De la mano del senador y exguerrillero Gustavo Petro, la izquierda en Colombia se proyecta como la principal fuerza en el Senado y pelea por el segundo puesto en la Cámara Baja, en su mejor resultado histórico, según el cómputo parcial de los votos reportado por las autoridades del país suramericano.
Con un poco más del 96% del escrutinio, el Pacto Histórico, coalición de las izquierdas, alcanza 16 de los 102 escaños en la Cámara Alta, empatada con el tradicional Partido Conservador y por delante del otro tradicional: Partido Liberal, con 15 asientos, señaló la autoridad electoral.
Mientras tanto, la Coalición Alianza Verde y Centro Esperanza aumenta sus asientos, pasando de nueve a 14, y el Centro Democrático, del presidente Iván Duque, perdió fuerza en el Senado, al pasar de 19 curules, a solamente 14.
El Partido Cambio Radical también perdería fuerza, con solo 11 senadurías, el Partido de la U quedaría con 10 y la Coalición Mira Colombia Justa Libres, solamente cuatro. Del Senado desaparecen el Polo Democrático y la Lista de la Decencia, que no lograrían representaciones.
En la cámara de diputados, la alianza que impulsa Petro está obteniendo 25 de las 165 curules, detrás de los liberales (32) y también empatada con los conservadores, de acuerdo con la Registraduría Nacional.
La histórica votación también representa un incremento significativo frente a la docena de parlamentarios que representaban a la izquierda en el Congreso saliente.
Por su composición, es inusual que un partido alcance la mayoría en cualquiera de las cámaras, por lo que las alianzas son clave para impulsar sus proyectos.
La izquierda liderada por Petro tendrá que buscar acercamientos con la centrista Coalición Alianza Verde (14 senadores y 11 representantes), los liberales (15 senadores y 32 representantes) o el partido Comunes (5 senadores y 5 representantes), integrado por exguerrilleros de las FARC que firmaron la paz en 2016.
El Centro Democrático, la fuerza en el poder, y su aliado en el congreso saliente Cambio Radical (centro derecha) fueron los grandes damnificados de la jornada: el primero pasó de 51 parlamentarios a 30 y el segundo de 46 a 27.
La jornada electoral empezó a las 8 a. m., hora local, y se extendió por ocho horas. Las autoridades colombianas informaron que 38 millones de personas estaban habilitadas para escoger 267 curules, además de los candidatos presidenciales para la elección presidencial del 29 de mayo.
El nivel de abstención histórico de los colombianos ronda el 50%.
Sobre la mesa, hay varias preocupaciones: el empobrecimiento y desempleo desencadenados por la pandemia, el repunte de la violencia que siguió al acuerdo de paz con las extintas FARC —también víctima de ataques tras su desarme— y la inseguridad en las ciudades. Además, resuena el eco de las masivas protestas de los últimos años contra el gobierno, que fueron duramente reprimidas.
Las votaciones transcurrieron bajo un despliegue militar y policial de 240.000 efectivos. Los únicos hechos de violencia reportados fueron dos ataques que dejaron igual número de militares muertos en el sur del país. Sin embargo, la independiente Misión de Observación Electoral (MOE) aseguró haber recibido cientos de denuncias sobre presuntas irregularidades como la compra de votos.
Los comicios legislativos midieron el ánimo de los electores de cara al 29 de mayo, cuando votarán por el sucesor del impopular Iván Duque, de derecha, quien completará en agosto su mandato de cuatro años sin derecho a reelección. Dominado por fuerzas de derecha y partidos tradicionales, el Congreso es hoy la institución más desprestigiada del país, según la encuestadora Invamer, a raíz de los casos de corrupción.