Buenos Aires. “Destruir” la inflación y privatizar: Javier Milei, elegido presidente de Argentina en un contundente triunfo, inició este lunes la definición de sus primeras medidas de gobierno para hacer frente a la crisis económica.
La elevada inflación, que supera el 140% anual, será un largo combate que demandará “entre 18 y 24 meses para destruirla y llevarla a los niveles más bajos internacionales”, expresó en declaraciones radiales.
Su primer paso será emprender una fuerte reforma del Estado que incluirá privatizaciones, indicó.
“Todo lo que pueda estar en manos del sector privado va a estar en manos del sector privado”, afirmó, señalando entre las empresas a privatizar a la petrolera YPF y los medios de comunicación estatales.
“Vamos a arrancar primero con la reforma del Estado, poner en caja las cuentas públicas muy rápidamente”, añadió.
Transición
Milei debe reunirse con el presidente peronista de centro-izquierda Alberto Fernández para iniciar la transición de gobierno, que espera “sea lo más ordenada posible” hasta su investidura el 10 de diciembre.
Los equipos de ambos definirán en breve una fecha para ese encuentro.
“Quedó demostrado que la mayor parte de los argentinos quieren un cambio”, dijo a esta agencia Oscar Sario, un jubilado de 68 años.
Desde 2003, Argentina estuvo gobernada por el peronismo de la actual vicepresidenta y dos veces mandataria Cristina Kirchner, salvo por el periodo del derechista Mauricio Macri (2015-19).
El triunfo de Milei no tuvo un efecto inmediato en los volátiles mercados de Argentina, por ser este lunes día feriado. Sin embargo, las acciones argentinas que cotizan en Wall Street registraron fuertes alzas, especialmente la estatal petrolera YPF.
El presidente electo adelantó que antes de su investidura viajará de manera privada a Estados Unidos y a Israel.
El domingo, este economista de 53 años, que inició su carrera política hace apenas dos años, se alzó con el 55% de los votos frente al 44% del ministro de Economía y candidato por el peronismo Sergio Massa.
“Hoy comienza la reconstrucción de Argentina. El modelo de decadencia ha llegado a su fin. No hay vuelta atrás. Basta del modelo empobrecedor de la casta, hoy abrazamos la libertad para volver a ser una potencia mundial”, lanzó Milei en su primer discurso como presidente electo ante una multitud fervorosa.
Desafíos
Sus principales desafíos serán bajar la inflación, equilibrar las cuentas públicas, eliminar el control de cambio y recortar el gasto público. Propone metas más duras que las del Fondo Monetario Internacional (FMI), organismo con el cual Argentina mantiene un acuerdo por $44.000 millones desde 2018.
Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, felicitó este lunes a Milei. “Esperamos trabajar estrechamente con él y su administración en el próximo período para desarrollar e implementar un plan sólido para salvaguardar la estabilidad macroeconómica y fortalecer el crecimiento inclusivo para todos los argentinos”, escribió en la red social X.
Milei aspira a acabar con los subsidios a los servicios públicos y eliminar impuestos a la exportación.
También aseguró que impulsará el fin del control de cambios establecido en 2019, pero antes quiere saldar la deuda emitida por el Banco Central, a través de bonos.
Sobre el Banco Central, Milei reiteró que será suprimido “porque es una consigna de índole moral: robar está mal”.
En cuanto a la idea de dolarizar la economía, fue más ambiguo este lunes. “El eje central es cerrar el Banco Central, después la moneda será la que elijan los argentinos libremente”, afirmó.
Milei advirtió que empezará con sus reformas de inmediato porque “no hay lugar para gradualismo, para tibiezas ni para medias tintas”.
Pero requiere de fuerte respaldo político. Aunque obtuvo una importante votación en las elecciones parlamentarias parciales de octubre, su partido La Libertad Avanza tiene solamente siete de los 72 senadores y 38 de los 257 diputados, por lo que dependerá de alianzas.
En el balotaje, Milei tuvo el apoyo de Macri y de la excandidata Patricia Bullrich, de la coalición de centro-derecha Juntos por el Cambio, segunda fuerza parlamentaria que, sin embargo, quedó resquebrajada por esta decisión.