Sao Paulo. El expresidente brasileño Jair Bolsonaro encabezará este domingo 25 de febrero una manifestación para rechazar las sospechas golpistas en su contra y, de paso, poner a prueba su fuerza como líder de la oposición frente al izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva.
El ultraderechista convocó a sus seguidores a partir de las 15:00 (18:00 GMT) en la emblemática Avenida Paulista de Sao Paulo. Sus partidarios esperan reunir al menos 500 mil personas.
Será “una manifestación pacífica en defensa del Estado de derecho democrático”, asegura Bolsonaro a través de las redes sociales para movilizar a sus seguidores.
El exmandatario afirmó que pretende defenderse de “todas las acusaciones” en su contra, incluidas las sospechas de participar en un plan de golpe de Estado para mantenerse en el poder, luego de su derrota electoral frente a Lula en octubre del 2022.
La policía lanzó el 8 de febrero la operación Tempus Veritatis (la hora de la verdad, en latín), contra Bolsonaro y varios de sus estrechos aliados, incluidos algunos de sus exministros. Hubo allanamientos, detenciones y al exmandatario se le prohibió salir de Brasil.
Según la investigación, los sospechosos planearon desacreditar el sistema de votación electrónica antes de las elecciones, y después prepararon un golpe de Estado, que no se llevó a cabo, contra el nuevo gobierno de Lula.
Bolsonaro asegura ser víctima de una “persecución” y el 22 de febrero guardó silencio al ser interrogado por la policía.
Aliados en la marcha
En las encuestas, Bolsonaro se mantiene como líder de la oposición, aunque no puede presentarse a ninguna elección, al estar inhabilitado hasta 2030 precisamente por criticar sin pruebas las urnas electrónicas.
Se prevé que el gobernador del Estado de Sao Paulo y exministro de Bolsonaro, Tarcisio de Freitas, así como el alcalde de la megalópolis, Ricardo Nunes, participen en la marcha.
Uno de los abogados de Bolsonaro, Fabio Wajngarten, indicó el 22 de febrero que esperaba entre “500 mil y 700 mil” manifestantes, así como más de un centenar de diputados.
“El día 25, yo voy. Por Brasil. ¡Será gigante!”, escribió en la red social X la diputada federal bolsonarista Bia Kicis.
“Si hay una gran adhesión, Bolsonaro podrá decir que el pueblo está con él”, afirmó André Rosa, politólogo de la Universidad de Brasilia. De lo contrario, perderá “legitimidad”, agregó.
La manifestación también fue promovida por el pastor Silas Malafaia, una de las figuras más influyentes entre los millones de evangélicos de Brasil, electorado clave para Bolsonaro y la oposición conservadora.
Colores sí, lemas no
El expresidente pidió a sus seguidores que marchen con el verde y amarillo, los colores de la bandera de Brasil que buscó apropiarse durante su mandato, pero que no lleven pancartas ni banderolas. También solicitó que no haya manifestaciones en otras ciudades del país.
Durante su mandato, los actos bolsonaristas estuvieron plagados de lemas contra las instituciones brasileñas, especialmente el Supremo Tribunal Federal y su juez Alexandre de Moraes.
Además de estar al frente de varias investigaciones contra Bolsonaro y su entorno, este magistrado autorizó la operación policial “Tempus Veritatis”. Desde que dejó el poder, al ultraderechista se le investiga.
En 2023, compareció ante los investigadores por sospechas de instigar la asonada en Brasilia por parte de sus seguidores, días después de la toma de poder de Lula.
También fue convocado por la policía por el presunto ingreso irregular a Brasil de joyas que le fueron obsequiadas por Arabia Saudita y por la falsificación de certificados de vacunación anticovid.
En la Avenida Paulista podrían ondear también banderas israelíes entre seguidores conservadores que llamaron en redes sociales a apoyar al Estado hebreo, luego de las polémicas declaraciones de Lula en las que comparó la campaña militar en Gaza con el Holocausto.