Roma. En Italia, los políticos de izquierda, derecha y centro se están uniendo para apoyar el intento del economista y expresidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, de formar un gobierno de unidad nacional, un reto histórico lleno de dificultades.
El llamado salvador del euro hace una década, de 73 años y formado en el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) de Boston, no solo es un tecnócrata, sino también uno que sabe lidiar con los políticos.
“Es el clásico funcionario que se adapta a las diferentes circunstancias políticas, lo que no significa que no tenga sus propios principios y valores”, explicó Alessandro Speciale, periodista y biógrafo de Draghi.
Encargado por el presidente Sergio Mattarella de formar un gobierno con un amplio consenso para enfrentar la peor crisis económica y sanitaria de Italia desde la Segunda Guerra Mundial, Draghi se encara al mayor desafío de su carrera.
Su designación generó como primer efecto la caída del costo de la deuda, que este martes registró una tasa por debajo del 0,50%, la más baja de su historia reciente.
Sin embargo, deberá afrontar las secuelas de la muerte en menos de un año de 91.500 personas por la pandemia de coronavirus, la pérdida de 450.000 puestos de trabajo durante el 2020 y el riesgo de una mayor explosión del desempleo cuando se levante en marzo el bloqueo de los despidos.
La pandemia y sus consecuencias sobre la economía y la sociedad, está obligando a los partidos a aliarse para formar una coalición en el Parlamento que se extiende desde la izquierda hasta la Liga ( ultraderechista y xenófoba) de Matteo Salvini.
“¿Se justifica llamar a la unidad para salvar a Italia? Ante tantas emergencias seguramente sí. Pero la dificultad es establecer un modelo social unitario. De esta crisis hay que salir con nuevas ideas y proyectos. Debe nacer un modelo de nueva Europa política y un nuevo welfare (asistencia social)”, consideró el politólogo Aldo Garzia.
Buena percepción
En un sondeo publicado por el diario La Repubblica, Draghi superó al primer ministro saliente Giuseppe Conte como político más popular de Italia, con el 71%.
Para Wolfango Piccoli, de la consultora Teneo, Draghi tiene suficiente capital político para imponer su autoridad, al menos por ahora.
Después de la primera ronda de consultas para escuchar a los líderes de todos los partidos, Draghi inició el lunes la segunda ronda para ilustrar su programa de gobierno.
Según fuentes parlamentarias, resumió su gobierno como “europeísta y defensor del ambiente”, que dará prioridad al colosal programa para la reconstrucción del país con fondos de la Unión Europea (UE), a la campaña de vacunación y a las reformas del fisco, la administración pública y educativa.
Una controvertida personalidad de la política italiana reapareció este martes en Roma para la ocasión.
El ex primer ministro y magnate de las comunicaciones Silvio Berlusconi, 84 años, volvió a pisar el Parlamento tras su expulsión en el 2013 para anunciar su apoyo.
“Sí a Draghi, no es el momento de cálculos electorales. Estamos por un gobierno de unidad nacional”, declaró el anciano líder del partido de centro Forza Italia.
El apoyo de la Liga de Salvini resulta en cambio uno de los problemas más complicados.
Nada extraño
En el pasado se unieron democristianos con comunistas, como en 1945, para construir la democracia tras los años negros del fascismo y la guerra.
Entre 1976-1979, los ejecutivos se lograron construir gracias a la abstención de los comunistas ante el el terrorismo de derecha e izquierda que azotaba entonces a la península.
En esta ocasión la guerra contra la pandemia resulta el elemento de unión, aunque para muchos observadores la presencia de Salvini es difícil de aceptar.
“No creo que la ultraderechista Liga sea un problema”, consideró el consultor Piccoli, para quien el apoyo de Salvini debería permitirle tener relaciones más fluidas con regiones controladas por la Liga, como Lombardía o Véneto (norte), que a menudo han desafiado las decisiones del gobierno en la lucha contra la covid-19.
En marzo del 2020, Draghi fijó su posición ante la pandemia. “Frente a circunstancias imprevisibles, es necesario un cambio de mentalidad, como en tiempos de guerra”, escribió en las columnas del Financial Times.
Alumno del economista y gran defensor del welfare state, Federico Caffé, Draghi “está a favor de una regulación estricta (de los mercados) y de un estado de bienestar que proteja a los que quedan rezagados”, recordó Marcello Messori, economista de la Universidad Luiss de Roma.