Roma. El 'silencio electoral' se abatió este sábado sobre Italia, en víspera de unas elecciones legislativas en las que se espera un nuevo avance de los partidos populistas y de extrema derecha, y de las que puede emerger un Parlamento sin mayoría estable.
Tras dos meses de una campaña dominada por temas vinculados a los migrantes, a la inseguridad y a una recuperación económica cuyos efectos la gente aún no percibe, cualquier comentario en la prensa está prohibido hasta el cierre de los colegios electorales, el domingo a las 11 p. m. (4 p. m. hora de Costa Rica).
Silvio Berlusconi, cuya coalición de derecha y extrema derecha encabeza los últimos sondeos disponibles, no tiene, sin embargo, asegurada una mayoría.
El Cavalieri, en varias entrevistas el viernes por la noche, prometió crear 500.000 empleos en el sur más pobre, con el apoyo de Antonio Tajani, actual presidente del Parlamento Europeo, a quien eligió para presidir el gobierno en caso de victoria. Berlusconi está inhabilitado para ejercer un cargo hasta el 2019 tras una condena por fraude fiscal.
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En Milán, su joven aliado Matteo Salvini, que ha convertido al movimiento secesionista Liga Norte en un partido de extrema derecha similar al Frente Nacional francés, no apoya -en cambio- a Tajani.
“A partir del lunes, la Liga gobernará el país” afirmó, tras reiterar sus ataques contra los migrantes y contra la Unión europea, habituales en esta campaña.
Por su lado, el jefe de fila del centroizquierda, Matteo Renzi, del Partido Democrático (PD), criticó las viejas promesas de Berlusconi e instó al “voto útil” contra la extrema derecha.
”(...) Solo el voto en favor del PD garantiza que no se deje el país en manos de Matteo Salvini”, advirtió, alertando además de la amenaza que supondría una alianza postelectoral entre la Liga y los populistas del Movimiento 5 Estrellas (M5S).
Estos cerraron su campaña con un gran mitin el viernes por la noche en el centro de Roma.
Irrupción del M5S
“Esta noche es el final del período de oposición y el inicio del período gubernamental” del M5S, aseguró Luigi Di Maio, joven candidato del Movimiento al cargo de jefe de gobierno, ante miles de simpatizantes.
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Fundado en el 2009 por el cómico Beppe Grillo, el M5S creó la sorpresa al obtener un cuarto de los votos en 2013 y podría convertirse en el primer partido del país, aunque tendría que establecer alianzas para gobernar.
La publicación de sondeos está prohibida en las dos semanas anteriores a la elección. Los últimos disponibles señalaban la existencia de muchos indecisos y colocaban a la coalición de derecha y extrema derecha en cabeza con 37% de intenciones de voto (17% para Forza Italia de Berlusconi, 13% para la Liga, el resto pequeños partidos).
Viene luego el M5S (28%), la coalición de centro izquierda (27%, de los que 23% para el PD de Renzi) y el Movimiento de izquierda libres e iguales (6%).
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El nuevo sistema electoral combina la elección proporcional y la mayoritaria.
La Unión Europea, preocupada por los riesgos de parálisis política en la tercera economía de la zona euro, aboga por un acuerdo de gran coalición entre las familias proeuropeas, un “Renzusconi” (Renzi y Berlusconi), muy criticado ya en Italia, y que los propios interesados han eludido cuidadosamente durante la campaña.