las urnas. Sin embargo, las autoridades brasileñas investigaron estas denuncias y las descartaron por carecer de fundamentos.
La soberanía venezolana en manos de privados
El caso del consultor argentino Cerimedo es solo uno de los muchos ejemplos revelados por esta investigación, que también arrojó luz sobre prácticas similares en Venezuela. En ese país, el gobierno de Nicolás Maduro creó una aplicación llamada “VenApp” que colecta información de la población y la cruza con datos electorales.
Aunque el mandatario asegura que esta app es de servicio público, destinada a atender directamente al pueblo en la transición al Socialismo, se descubrió que en realidad pertenece a Venqis, una compañía dirigida por el empresario brasileño Andre Golabek Sánchez.
Esta investigación revela cómo estos “mercenarios digitales” recopilan información a través de plataformas gubernamentales, crean cuentas falsas en redes sociales para generar ataques, crean sitios web falsos y difunden noticias falsas.
Además de Brasil y Venezuela, se identificaron anomalías similares en Chile, Ecuador, Honduras, Panamá, Colombia, México y otros países de la región.
En resumen, esta investigación demuestra que la guerra política ya no se libra en la plaza pública, sino en el mundo digital, bajo la mirada invisible de los ciudadanos. La desinformación y la propaganda se volvieron armas poderosas en el ámbito político, y los actores involucrados operan con astucia y sofisticación para influir en las democracias latinoamericanas.