Ciudad de México.El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo este viernes que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, está dispuesto a colaborar para entregar a un exfuncionario mexicano buscado por la desaparición de 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa.
“Acabo de recibir una carta del primer ministro de Israel acerca de su interés por ayudarnos” en el caso del exjefe policial Tomás Zerón, dijo el presidente izquierdista en su conferencia de prensa matutina.
El exdirector de la Agencia de Investigación Criminal de la Fiscalía General era buscado por la justicia mexicana, pero en 2020 fue ubicado en Israel, país con el que México no tiene tratado de extradición.
“Este señor participó en torturas. Estamos solicitando que lo extraditen y estamos trabajando en eso (...) hay comunicación, no puedo decir más”, añadió López Obrador.
El mandatario mexicano ya envió dos cartas al primer ministro israelí para pedir la entrega del exfuncionario.
Zerón, uno de los principales encargados de investigar el denominado caso Ayotzinapa, es acusado de manipular la indagatoria y del secuestro y tortura de testigos.
Es uno de los artífices de la llamada “versión histórica” del caso presentada por el anterior gobierno y según la cual los restos de los jóvenes, tras ser asesinados por narcotraficantes, fueron incinerados y arrojados a un río.
Esta hipótesis es rechazada por familiares de las víctimas, expertos independientes y el propio López Obrador.
El mandatario aseguró que su gobierno está comprometido con el esclarecimiento de este caso y rechazó señalamientos del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), que concluyó su labor el pasado miércoles con el argumento de que se les ha ocultado información militar sobre el caso.
“Las Fuerzas Armadas están ayudando, cooperando para que se haga justicia”, sostuvo.
Organizaciones defensoras de derechos humanos y la ONU han respaldado al GIEI y criticado al gobierno por no permitir un pleno acceso a documentos militares.
“No tienen razón, es una campaña para socavar, para debilitar a las Fuerzas Armadas”, reclamó el presidente.
Los estudiantes desaparecieron entre la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre de 2014 luego de que se dirigieran al municipio de Iguala, en el estado de Guerrero (sur), para hacerse con autobuses con los que pretendían viajar a Ciudad de México para participar en una manifestación.