Jerusalén. La coalición de gobierno en Israel se enfrenta a un nuevo rompecabezas, después de haber adoptado los primeros presupuestos en tres años: la promesa de Joe Biden de abrir un consulado para los palestinos en Jerusalén.
A principios de septiembre, con el gobierno recién formado, una coalición heterodoxa de partidos que echó del poder a Benjamin Netanyahu, el responsable de la diplomacia israelí, Yair Lapid, se mostró en contra de la reapertura del consulado para palestinos en Jerusalén, ya que la ciudad “es la capital de Israel, y solo de Israel” y porque esta medida podía “desestabilizar” la coalición.
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“Un consulado estadounidense para los palestinos no tiene su sitio en Jerusalén. Lo decimos muy clara y tranquilamente, y sin hacer drama”, declaró el sábado el primer ministro Naftali Bennett durante una conferencia de prensa. El año pasado, el presidente estadounidense Joe Biden se había comprometido a reabrir el consulado para los palestinos de Jerusalén, que cerró su predecesor, Donald Trump.
Trump había reconocido Jerusalén como la capital de Israel, para pesar de los palestinos, que esperan convertir el sector este de la ciudad, ocupado por los israelíes desde 1967, en la capital de un futuro estado. “Si los estadounidenses quieren abrir un consulado en Ramala (Cisjordania ocupada), no hay problema”, aseguró Lapid, durante la rueda de prensa con Bennett.
Algo que rechaza la autoridad palestina, por boca de su presidente, Mahmud Abas, que reaccionó el domingo a esta declaración: “Los dirigentes palestinos solo aceptarán la reapertura del consulado en Jerusalén este, la capital del Estado Palestino”.
¿El caballo ganador?
El antiguo consulado estadounidense se encontraba en Jerusalén oeste, pero tenía una oficina en el este, donde los palestinos podían entregar sus peticiones de visado. “Esta reapertura sería muy importante porque reconoce Jerusalén este como capital de un futuro Estado Palestino. Es el primer gesto que esperamos de Estados Unidos para relanzar las relaciones”, declaró un alto responsable palestino a la AFP.
“Es lo único que Estados Unidos prometió para dar marcha atrás a la política de Trump (...). Pero no creo que tengan prisa en hacerlo”, aseguró Daniel Levy, presidente del centro de análisis del Oriente Medio, US Middle East Project. “Ahora que Israel retomó la cooperación de alto nivel con los palestinos ¿el consulado es realmente el campo en el que los estadounidenses quieren dar la batalla?”, se preguntó Levy.
Israel, que tiene en Washington a su mayor aliado, “toma un riesgo calculado y no sobreactua al mostrar publicamente su oposición a la reapertura del consulado”, afirmó Yoav Fromer, director del centro de estudios sobre Estados Unidos en la Universidad de Tel Aviv.
“La administración estadounidense ya tiene muchos problemas. No es un caballo ganador, en este momento Estados Unidos puede encontrar otros medios para relanzar su relación con los palestinos, en primer lugar, con ayuda económica”, añadió.
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