Washington. Joe Biden y Donald Trump viajarán el jueves a la frontera entre Estados Unidos y México en un intento por ganarse a los votantes en el tema migratorio, decisivo para las presidenciales de noviembre.
Desde que el presidente demócrata Biden llegó a la Casa Blanca en enero de 2021, un número récord de migrantes y solicitantes de asilo cruzaron la frontera.
Esta afluencia masiva se ha convertido en un lastre político en la campaña de reelección de Biden.
Su probable rival, Trump, partidario de mano dura, amenaza con una “deportación masiva” de migrantes si gana los comicios para detener la “invasión”.
En su campaña, agita el miedo al migrante con una retórica a menudo violenta.
Los migrantes "están matando a nuestra gente, están matando a nuestro país" o "envenenan la sangre" de Estados Unidos, son algunas de las frases que repite en sus discursos y por las que se le ha comparado con Adolf Hitler.
El demócrata y el republicano visitarán diferentes partes de la frontera en Texas el jueves cuando faltan menos de ocho meses para que los estadounidenses acudan a las urnas.
La portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, declinó hacer comentarios después de que colaboradores de Trump afirmaran sin pruebas que Biden planeó apresuradamente el viaje tras conocer la próxima visita de su predecesor.
"No tengo una reacción al expresidente, no voy a hablar de su agenda", dijo Jean-Pierre, quien agregó que Biden se reuniría con agentes de la patrulla fronteriza, fuerzas del orden y autoridades locales en Brownsville, Texas.
"Reiterará sus llamamientos a los congresistas republicanos para que dejen los juegos políticos y aporten la financiación necesaria para más agentes de la patrulla fronteriza estadounidense, más oficiales de asilo, tecnología de detección de fentanilo y mucho más", enumeró.
Dos ciudades fronterizas
Jean-Pierre tampoco quiso confirmar si el presidente se reunirá con migrantes tras ser criticado por no haberlo hecho la vez anterior.
Trump, que irá a Eagle Pass, a unos 480 kilómetros al oeste de Brownsville, volvió a arremeter contra la migración.
"Pandillas viciosas y miembros de pandillas están llegando a nuestro país desde Sudamérica, y desde todo el mundo... depositados en el bueno de Estados Unidos en decenas de miles", dijo Trump. "Biden nunca será capaz de gestionarlo".
"Biden persiguiéndonos hasta la frontera el mismo día demuestra lo grande que es este problema para él", declaró un portavoz de Trump.
Los republicanos culpan a las políticas de Biden de favorecer el derecho de asilo para los migrantes, muchos de ellos latinoamericanos.
La Casa Blanca acusa por su parte al partido de Trump de sabotear un intento bipartidista de encontrar una solución.
El último proyecto de ley, que se ha estancado en el Senado después de que los republicanos en la Cámara de Representantes amenazaran con echarlo abajo, es "el conjunto de reformas más duras y justas para garantizar la seguridad de la frontera en décadas", afirmó este lunes un funcionario de la Casa Blanca.
El área “más débil”
El proyecto de ley establece una "Autoridad de Emergencia Fronteriza", que permite al presidente y al secretario de Seguridad Nacional prohibir temporalmente que las personas soliciten asilo, con excepciones limitadas, cuando la frontera con México esté colapsada.
El texto también endurece el estándar de las llamadas "entrevistas de miedo creíble", en las que se evalúa si existe una posibilidad de que la persona sea perseguida o torturada si regresa a su país.
Además, teóricamente reduce el proceso de solicitud de los 5 a 7 años actuales a seis meses.
Según una encuesta reciente, a los estadounidenses les preocupa más la migración ilegal durante el mandato de Biden que en las dos últimas administraciones.
Revela que la mayoría de los estadounidenses apoya ahora la construcción de un muro fronterizo, una de las políticas emblemáticas de Trump.
La migración ilegal es "un tema definitorio este año de elecciones presidenciales", afirma Patrick Murray, director del independiente Instituto de Encuestas de la Universidad de Monmouth.
Otros sondeos muestran que “es el área política más débil de Biden”.